Del aborto y otras aberraciones.

Posted on 10:05 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

Opinión
Iván Triano Gómez.



La actual pero no nueva polémica nacional en torno al aborto, ha de continuar pendiente en la agenda gubernamental y en el ánimo del ciudadano, pues no se termina con el “triunfo” de 17 entidades federativas que decidieron legislar a favor de la penalización de tal práctica.

En efecto, la discusión mediática asumida por el titular de Gobernación y diversos sectores del parlamento mejicano, entre el primero y diversos actores del foro nacional, no se trata más que de una estrategia de distracción de los temas torales de la nación, como la economía, la inminente entrada en vigor de los nuevos gravámenes, y del largo y tedioso silencio en torno a medidas verdaderamente eficaces para contrarrestar los efectos inflacionarios que se hallan a la vuelta de la esquina, entre éstas últimas, la adopción inmediata y sin vacilación de la moneda de plata como complemento del menguado poder adquisitivo de la moneda nacional.

Tal afirmación pudiera generar duda sobre la intención del Estado por distraer; puede pensarse que sólo se trata de una ficción o teoría conspirativa, pero no es así. Lamentablemente, el Gobierno Mexicano conspira en contra de su mismo pueblo.

Conspira en tanto que en lugar de atender la real emergencia económica, decide alentar en el escenario nacional la infructuosa - por el momento - discusión en torno al aborto.

El aborto, ciertamente no debe ser criminalizado a como afirmó el titular de Gobernación; pero no debe ser limitado a las mujeres de escasos recursos, por el contrario no debe criminalizarse a ninguna mujer.

Desde la óptica jurídica, el derecho penal debe ser estimado como una disciplina ciencia, que debe de ocuparse de la represión y la corrección del orden social quebrantado, pero de forma limitada a las conductas verdaderamente graves para la comunidad. Una mujer embarazada en las circunstancias que se quiera y de la condición socio económica que también se desee, no puede representar jamás un riesgo para la sociedad; de hecho no se trata de una causa de agresión a la sociedad, más bien su decisión abortiva constituye el resultado de una indebida formación.

Al enviar a una mujer que se practicó un legrado a la prisión, no se torna más segura una sociedad, tan sólo se castiga la ignorancia.

Lejos de adjetivos y calificativos, que pudieran tildarse de misóginos, la mujer que no tiene clara su grandiosa naturaleza dadora de vida, sólo puede denominársele ignorante.

El ignorante, con independencia de su connotación peyorativa, es todo sujeto que desconoce algo, una idea, una realidad.

De este modo, el Estado jamás debe criminalizar el aborto, en todo caso, si en verdad desea reducir la práctica debe concentrar sus energías en la educación, no en la que imparte actualmente la mítica SEP, pues no es la educación formal la que contribuirá a la disminución de aquél.

Sólo una educación integral, que ayude a la mujer mexicana a adquirir conciencia de la virtud que implica dar vida o servir de medio para ello (al menos como rol principal) y el verdadero sentido que implica la libertad sexual, garantizada en las leyes de la nación; hará posible la disminución de la práctica abortiva.

Es necesario que a través de la educación, el gobierno sensibilice a la mujer mexicana para que todo embarazo sea deseado. Cero tolerancia a los “errores” (embarazos no deseados) provocados por noches de pasión arrebatadas y como única solución el aborto.

¿Falta de información? Falso. Las actuales generaciones son más informadas en torno al tema de la sexualidad y sin embargo, proliferan los embarazos no deseados, la promoción del empleo del condón sólo contribuye a promover indirectamente el despertar sexual no digamos del adolescente, sino de los infantes.

¿Espantarnos? no hay por qué, tarde o temprano nuestros hijos han de iniciar su vida sexual. El dilema radica en qué forma lo harán. Responsable o irresponsablemente. La “educación” otorgada hasta ahora es un fracaso.

No es necesario encarcelar a las mujeres mexicanas, cuando ya se hallan presas de la ignorancia.

El aborto no debe ser limitado a un asunto jurídico o clerical, se trata de un asunto ético de la propia mujer, pero no entendiendo a ésta como una mera cosa, o un mero objeto, pues es falso que la mujer sea dueña de su cuerpo, la mujer debe adquirir conciencia de su relevante rol, demasiado preciado a la luz del humanismo, más allá de pasiones sensuales, y de cualquier adorno externo; la mujer referida debe ser sencilla y austeramente, el primer hogar del ser que se representa en su interior en su inicial evolución.

El aborto implica una decisión íntima, de optar por interrumpir lo que constituye un proceso natural. La misma dama, con el tiempo, en su ser interno sabrá si fue o no acertada su decisión. En este último caso, la cárcel será un insignificante claustro.

Lo casos de violaciones, son comúnmente tipos de embarazos invocados para justificar las posturas a favor de la no penalización del aborto; en estos casos, ciertamente difíciles, es decisión de la mujer si tiene o no a su crío. El resultado dependerá de la educación integral que se propone.

¿Cual es la educación integral? Sin dudas la religiosa, que es la que alimenta el espíritu del hombre, no se puede negar que el ser humano es una dualidad: una material y una abstracta o espiritual. ¿Cuál religión?, es una decisión personal, en ello radica el principio de laicidad, y de ello dependerá la cosmovisión de la mujer que la motivará a decidirse.

