Aguinaldos 2011: La luz que encendió Granier.
Hugo Triano Gómez.
Aunque
no guste, aunque no lo merezca… el titular del Poder Ejecutivo en cualquier
estado de este pobre México, es quien más emolumentos recibe a cambio de su “trabajo”; no obstante
que en algún tiempo, seguro negó que la prioridad fuera el enriquecimiento
lícito.
El
hecho –el de las elevadas percepciones de los ejecutivos- es ciertamente
herencia de la época más dura del priísmo institucional en el que nadie se
atrevía a “husmear” en las cuentas de los todopoderosos, trazando de
esa forma la línea a seguir. Desde entonces, el subalterno no trató de
enterarse de las ganancias de su superior –pese a que fueran exageradas o le
afectaran- “ganando” para sí el mismo indebido derecho sobre sus inferiores,
hasta cuadrar todo en un mecanismo de protección de canonjías que más
temprano que tarde se salió de control, ante los constantes colapsos
financieros iniciados a finales de los 70´s.
El
que los escenarios se hayan construido muchos años atrás, incluso en los que Andrés
Granier ni siquiera pensaba dedicarse a la actividad política, no
lo exime de responsabilidades y señalamientos tras confirmarse que tan solo por
concepto de aguinaldo, el gobernador de Tabasco recibirá más de 400 mil pesos,
que cierto es, algún día un trabajador con salario mínimo logrará…si trabaja
más de 80 años.
Por
supuesto que no se habla aquí de las responsabilidades legales de Granier. Es
claro que el fundamento de la bonificación para el “patrón” de todos los
burócratas puede estar vigente, aunque no necesariamente sea el mejor en una
época en la que acortar distancias entre el que tiene y el que aspira a tener,
es discurso vigente; en una en la que la catástrofe de las inundaciones y la
necesidad de austeridad ante los problemas financieros no han dejado de estar
presentes en las reflexiones y en las explicaciones del por qué el
contribuyente tiene que seguir aportando y apretando su cinturón.
Ante
la evidencia del monto, aceptada ya como válida por el Contralor del Estado
Roger Pérez Evoli, no queda más que seguir esperando al “ejecutivo” que no
privilegie pese a las etiquetas financieras, el gasto corriente, sus
percepciones y premios, junto al de sus allegados si no hay manera de
mantenerlos, salvo el endeudamiento de las arcas públicas y dejando de lado la
inversión en sectores básicos como el campo, por mencionar solo uno.
También
sigue haciendo eco en la mente de más de uno, el otro problema, el de la
concordancia entre lo dado y lo recibido. ¿No es suficiente acaso el millón 83
mil 512 pesos que este año en total percibirá el dueño del “nuevo” concepto de
reconstrucción que conocen los tabasqueños? ¿Los 90 mil 292 pesos con 70
centavos que mes a mes recibe el inquilino –que no paga renta- de la Quinta
Grijalva por lo que ha hecho y dejado de hacer? ¿Recibir medio millón de pesos más
en conceptos de ley solo por “fin de año” no se aleja de la medianía
deseada, siempre pregonada por la clase gobernante? ¿Dónde quedó la austeridad
argumentada para despedir a los trabajadores producto de la reingenería
Granierista de hace más de un año?
Un
elemento adicional en todo esto fue el enésimo desatino del cuestionado
Granier que ante la falta de preparación para enfrentar temas tan sentidos pero
tan sencillos de resolver, negó los cálculos que apenas 72 horas después el
referido contralor no tuvo más que reconocer al aire, en el informativo “Noticias en Flash”.
La
interrogante final para llevar a buen puerto el asunto y toda vez que de aquí
al año entrante la escena seguramente no cambiará, obliga a revisar los
discursos, perfiles y sobre todo el quehacer de los que hoy aspiran a suceder a
Granier y que eventualmente en los años por venir, podrían no tentarse el
corazón para hacer del erario lo que hasta ahora: Lo que han querido.
Una
coincidencia existe ya por lo menos en todos ellos, de todos los colores y
sabores. Todos, sin excepción, han gozado del “privilegio de mandar”, de disponer de
recursos públicos para hacer y deshacer. ¿Habrá entre ellos alguien dispuesto a
cambiar verdaderas estructuras? Una cosa es clara, las ganancias poco
agraciadas de Granier y los suyos, por lo menos han prendido una luz, no de
navidad, sí de alarma en el pantano que otra vez… no se transformó.
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