Humberto Mayans: Política-ficción
Cuando hace algunos años, el ex Presidente Salinas se defendió como gato “boca arriba” de las acusaciones que aún le pesan, acuñando su ahora célebre frase “política-ficción”, nunca imaginó que un terruño alejado de su corazón, terminaría siendo ejemplo de lo que definió.
Y es que si bien la política debiera ser cosa seria, eso no quita que mucho de lo que se da a su alrededor posea una buena dosis de hipocresía, de falsedad, o dicho de forma elegante –como Salinas- de ficción.
Así tenemos por ejemplo que el destape del tapado en Tabasco, no es más que la confirmación de lo que desde hace tiempo ya se sabía, ocurriría: Que Andrés Granier confiaría en su “hermano” Humberto Mayans para la próxima transición electoral local. Que esto marque el inicio de la sucesión y que éste diga ahora que aquél, ni enterado estaba de lo que anunciaría, son solo muestras de la ficción referida.
La idea nunca ha tenido pierde. En verdad Mayans nunca dejó de aspirar al cargo pese a sus ficciones repetidas una y otra vez. Después de todo, es el único cuadro capaz de “apaciguar” otros 6 años, la cada vez más crecida aspiración de la ahora Diputada Georgina Trujillo, que sin duda debió recibir anoche, un duro golpe a sus propias ficciones, por aquello de que pudo haberse imaginado ya, de regreso en la Quinta Grijalva.
Observando el panorama no se ve quien al interior del PRI pudiera hacerle mella al ahora “aspirante” a Pre-candidato Mayans, más que la citada dama y sin contar a la Deidad. Los demás, ni siquiera Luis Felipe Graham o Floricel Medina poseen en verdad capital propio para hacer realidad la ficción de imponerse a quien por cierto se ha declarado amigo hasta del ex Gobernador Manuel Andrade, el mismo que lo rebasó hace algunos años en el hándicap de la sucesión Madracista, estropeando el buen humor que ahora –cual ficción- presume tener.
Como sea, la “definición” de Mayans solo reactivará otra ficción como ya se dejó entrever. Aquella que se basa en el “cierre de filas” genuino, nunca inducido en torno a él. Como en los tiempos del corporativismo que nunca se ha ido, salvo en las ficciones políticas, no será raro ver desde ya a uno u otro sector “reconocer” al hombre que –ahora sí- sacará al buey de la barranca.
Mayans no tuvo empacho en decirlo y quizás haga bien. Admitió que se sentiría cómodo contendiendo con sus cuñados en pos de la gubernatura. Una ficción que en base a la ley de las probabilidades, tiene mucho de posible.
Mención aparte merece la ficción aquella de que Mayans se siente comprometido con él mismo y con el pueblo que ha “invertido” en su formación política, intelectual y demás como para retribuirle a éste con el ejercicio del Gobierno.
Mayans es sincero cuando dice saber lo que le ocurre a Tabasco y habla de la forma en que debería enfrentar su problemática. Lo es porque cree en su ficción y la siente -ahora sí como nunca- cercana a realizarse.
Empero, en todo esto la ficción democrática volvió a quedar en evidencia. ¿Qué decir tras admitir que Granier tendrá que dar su venia para nombrar al Candidato a sucederlo? ¿De qué cambio ficticio puede hablarse cuando se da por “buena” “normal” y “vigente” la práctica común del dedazo estatal a falta de un mandamás general? ¿Cómo erradicar entonces la idea -no ficción- de la uniformidad PRI-Gobierno?
Ahora mismo todos parecen olvidar que el riesgo de una ficción es que las respuestas a los problemas reales nunca lleguen, o lo que es peor, que se den por solucionados asuntos en una sociedad que por la ficción difícilmente podría dejar de vivir en la contradicción.
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