No es con cárcel y con ideologías disolventes que la mujer dejará de practicar el aborto.

A propósito hoy en día, en la seudo “república popular” China, los fetos al aire libre, cuales animales muertos, son testigos de lo que implica una política errada. En dicho país, por ley, la madre que desatiende el imperativo de concebir un solo hijo por pareja se ve obligada a vender a sus hijos o a abortarlo a fin de no pagar con muerte el desacato al gobierno.

Irónico es en verdad que en México sobren energías para terminar con vidas inocentes como remedio a la irresponsabilidad de adolescentes o de mujeres maduras, mientras en Asia faltan energías para oponerse a la aberración de que un Estado Gobierno regule férreamente el número de hijos por parejas, limitándolo a uno en zonas urbanas y dos en las rurales.

Mientras, la economía nos aborta, a los clase medieros al siguiente escalafón social inferior, y los que en él se hallaban al caño de los verdaderos miserables: los extremos.

Al final, el aborto es una decisión ética, propia; en cambio la economía nacional y su manejo, los préstamos públicos y su pago, el futuro generacional embargado, las posibles soluciones propias, los remedios caseros, no políticas extrajeras, es una decisión que nos incumbe a todos: res pública.

Religión, Independencia y Unión.

Natividad

Posted on 14:29 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

Opinión.
Hugo Triano Gómez



Encontrarle sentido a las cosas, da validez a la existencia. La celebración de esta noche tiene una sola razón: Recordar el nacimiento de Cristo.

Más allá de polémicas, nuestra navidad es su Natividad. El hecho por sí mismo nos hace sentir alegres, nos dota a quienes integramos esta comunidad, de nuevos bríos y de la fe necesaria para mantenernos fieles a la idea de aportarle seriedad a los asuntos importantes de nuestro entorno.

Cristo renacerá, ojalá podamos recordarlo siempre. Ojalá seamos mejores hombres, nuestra sociedad lo requiere, nuestra sociedad lo agradecerá. !Felicidades!

Navidad: Una oración por Palestina.

Posted on 7:28 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

Opinión
Iván Triano Gómez

“La Intifada de nuestro pueblo rechaza la ocupación y sus presiones, la confiscación de la tierra, la construcción de asentamientos y la política de sometimiento de los sionistas [...]. El Islam es la solución y la alternativa. Nuestro pueblo conoce el camino del sacrificio y el martirio. Haced que entiendan que la violencia no engendra más que violencia, que la muerte no trae más que muerte…” ( Primer proclama oficial del movimiento político militar Hamás)

El anterior extracto de la primera proclama del grupo nacional palestino Hamás, es más que elocuente en cuanto a sus propósitos, en cuanto a sus objetivos, en cuanto a su razón de ser.

La resistencia nacional Hamás, si bien sólo constituye uno de los diversos grupos existentes, constituye hoy en día la primera fuerza política en palestina, la de mayor representación en el parlamento, de ahí, la especial agresión en contra de la misma, desde todo ángulo (político, militar e ideológico).

En efecto, Hamás ha sabido pasar de la lucha ideológica y política a la contienda estratégica militar, ha crecido. Lo más importante es que en verdad rechaza y combate a muerte la ocupación del suelo patrio palestino, dulcificada por la terminología del discurso israelí para quien sólo representa la “colonización”.

Sólo el pueblo palestino comprende el significado real de las palabras rechazo, oposición y resistencia, pues desde de inicios del siglo XX, mucho antes de que la denominada segunda guerra internacional, el gobierno Británico promovió cierta migración hebrea hacia palestina cuando ésta era aún administrada por la corona inglesa.

La confiscación de la tierra, también rechazada en el discurso palestino, habría de comenzar por aquella misma época, de hecho, constituyó el medio por el cual el hebreo se fue apoderando de las tierras poseídas por los árabes durante siglos, en donde el hebreo sólo era un recuerdo como comunidad.

Efectivamente, fue la corona inglesa quien incentivó y promovió (versiones oficiales británicas refieren que tal política migratoria fue de baja intensidad), que miles de hebreos retornaran a palestina; tal apoyo, desde luego no fue en forma individual, por el contrario se apoyaron a las primitivas asociaciones sionistas que con el tiempo llegarían a amasar un enorme poder económico y político.

De este modo, al llegar el hebreo, universalmente conocido como un especialista en los negocios y no obstante de encontrarse legalmente impedido para adquirir bienes raíces, logró convencer al árabe nativo que a cambio de dinero entregaran sus tierras; es decir, con una fachada de simple contrato de compraventa, se inició de hecho la confiscación de tierras, hoy política primordial del estado Israelí que en aquélla época comenzaba a colocar sus bases, todo ello, en menos de un siglo, algo inaudito, pues la historia de la humanidad jamás ha visto la creación de un Estado en tan poco tiempo; evidencia del enorme apoyo con que cuentan las organizaciones sionistas fundadoras del estado hebreo.

