La (misteriosa) danza de los millones.
Hugo Triano Gómez.
Cuando natura no da, no da. Por eso es que quizás Rafael Abner
Balboa no ha comprendido que el principal afectado por no informar en qué se
ejercieron los 30 millones de pesos que el congreso local recibió de ampliación
presupuestal, es él.
Lo es por que el primer nombre que zumba y zumba por la cuestión es
el suyo.
Pero el asunto no termina ahí. En efecto, amén de exhibirse ignorante
de las disposiciones legales que lo obligan a transparentar los movimientos
financieros que haga como Presidente de la Junta de Coordinación Política del
Congreso tabasqueño, con su actitud el teapaneco muestra un desprecio por las teorías del
acceso a la información y la opinión
pública. No puede decirse de otra manera, luego de escucharlo decir -convencido-
que el asunto ya está aclarado y suficientemente discutido con los demás
legisladores.
La versión tampoco es creíble cuando nadie ha podido explicar con
certeza a qué rubro se destinó el dinero, que si bien no hará más pobres a los
tabasqueños, por ser obtenido del erario merece la más exhaustiva explicación
de sus administradores.
¿De dónde se obtuvo la partida si el gobierno Nuñista ha insistido
en la quiebra de las arcas estatales por el mal manejo hecho por el
granierismo? Si bien pueden traerse a escena los ahorros de los nuevos administradores
cabe preguntar si ¿en verdad era tan necesaria la ampliación solicitada por el
legislativo como para no titubear al entregarla? Nadie niega aquí la
corresponsabilidad del poder ejecutivo para con sus homólogos legislativo y judicial,
pero ¿cuáles fueron los argumentos? ¿Porqué se mantuvo en sigilo todo este
tiempo? ¿Porqué no se exhibe la documentación? ¿Porqué favorecer al mal
pensamiento?
Con todo esto suscitándose nadie debería ofenderse por que se
sugiera que ese dinero terminó en fines y manos ajenas a lo que se ha dicho.
Ofendidos deben estar los "comunes"
por la intención de sus representantes de querer verles la cara… de ingenuos
¿Quién pendiente del acontecer puede creer ciegamente en que el dinero se usó
para lo que dicen sin pruebas de por medio?
¿Quien puede no advertir la serie de inconsistencias en la que han
incurrido los legisladores tratando de defender lo indefendible? Ni siquiera
decir que la creación de más bancadas en la actual legislatura les obligó a
gastar más, tiene sustento. Menos que las improductivas comisiones lo
requirieron para sus trabajos. La falta de resultados lo hace imposible.
¿Qué la cantidad -30 millones de pesos- coincide con lo que alguna
vez se dijo le costaría al gobierno Nuñista "deshacerse"
de Francisco Rullán y Carlos Ramón Castro enquistados en el Órgano Superior
de Fiscalización? Es verdad. ¿Qué en su momento el mismo Abner Balboa ventiló
-quizás por falta de oficio- que algo se negociaba al respecto? también es
cierto. Lo que hoy sigue siendo un misterio es cuánto se llevó de finiquito el
hombre fuerte del OSFE y su compañero de labor, en la idea cada vez más
tambaleante de que su renuncia fue "voluntaria".
La complicación pudo evitarse, eso es claro. Lo prudente en este
asunto -se insiste- siempre ha sido dejar de ignorar a la opinión pública y las
normas que existen sobre la transparencia; ser puntual e informar lo que
sucedió con ese recurso desde su concepción y justificación hasta su destino,
pensando en dejar satisfechos -no a los detractores- sino al electorado que hace poco se declaró harto
de lo que sucedió con el manejo de sus dineros. Recordar que la izquierda -en
conjunto- tiene un compromiso público y sobre todo ético con la opinión pública
que hoy le reclama pasar del dicho al hecho, que hoy le demanda no ser una
fuerza camaleónica o lo que es lo mismo honesto de día… funesto de noche.
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