Excesos, perversiones y sin razones.

Posted on 12:47 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

Flor de Líz Pérez Morales.




Hoy se me han amputado gramos de más de la credibilidad en las instituciones y en la gente, en la posibilidad que nos apropiemos de la inteligencia para marcar las voluntades. Segura estaba de no caer en el hartazgo y sin embargo, no puedo negar que frente a la realidad queda solo lo frágil del mundo de hoy.

Hoy me avergüenzo de lo que he visto en el Colegio de Bachilleres de Tabasco plantel 39, ver la forma tan amoral e irresponsable con la que nos movemos. Un joven que ondea la bandera de la discriminación sexual encadenándose, cuando el problema de las minorías no comienza sino por el respeto a sí mismo. El asunto de la sexualidad diferente va más allá del vedetismo o protagonismo que hemos visto y leído en los diarios; hoy lo miro con los ojos de la hiperrealidad. Se nota el manipuleo, el politiquismo barato, la escuela de lo que se ha aprendido y practicado por años.

Ahora mismo veo el fondo de muchas situaciones que tanto mal nos han hecho, pero lo grave es que nuestros jóvenes lo hayan aprendido muy bien, porque nadie lo puede negar, mamaron esas conductas; la cultura del aspaviento y la imprudencia impera como una forma de convencer a una audiencia ávida de martirizar o hacer mártires mediáticos. Quedan de lado la normas, las responsabilidades, la disciplina, el rigor, el entendimiento y la comprensión. Las acciones mostradas en este caso desenmascaran lo endeble de las instituciones y de sus ciudadanos, lo frágil de las normas, pero particularmente lo perverso de las conductas.

El encadenamiento del chico es el símbolo de la cadena de aprendizajes que formaron para la amenaza y la coerción, y no para el diálogo. Los grupos que dirigen y politizan al joven no hacen sino poner al descubierto lo malévolo del asunto; las instituciones educativas, sociales y políticas no pueden ya atender las incongruencias, porque su propio actuar es incongruente. Pero no solo eso, el acto también desnuda los trasfondos de un sistema que usa y victimiza a su propia gente para ganar las partidas en la que se apuesta al poder, pero lo más degradante es la forma en que la gente se deja victimizar.

Si. En esencia lo que muestra patéticamente la situación es la forma en que se trastoca un sistema que en su disfuncionalidad se trastorna, se disloca. Al final de todo lo anterior, lo irónico del asunto es que al parecer lo que menos importa es la defensa de la sexualidad del mismo joven, porque a él mismo parece no importarle. Es el engaño de todos contra todos, es la burla de los actos, es lo risible de los procedimientos.

Hoy me da pena reconocer que por más esfuerzos hechos nada ha cambiado; hoy me da pena decir que día a día se agotan la fuerzas que caminan contracorriente para construir un mundo mejor. Hoy me apena comprender que la puja de la confianza y las entrañas del respeto se corrompen con el atavío del cinismo.

Esa es la historia de Tabasco y de México, esa es la historia que vemos en todos lados, es la apuesta de todas las instituciones y de la gente, esa es la tarea que hemos hecho por años y armamos a la perfección porque no sabemos hacer otra cosa; esa es la gente que tenemos y serán nuestros líderes o gobernantes. Estas son las instituciones y esas serán las de mañana…al parecer, nada de qué asustarse y nada de qué avergonzarse...

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