En el otro extremo, las poblaciones árabes, sin apoyo económico ni respaldo político global, salvo el que algunos países árabes aportaron y aportan de forma furtiva, pues oficial y abiertamente sería un suicidio para el gobierno que lo decida así; era entonces el inicio del conflicto más sangriento que conozca el ser humano; lo han vivido directa e indirectamente generaciones de seres humanos.

La construcción de asentamientos ha demostrado ser eficaz en la práctica expansionista del gobierno Israelí, pues aún y cuando existiera la posibilidad del regreso por parte de sus originales propietarios, la tierra palestina no volverá a ser la misma; el colono hebreo convirtió dicha tierra en una trinchera, el hebreo es enemigo del trabajo productivo piedra angular del cristianismo y de los pueblos islámicos, el hebreo sostiene, pugna y practica la especulación, incluida de los bienes raíces, así la tierra palestina dejó de serlo para que de forma tramposa llegue a manos hebreas, pero no al hebreo individual sino a las grandes asociaciones israelíes apoyadas en su mayoría por las agrupaciones sionistas de todo el mundo y sus poderosos y acaudalados miembros, algo verdaderamente difícil de comprender y creer.

El siguiente paso será la colonización, a fin de fundar ciudades hebreas.

El rechazo palestino a la política sionista se entiende lógico al tener claro que el sionismo, enarbola y sostiene el “derecho” del pueblo hebreo a regresar a lo que para ellos es parte de su ser: la tierra de sus ancestros.

Al respecto hay que matizar que con la destrucción del templo de Jerusalén en el año 73 de la incipiente era cristiana, los registros históricos afirman que ni un solo hebreo quedó en la ciudad santa. Los romanos habían arrasado con toda vida hebrea, quienes se atrevían a volver - no obstante las advertencias de no hacerlo - eran pasados a cuchillo de inmediato y exhibidos sus despojos en las murallas de Jerusalén.

De este modo, pensar en que la tierra palestina ha sido siempre hebrea constituye una falsedad y desde luego una ignorancia.

Creer que el “derecho” deriva de las escrituras sagradas, lo convierte a uno en automático en un ortodoxo ultra conservadurista. La biblia a la vez sirve de fundamento para el fanático liberal que aunque laico, no reniega de la calidad de “pueblo elegido”, a fin de dominar a todas las razas humanas, gracias a la gran capacidad intelectual de adquirir poder económico (ello constituye una virtud de acuerdo a la moral hebrea, sea cual sea la causa, es decir legítima o ilegítima).

Con el referido acontecimiento se inicia lo que se conoce como la diáspora, palabra que etimológicamente implica dispersión. Con la dispersión de los hebreos por el mundo, los mismos han asumido una posición privilegiada para muchos y compleja para otros, pues al estar siempre como extranjeros en múltiples naciones y en diversas etapas de la historia humana, han podido ser testigos y cómplices de gloriosos gobernantes y de penosos estadistas, pero en ambos casos sino es en su totalidad, en la mayoría de las situaciones han sabido influir, generalmente en contra de intereses nacionales, siempre a favor de los suyos, esto es conocido como la teoría conspirativa.

Pues bien, en el seno hebreísta habrían de surgir diversas posiciones en torno a la problemática de su comunidad. Por un lado, los ortodoxos-conservaduristas que han creído siempre en las estimaciones religiosas que implican la espera del arribo del mesías como señal del momento para regresar a la tierra Palestina.

Por otro lado, la línea ideológica liberal-laica, que sostiene que no hay que esperar el arribo de nadie, sino que hay que generar las condiciones materiales, tendientes a recuperar un hogar nacional para el pueblo hebreo.

Tal corriente de pensamiento hizo eco en el gobierno monárquico de Inglaterra, fue éste su principal impulsor, junto con pensadores hebreos de entre quienes destaca Teodoro Hertz, considerado como el padre del Sionismo, al escribir su obra magna: El Estado judío, a finales del siglo XIX, en la Europa monárquica nacionalista.

Como puede advertirse de inmediato, resulta injusto por demás, que después de mil quinientos años en promedio, una “nación” que por el mismo tiempo permaneció oculta en el seno del resto de las naciones del mundo (al menos debe pensarse así, de sus descendientes), testificando la historia humana; decida organizarse y sin más decida volver a “su tierra”, de la cual fue lanzado por una poderosa civilización hoy en día inexistente, sin un mínimo de remordimiento por quienes hicieron de las tierras palestinas por igual lapso, su hogar nacional; esto es, la civilización árabe de mediados del siglo XX a quien sin más fueron reduciendo en número y territorio.

Tal ideología ególatra sólo puede ser entendida y apoyada por verdaderos fanáticos del destino manifiesto, es decir por aquéllos que en verdad creen que existen para dominar el orbe; sólo ellos pudieron resucitar el híbrido Estado de Israel, dándole vida frankenstiana a la materia ya muerta.

Por honrar la verdad hay que indicar que existen sectores de la sociedad Israelí que se oponen a dicha corriente de pensamiento (al sionismo), sin embargo, en el fondo aceptan la vuelta a la tierra palestina, pero hasta en tanto se revele el mesías, cuya noción y naturaleza para ser comprendida requiere de mayor análisis, mismo que escapa al objetivo de este artículo.

