ANJ: A un informe…de distancia.
Hugo Triano Gómez.
La decisión está tomada, el gobernador Arturo Núñez
no acudirá a entregar su primer informe de labores al Congreso local. Raúl
Ojeda, el Secretario de gobierno, será quien en su representación cumpla con el
protocolo, que cierto es, ha dejado de aportar lo poco que aportaba al entorno
político en el que se desarrolla.
Que el gobernador Núñez lo haya decidido así,
parece pese a no ser una obligación legal, una nueva oportunidad perdida, una
que en sentido contrario le habría dado sin problemas comentarios positivos por
el solo hecho de mostrarse distinto de los gobiernos priístas, criticados
siempre por la misma actitud que raya más en la indiferencia y en la cerrazón.
En otras palabras lo asumido luce como un error de cálculo político -impensable
hace meses- que deriva en una expectativa no cumplida.
Tampoco hay elementos para sugerir que las
condiciones políticas sean inapropiadas para favorecer un encuentro de este
tipo entre los poderes; no hay asuntos tensos de por medio que puedan haber
orillado a ello, con todo y que los problemas de los tabasqueños son los mismos
que se arrastran desde hace un buen. Es cierto, no ha habido soluciones ni
cambios sustanciales en el primer kilómetro de la carrera Nuñista, pero eso no
puede ser considerado argumento válido para mantener las cosas como ya es
tradición. Infortunada tradición.
Por si alguna duda cabe sobre la apatía del
gobierno Nuñista en este rubro, la declaración del encargado de la política
interna en el estado -el aludido Ojeda- la despejó. Se trató de "mantener
la tónica de los últimos gobiernos" sostuvo, sepultando cualquier posibilidad de buscar
razones.
Quizás sea darle muchas vueltas al asunto, pues es
evidente que la realidad de un estado no cambiará tampoco por el solo hecho de
tener de pie al jefe del poder ejecutivo en la principal tribuna política del
estado, pero ni siquiera la irrupción y el zafarrancho de las mujeres de
"México despierta" exhibiendo a la logística del legislativo, es
argumento serio para justificar la ausencia del gobernador.
Por el otro lado, si bien se recurrirá a decir que
es obligación informar de lo que se ha hecho, es de cuestionarse la decisión de
mantener el "encuentro con los ciudadanos" realizado
posteriormente al acto protocolario, no porque los haya instaurado Roberto
Madrazo, sino porque un Estado quebrado no puede darse el lujo de costear
parafernalias con recursos públicos. No si se pretende de nuevo dar validez al
concepto de congruencia.
No hay que ser tampoco duchos en materia política
para entender que dicho "encuentro" será ante todo un "cierre
de filas"
hacia el gobernador, que terminará arropado por los actores políticos, el
empresariado, sus invitados especiales y su buena dosis de pueblo afín. Nada
novedoso, nada digno de un cambio…verdadero.
¿Que no habrá cifras alegres? ¿Que no todo se
centrará en el discurso de la catástrofe financiera heredada? Habrá que esperar
solo unas cuántas horas para confirmarlo.
Lo que se impone ahora es revisar la forma en que
se dará la glosa del informe Nuñista. Si esta comienza a ser seria o busca
también -simplemente- cumplir la forma bajo la sumisión del poder legislativo.
Será fácil distinguirlo, bastará observar si esta se convierte en la reedición
de las "compadrecencias" criticadas desde su concepción, porque amén de terminar
siendo una simulación poco o nada abonan a la discusión de los asuntos serios y
sobre todo a revertir o ajustar las afamadas "políticas públicas" que no son otra cosa que
las maneras en que desde el gobierno se han decidido hacer las cosas.
De lo que sucederá el domingo con el "informe", el Acuerdo político por Tabasco deberá al menos reactivarse. Debiera comenzar por reconocerse que no ha
dado resultados. Si los hubiera dado, Núñez iría por obligación y convicción al
Congreso y la rendición de cuentas estaría por lo menos… más cercana a la
realidad.
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