Hugo Triano Gómez.

La noticia bien merece el comentario. Lo merece por qué en verdad significa algo. Porque representa una oportunidad genuina, aunque también un riesgo.

Efectivamente, se habla aquí del anuncio de la rectora de la UJAT Candita Gil, en cuanto a que “por fin” la Universidad tendrá una frecuencia radial en el espectro de FM.

Inicialmente no es dañino celebrar la obtención de la calidad de "permisionario". Hace pensar en la posibilidad de desarrollar -ahora sí- talentos propios que después puedan dar a la sociedad algo de lo “aprendido” en el aula en tantos y tantos años de preparación.

Todo un reto significará cuidar y diseñar los contenidos que se presentarán al radioescucha en las horas y días que se mantenga “al aire”. De nada servirá una programación “relajada y de relajo”.

La tónica tendría que partir pues de los logros y eventos que desarrollará el alma mater, aunque también habría que dar paso a la difusión de las investigaciones y del periodismo en sus distintas facetas.

No podría dejarse de lado la “preocupación” de los estudiantes sobre los temas relevantes y de actualidad, construyendo foros serios, en el que maestros y alumnos pudieran interactuar con altura de miras en un contexto diferente, en beneficio –otra vez- de la sociedad a la que se deben. Es –así parece- la oportunidad histórica para “echar a perder”, ganando.

El espacio a la cultura, a las artes, a la historia, al civismo, a la legalidad y al conocimiento de las leyes, por mencionar algo, tendría que estar garantizado y ciertamente el entretenimiento como un medio más de la comunicación podría contemplarse, pero no marcar la tendencia.

La preocupación mayúscula en todo esto, es que Radio UJAT pueda convertirse en un medio generador de loas al rector y directores en turno. En ningún caso, ya sea por accidente, circunstancias o “gana-gracias”, deberá servir para que tal o cual figura emerja –cual mesías- sobre los demás, aún teniendo méritos para hacerlo.

En otras palabras, Radio UJAT deberá comprometerse con el trabajo y los contenidos… nada más. En buscar que el reconocimiento al mismo no sea ficticio. Lo demás –la fama- llegará sola y seguramente no desde el interior. Hacerlo de otra forma, restará seriedad, pero quizás lo peor, credibilidad al proyecto.

Los trabajos de planeación y realización bajo cualquier circunstancia serán arduos. No cualquiera podría desarrollarlos. Se requieren además de conocimientos y disposición para dirigirlos, pasión y convicción, difíciles de hallar en los “ahijados” en el caso de los padrinazgos. Necesitarán las autoridades que decidan a quien encargar la gerencia y los puestos de dirección, el criterio más amplio posible para elegir los perfiles correctos. De ello dependerá también el éxito.

Radio UJAT pues tiene ante sí la posibilidad de ser auténtica, como la oportunidad que representa. Debe ser ojo crítico, bien documentado de su acontecer diario, aportador serio de alternativas en el debate de las ideas; nunca parcial por conveniencia, nunca inquisidor por tendencia. Equilibrado o lo más cercano a la condición, basado en la idea del ímpetu y de ese idealismo que todos algún día tuvimos y los más... parecen haber extraviado.