Un ejemplo lo constituye el escritor e intelectual hebreo Israel Shamir, quien en sus obras denuncia por regla general la atrocidad del Estado Israelí en contra del pueblo palestino, misma que rebasa toda ficción. Denuncia además la pronta y segura exterminación del mismo, si occidente continúa desinformado y pasivo ante ello.

Aquí caben las preguntas, ¿Por qué las naciones poderosas y sus organismos internacionales, no exigen una investigación relativa a las indudables violaciones de derechos humanos? ¿Por qué los medios masivos de comunicación guardan total silencio en torno al exterminio diario de una raza? Las respuestas son lo de menos, lo que debe interesar, lejos de respuestas gubernamentales es que el ciudadano común se entere en su dimensión real del verídico Holocausto que se está verificando en palestina: el asesinato sistemático de civiles árabes, niños, niños y más niños, los futuros hombres “locos y terroristas” que se han de inmolar al hacerse explotar en un autobús repleto de invasores israelíes.

En este fin de año, sin falso sentimentalismo reflexionemos, pero mejor oremos por olvidar nuestro ansiado y occidental deseo de tener, tener y tener y pidamos a la vez, que el creador influya fortaleza en todo palestino, hombre o mujer, niño o anciano a fin de que continúen resistiendo con la palabra, con piedras, con lágrimas, con la vida misma a los tanques israelíes; que resistan el acoso de las balas hebreas; que resistan el destierro obligado de la tierra de sus padres.

Que resistan con virilidad genuina el más pesado silencio de occidente ante su sufrimiento, nuestro silencio.

Que resistan el frívolo ¡¡happy new year del mundo!! En contraste con el silencio global.

Ya lo pasado, pasado.

Posted on 14:34 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

Alberto Martínez Pérez






No cabe duda que el actual gobierno panista carece de la intención de reformar, por lo menos para bien de la población, el estado mexicano.

En una de las más recientes sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, organismo internacional dedicado a velar por el respeto de los derechos fundamentales en el Continente Americano, quedó al descubierto una de las más deplorables prácticas del antiguo régimen priista: “la desaparición forzada de personas”, la cual algunos valientes periodistas en su momento denunciaron, pero que oficialmente fue negada por el gobierno en turno.

De esta forma, la desaparición de personas indeseables para los gobernantes en turno quedó oficialmente descubierta como parte de la actuación del Estado Mexicano y aunque no existan otros casos hasta ahora probados ante la Corte Interamericana; el caso de Rosendo Radilla Pacheco ahora resuelto por la misma, constituye un indicio fuerte al encontrarse relacionado con las denuncias realizadas a la famosa matanza de Tlatelolco en 1968 por las desapariciones forzadas realizadas en contra de muchos estudiantes; de que ésta no era una práctica aislada del gobierno mexicano.

Es lamentable que en defensa del Estado, el secretario de gobernación haya argumentado que el caso del señor Radilla Pacheco se produjo hace 35 años y que no se puede juzgar al México de hoy con los parámetros de esa época, porque el país cuenta ahora con un marco jurídico e institucional que permite procesar casos trágicos como el que es materia de este procedimiento”.

Esta declaración, a pesar de lo bien intencionada que pueda parecer, es desafortunada. En primer lugar evade el planteamiento cuestionando al Estado Mexicano, esto es, no contesta las imputaciones que se le estaban haciendo al Gobierno sobre la desaparición forzada de Rosendo Radilla Pacheco, y como quedó asentado en la siguiente sentencia de la Corte Interamericana, el Gobierno no fue claro en asumir su responsabilidad.

“En lo que se refiere a los hechos del presente caso, la Corte observa que el Estado (Mexicano) no precisó de manera clara y específica los hechos de la demanda que dan sustento al reconocimiento parcial de su responsabilidad. No obstante, al haberse allanado a las alegadas violaciones de los artículos 5 y 7 de la Convención Americana, en relación con la obligación establecida en el artículo 1.1 de la misma, este Tribunal entiende que México también ha reconocido los hechos que, según la demanda —marco fáctico de este proceso—, configuran esas violaciones; es decir, aquellos relativos a la detención y posterior desaparición del señor Rosendo Radilla Pacheco a manos de efectivos del ejército mexicano, así como la afectación a la integridad personal en su perjuicio.”

Es decir, el Gobierno de México no quiso reconocer, por lo menos de manera clara y precisa su responsabilidad, sólo a través de un tecnicismo legal intento reconocer la responsabilidad en la desaparición del señor Rosendo Radilla Pacheco, pero aún así no reconoció plenamente su responsabilidad en otros aspectos imputados al gobierno mexicano y además enfatizó que dicha actuación había sido llevada a cabo hace muchos años, esto es parafraseando: “no lo hicimos nosotros como funcionarios, fue hace mucho tiempo y ya cambiamos o sea, ¿nos lavamos las manos?”.

Si lo pretendido era aceptar “de cierta forma la responsabilidad ajena”, al afirmar en otra parte de ese mismo argumento que “no venimos a justificar acciones ilegales, si no a demostrar que nos hemos reformado”, lo más correcto e idóneo era adherirse a todas las pretensiones de los demandantes, y no únicamente a algunas de ellas; esto es, desde antes que se llevara el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos le presentó su recomendación del caso al gobierno, este debió aceptarla cuando se dio cuenta que la Comisión tenía razón sobre la desaparición y otros puntos exigidos; y no haberse negado a darle la razón a la Comisión de manera parcial como lo hizo; si el mismo gobierno sabia que en el juicio no tendrían (como quedó al descubierto), argumentos de fondo para defenderse, sino evasivas como la antes expuesta, de tal manera que se siguió retardando injustificadamente el acceso a la justicia de los familiares del desaparecido Rosendo Radilla Pacheco al esperar un juicio innecesario.

No es tampoco del todo cierto que “nos hayamos reformado” cuando la misma Corte determinó que, al no existir en nuestra legislación el delito de desaparición forzada de personas, queda la posibilidad latente de quedar impunes aquellas que se sigan cometiendo; y de la misma manera, al existir todavía el llamado “fuero militar”, no puedan ser llevados ante la justicia aquellos militares como los que desaparecieron al señor Rosendo Radilla.

A mayor abundamiento, no puede afirmarse que “nos hemos reformado” o por lo menos decir que ha sido para bien, cuando en lugar de ampliarse la esfera de protección a los derechos humanos fundamentales de los mexicanos, ahora hasta a nivel constitucional se vulneran los mismos, por ejemplo: al elevarse el arraigo hasta por 80 días a nivel constitucional, cuando dicha figura contraviene los tratados internacionales suscritos y ratificados por nuestro país.

En último lugar, es desafortunado que el Estado Mexicano haya demostrado más interés en “defender lo indefendible”, que en reparar las equivocaciones de sus predecesores en el poder, al haber comparecido a juicio ante la Corte Interamericana sin argumentos de fondo y pruebas que le apoyaran; demostrando con dicha actitud que las violaciones a derechos humanos fundamentales que ellos están cometiendo en el tiempo actual, de la misma forma serán defendidas por los funcionarios que les sigan más adelante en el poder, aunque tengan que comparecer a un Tribunal y decir: “no venimos a justificar acciones ilegales, venimos a demostrar que nos hemos reformado”.

Abogados por correspondencia

Posted on 6:30 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios


Opinión
Alberto Martínez Pérez


Lamentable desde cualquier óptica es que la enseñanza del derecho en México en lugar de mejorar, cada vez más se convierta en un negocio y en una competencia entre Universidades Públicas, por tener mayores egresados titulados al costo que sea.

En efecto, existen hoy en día mayores oportunidades para que jóvenes puedan acceder a una educación universitaria, lo que puede considerarse positivo; y es que precisamente es obligación del estado proporcionar oportunidades educativas a los jóvenes y personas que deseen seguir estudiando a pesar de ser adultos de mediana edad o mayores, solo que el objetivo no debe desvincularse de la meta de proporcionar una educación de calidad, lo que se ha descuidado de manera enorme en la enseñanza del derecho.

El abogado debe ser un científico del derecho en la extensión de la palabra, y para lograr tal encomienda, la institución de enseñanza superior sea facultad, instituto o simplemente universidad, debe contar con un plan de estudios que contenga las asignaturas necesarias para lograr tal objetivo, además de una plantilla docente con experiencia profesional en la materia que se vaya a impartir y por lo menos, contar con los alumnos comprometidos y conscientes de que dependerá de su esfuerzo constante poder adquirir los conocimientos y habilidades para convertirse en los abogados que la sociedad necesita.

Desgraciadamente los tres elementos enumerados han sido descuidados decíamos de manera enorme por las escuelas de enseñanza superior que ofertan la carrera de licenciado en derecho y sus equivalentes de la siguiente manera.

En el caso del plan de estudios de la carrera, muchísimas universidades han optado por dejar de impartir materias que aparentemente no tienen aplicación práctica en la vida del abogado, varios Institutos no imparten ya materias como Epistemología, Fundamentos de las Ciencias Sociales, Teoría Política o Doctrinas Políticas, Filosofía, Sociología Jurídica e Historia del Derecho, bajo el argumento de que los abogados al iniciar a trabajar como litigantes, no necesitarán de dichas materias para ganar o resolver sus pleitos. Se olvidan por completo que el abogado no es un mero “técnico del derecho” que únicamente sirve para ganar juicios civiles, penales, mercantiles, administrativos o laborales, sino que es un científico social que debe contar con herramientas necesarias para entender el fundamento de su propia carrera, que son las que precisamente esas materias le darán; sin perder de vista que en litigios en materia constitucional dichas áreas son necesarias para lograr plantear ante un tribunal especializado su asunto, o que necesitará de esos mismos conocimientos si desea ser un buen asesor parlamentario o gubernamental; si desea dedicarse a la investigación o posteriormente a la docencia, entre otras cosas.

En otros casos las universidades han reducido el estudio ampliado de materias sumamente importantes y por ejemplo, si el alumno debería ver Juicio de Amparo en tres semestres o su equivalente, muchas escuelas lo imparten ya en uno solo; es decir, lo que un alumno debió examinar en un año y medio, muchas escuelas lo reducen en su impartición a seis meses, dejando al alumno sin las herramientas para ejercer adecuadamente su profesión.

De la misma forma muchas universidades, han dejado de hacer hincapié en la necesidad de contar con docentes que tengan la experiencia y conocimientos necesarios en la materia que se desee impartir, y descuidan tal aspecto que tiene como resultado fatal, que los alumnos en lugar de recibir cátedra por parte de un experto, acaben teniendo clases con un abogado que nunca se ha desempeñado en el ejercicio de la materia ni tiene los estudios de especialidad correspondientes, originando que el alumno termine escuchando en el mejor de los casos, lo mismo que el autor del libro escribió porque es lo único que este profesor puede enseñar.

Aquí cabe señalar, que muchas escuelas optan por contratar a profesores no en base a una materia, sino que contratan a un mentor para que imparta un “paquete” de las mismas, sin que tenga la citada experiencia y conocimientos necesarios para impartir una totalidad de materias. Esto lo hace la universidad, no porque el maestro sea un “erudito” en las ramas del derecho, sino por ahorrar en el gasto de la plantilla docente.

Otro problema es relativo a que muchas Universidades e Institutos están dejando a un lado el sistema de clase en presencia del profesor, y están optando por sistemas vía internet, a través de conferencias, y otros recursos como simplemente dejar tareas tipo correspondencia, para impartir las clases, y en muchos casos sin menospreciar la ayuda que puede resultar del uso de la tecnología, al usar dichos medios se pierde el compromiso del alumno y este aprovecha para evitar el estudio.

No menos importante es que el alumnado que se admita a la Institución se encuentre plenamente consciente de la responsabilidad que asume al ingresar a la Licenciatura en derecho, que al egresar de la misma tendrá en sus manos la dignidad, la libertad, posesiones y hasta la vida de una persona, y por ende, la institución educativa debe ser exigente respecto a la necesidad de admitir a sólo aquellos que quieran y puedan asumir dicho compromiso así como contar con los mecanismos para retirar o expulsar a aquellos estudiantes que no demuestren estar a la altura del mismo.

Para muchos es claro que una medida correctiva no se logra a cabalidad, pues los estudiantes al ser expulsados de una Institución respetable y seria en la enseñanza del derecho, encuentran fácilmente otra Institución en donde puedan “llevársela tranquila” sin estudiar, sin practicar y en general sin aprender, con la seguridad de que pagando sus colegiaturas podrán adquirir el título de Licenciado en Derecho y obtener después la cedula profesional que los acredite como abogados.

Ante el panorama es urgente adoptar medidas legales, en aras de dotar de mayor rigor a las entidades de enseñanza superior, para que, si desean seguir contando con egresados de la licenciatura en derecho, se adopten las medidas pertinentes a fin cuidar por lo menos los tres aspectos aquí señalados: Cumplir con un plan de estudios integral que no descuide ningún aspecto de la formación del abogado, poseer una planta docente con los estudios y experiencia necesarios; y exigir a los alumnos el compromiso (pleno con la institución, con su carrera y con ellos mismos) so pena de ser expulsados si no demuestran estar a la altura del mismo.

Ya basta de abogados casi por correspondencia, de abogados que no llegaron a sus clases y por ello perdieron o perderán un juicio en donde estaba en juego la libertad de un inocente.

Ya basta que las universidades oferten la carrera de abogado y no la de médico, porque el doctor supuestamente tiene más responsabilidad, ¿Acaso estar en la cárcel por un crimen que no se cometió es menos importante que la persona se encuentra enferma?.

Ya basta de abogados que tienen cédula, pero que no son abogados.

Lupa presupuestal.

Posted on 19:43 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios


 Hugo Triano Gómez


Más allá de la numeralia, la reciente aprobación del presupuesto de egresos 2010 en Tabasco, volvió a recordarnos las lecciones que hacen tambalear de fondo, la idea de la división de poderes y dan señas del verdadero objetivo del Gobierno Granierista a la hora de distribuir los dineros “discursivamente” públicos.
Si bien, puede darse por hecho que el Gobernador no fue quien encabezó los trabajos para estructurar tal plan, no deja de ser él, el principal responsable de lo que pasó y pueda ocurrir.
Por tanto, resulta triste y preocupante el escenario en el legislativo choco, cuando cual “meretriz indigna” –y con el perdón de las dignas- convencida de su destino y dispuesta a lo que sea con tal de asegurar la chamba, la “mayoría” priísta sirvió solo para satisfacer a quien se supone debiera significarle un sano contrapeso.
Ignorantes o incrédulos, con su forma la mayoría del Congreso y sus aliados le negaron al Gobernador la oportunidad, ya no de encontrar opciones para mejorar su proyecto de presupuesto si no de buscarlas siquiera; encontró en cambio, serviles politiqueros que no servirán más que para hacer de mayor tamaño el error si se incurre en él. Decíamos, es triste y preocupante pues reduce de nuevo un rol teóricamente trascendental como el de los Diputados para encajarlo en la de unos meros mensajeros, los más caros del Estado por cierto, en el entendido de que ellos enviarán para su publicación el decreto legalizado, planteado por el Supra secretario de Finanzas José Saíz.
Otra lección de cómo hacer que un poder no solo no parezca, sino, no sea autónomo queda de manifiesto cuando el Legislativo por “motu proprio” no hace algo por “elevarse” a si mismo al rango del Ejecutivo, al permitir que éste por mandato de ley sea inmune a las posibles correcciones de los solo en los dichos, representantes populares.
La actitud sumisa aquí descrita, vuelve a dar validez a la corriente que cuestiona la necesidad de mantener vigente una cámara que a priori avala todo lo que su máximo jefe local le hará llegar para legalizar. Mejor sería en estos tiempos de crisis, extinguir la pantomima institucional, en aras de ahorrar recursos y canalizarlos hacia donde se requieran.
Y es que ¿De qué le sirve al auténtico Estado una Diputación servil?¿En realidad cuántos de sus integrantes analizaron y pensaron en sus supuestos representados al momento de decidir?¿En realidad la perfección existe, cuando ninguno de los que lo aprobaron, se atrevieron a comentar siquiera si le cambiarían una coma al proyecto?
Sin duda habrán de remitirnos de nuevo a las cero facultades legales del Legislativo choco para meterle mano al proyecto de presupuesto que año con año envía el Ejecutivo, con todo y que año tras año se afirma también que lo correcto es homologar los mecanismos con los del congreso de la Unión. De nuevo habremos de recordarle a quien lo haga, que quien sabe que debe hacer algo y no lo hace, peca por omisión, queda a deberle a la historia y a sí mismo. 
Mención aparte merece el hecho de la distribución de los dineros “discursivamente” públicos, pues no hay que ser muy duchos en la materia para entender que 415 millones de pesos no significan gran cosa, ni representan alguna posibilidad real de sacar al campo del olvido insensible al que se le ha sometido durante años, cuando mínimamente se manejarán 29 mil millones en el próximo ejercicio fiscal.
Ingenuo hay que ser para celebrar una asignación de 192 millones de pesos al rubro de desarrollo económico y creer que será el detonante que hace falta; no hay que celebrar ni que creer, si se advierte que serán 5 mil 915 millones de pesos los que se irán al gasto corriente, con todo y que se perjura que algunas bonificaciones serán extinguidas.
¿Dónde quedó el sentido común? Mientras aparece, hay por lo menos que exigir un cese al ya ofensivo mensaje de transformación enarbolado por la administración Granierista, que con estos números quizás solo transforme en disgusto la opinión de algunos que antes hayan gustado de él.

Un minuto de silencio. (México 1910: Futuro extraviado)

Posted on 9:00 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

Opinión
Iván Triano Gómez.

Para comprender en su dimensión real cualquier acontecimiento social, es necesario abstraerse de la realidad propia, del presente de uno, tarea desde luego muy difícil, de naturaleza filosófica.
Tal tarea se complica tratándose de hechos pasados; por tanto el estudio de la revolución mexicana no es la excepción.

Lo que se nos ha dado a conocer por décadas como la revolución mexicana, no va más allá de una terrible lucha armada entre hermanos mexicanos, una lucha entre ciudadanos comunes, entre vecinos; bastaba para ser contrario, enlistarse en uno de los tantos bandos que hubo. Así, de pronto el vecino era Villista y el de enfrente afín a lo gubernamental, suficiente razón para morir.

La pretendida “bola” ungida de valor e idealismo por los literatos del “régimen revolucionario”, que voluntariamente se lanzaba a la lucha por un porvenir mejor, solo es fantasía exaltada en dicho tipo de literatura, elevada a genial pluma.

Lo cierto es que las condiciones sociales de principios del siglo XX en todo México eran de pobreza, especialmente en el campo, región que por cierto era mayoritaria en la república, pues las tradicionales urbes eran aisladamente los centros de mayor concentración poblacional y a cuyos pobladores se limitaba ciertas comodidades materiales.
Tales circunstancias -en honor a la verdad- no pueden ni deben adjudicarse a la administración porfiriana, no por apología ideológica, menos por culto a su personalidad; sólo por honrar a la verdad.

Tuvieron que pasar cerca de 65 años desde que la nación obtuvo su “independencia” política, durante los cuales el denominador común fue el cuartelazo, para que se lograra un poco de estabilidad social y sí, orden y paz porfiriana.

Tal orden y paz social, calumniada por la historia oficial más visceralmente que fundadamente, serían las condiciones necesarias para que por fin, la nación iniciara el arranque hacia la modernidad, que en retrospectiva es calificada como primitiva. No obstante el tiempo perdido, el general Díaz, habría de poner las bases del México moderno, antes que cualquier otro y como nadie lo ha vuelto hacer en el México actual.
Las obras de los años sesenta en las administraciones de López Mateos y Díaz Ordaz, que innegablemente vinieron a complementar lo ya hecho por Porfirio Díaz no lo rebasarían en importancia.
Las relaciones internacionales con México eran de verdadero respeto, sin exagerar ni sobreestimar la capacidad de nuestras determinaciones políticas que en aquél entonces aún eran posibles.

Jamás ningún gobernante mexicano ha podido ni pudo quitarse de encima la influencia y hegemonía Norteamericana; historiadores serios afirman que Obregón fue el último gobernante nacional que tuvo cierto margen de movimiento estratégico para rehuir algunos designios e imposiciones políticas del imperio.
Pues bien, en pleno desarrollo y con tan sólo cerca de 30 años de paz y orden, y a punto de perder las simpatías de la Casablanca, el general Díaz obviamente no pudo mejorar las condiciones de la mayoría de los mexicanos, no por egoísmo o por falta de sensibilidad, sino porque el tiempo le ganó la carrera.

En efecto, Díaz ya un anciano en el poder, sin el ímpetu de la juventud, aunque sí un zorro político, sería provocado en la famosa pero poco conocida reunión del paso del norte (hoy ciudad Juárez), el año era 1909..

El resultado exacto de dicha reunión casi nadie lo sabe. Fuentes no oficiales afirman que entre otras cosas, el presidente Norteamericano supo entonces que Díaz no pretendía cumplir con los compromisos privados asumidos por el gobierno Mexicano, por citar alguno, la ejecución de la reforma agraria que habría de nulificar los efectos positivos de las haciendas, suspendida desde tiempos de Juárez; especialmente en una época en que dicho sistema de haciendas mantenía fuerte al campo Mexicano al grado de ser auto suficiente desde la perspectiva productiva (era impensable por ejemplo la importación de maíz o cualquier otro grano).Dicha circunstancia habría de constituir el caldo de cultivo que generaría la chispa adecuada para que al siguiente año, el conflicto cívico armado se pusiera en movimiento.
Oficial y limitadamente se sostiene que la causa principal que habría de motivar el plan de San Luis, fue la visión demócrata del apóstol Francisco I. Madero. Nada más falso, las causas fueron muchas más complejas y extrañas al deseo democratizador de un solo sujeto y mucho menos de un pueblo inculto y desinformado como el nuestro al comienzo del siglo XX.


Lo que sucedió fue que el hoy imperio armó a las facciones antagónicas del régimen de Díaz, y desató al tan temido por él, “tigre democrático”. El pueblo si bien paupérrimo desde una óptica social, gozaba de nivel de vida moral, si bien no del todo material; era posible entonces sobrevivir con el peso mexicano cuya paridad con el dólar era mínima, las diferencias eran de centavos, lo que permitía la existencia de una moneda con poder adquisitivo. No existía especulación económica, se obtenía con poco, lo mucho que el campo producía, el país apenas comenzaba a despegar al cabo de treinta años de orden y de obra pública.

Por desgracia dicho crecimiento, habría de detenerse bruscamente al decidirse fuera del suelo Mexicano, la necesidad de otra cabeza gubernamental nacional, que no se opusiera a recibir y principalmente ejecutar los designios del poderoso vecino del Norte.
Así, Porfirio Díaz, con todo y sus vínculos masónicos, lejos de auto exiliarse una vez iniciado el conflicto armado, en los Estados Unidos, optó por la tierra del liberalismo y de la revolución mundial. Sólo los europeos podrían considerarlo un respetable huésped.
Lo que vendría luego, sólo se resume en sangre, en tiranía, la tiranía abstracta del ego, la lucha por el poder, que costaría miles de vidas hermanas; abusos de autoridad y, desde luego mayor miseria; la detención del progreso material logrado hasta entonces, que aunque poco era constante. La pausa no fue sólo durante la rebelión armada, habría de extenderse por décadas.
Y entonces cabe la pregunta, ¿hay motivos para celebrar el inicio de la guerra civil de 1910? celebrar suena frívolo en tanto se atienda la naturaleza del hecho, que sólo produjo muertos, ¿venerar a los héroes?, ¿ a cuáles?, los actores políticos de entonces sólo fueron eso, protagonistas de la lucha por el poder, que nunca traicionaron ningún ideal, por el sólo hecho de que nunca encarnaron alguno; encarnaron sus intereses, sus deseos, su sueño por el poder, por el cual habrían de crear alianzas y promover boicots, contra amigos y enemigos. En concreto, vender el alma a quien tuviera el poder de decisión.

Sin duda no hay nada que celebrar, y si a alguien hay que venerar sólo es al mismo actor de siempre, al pueblo, pero al verdadero, aquél que por razones más sencillas que la democracia nacional o la justicia social, dejó detrás de la trayectoria de las balas y artillería, los sueños propios y los generacionales, sus propias ambiciones y deseos, sus mas simples alegrías.

La generación nuestra de ninguna forma es producto de aquélla, que sirvió de carne de cañón para que facciones se pelearan y sólo una de ellas obtuviera el poder, para después ser la marioneta en turno; nuestra generación es una sociedad simplista, conformista, consumista, hedonista, cuya preocupación se limita al individualista deseo de tener, tener y sólo tener, ¿dar? jamás.
Por ello, vaya a donde permanezcan, un minuto de silencio para los hijos que nunca volvieron a ver a su padre, al abandonar la milpa para empuñar el rifle.
Un minuto de silencio para la madre que no volvió a ver a su vástago llegar al hogar. Un minuto de silencio para la esposa que no volvió a ver al compañero de vida.
Un minuto de silencio para los hermanos separados.
Un minuto de silencio por las oportunidades perdidas.
Un minuto de silencio por la verdad, principal víctima del próximo año, en que se pretenden conmemorar cien años de mentiras y exaltaciones oficialistas.
Un minuto de silencio por el futuro extraviado de una nación.

Religión, Independencia y Unión.