El tono exacto de la visita presidencial.

Posted on 10:45 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

Hugo Triano Gómez. 




En la tradición política de México una visita Presidencial siempre fue un acontecimiento. Obviamente las cosas han cambiado, lo que obliga a entender que las giras del "primer mandatario" y los encuentros con sus homólogos estatales, no son más trascendentales por el solo hecho de darse.
Después de todo, son esos mismos nuevos tiempos los que exigen de los visitantes y de los que reciben, seriedad total, apertura y transparencia, que se aproveche la oportunidad para abordar los asuntos de importancia y no solamente los que el  protocolo pasivo señala.
Y no es que echar a andar en Tabasco un programa nacional piloto para entregar laptops a niños de primaria no signifique algo considerando la precariedad generalizada del estudiante tabasqueño; no es que no tengan razón quienes digan que sería peor no ser contemplado entre los 3 estados pioneros, es solo que Tabasco padece como todos saben, problemas añejos relacionados con la federación que simplemente no van ni para atrás ni para adelante.
Es bueno sí que se haya dado algo de lógica al programa de "mini-pcs" al dotarlos de software vinculado al programa de estudios que a diario se ve y que sean fácilmente identificables ante eventuales robos. Lo que no es posible, es creer que con un simple paso se considere a Tabasco en un universo distinto al de las escuelas con infraestructura deficiente, donde las clases se interrumpen al menor tronido de dedos de los sindicatos y en el que la calidad que se busca aún está en pañales, lejos de concretarse.
En el extremo y como por azares del destino, la visita de Enrique Peña Nieto al pantano choco se enmarcó dentro de un problema serio que aún hoy enfrenta PEMEX en el pozo terra 123, a 1.6 kilómetros de distancia de los asentamientos humanos más cercanos de Nacajuca. El hecho más allá de evidenciar que la cerrazón de PEMEX a proporcionar información de primera mano cuando algo sucede con su quehacer, continúa, exhibe que sus funcionarios poco han aprendido en combatir su propia soberbia y que no han dejado de considerar como suyo el terreno que pisan y explotan. 
Que el Jefe del Ejecutivo Federal haya recorrido vía áerea la zona seguro para muchos bastará, aunque en sentido estricto el sobrevuelo no pasará de ser una nueva anécdota del poder Presidencial.  
Lo serio -y no ahora- es y será echar a andar el programa de revisión de redes y ductos que siempre que sucede un siniestro como éste sale a colación, pero tan pronto se acaba la efervescencia vuelve al baúl del olvido, al de la omisión burocrática. 
No menos importante era y es retomar la necesidad de difundir entre autoridades municipales y los comunes los mapas de riesgo ante la presencia de infraestructura que la paraestatal guarda tan celosamente y parcialmente justifica, no importando que entre las patas de los caballos se lleven a cientos de poblaciones vulnerables. 
Los que realmente nunca estuvieron en la agenda a tratar fueron los pendientes de Tabasco con la CFE, pero más allá del protocolo, un interesado en algo no puede ni debe quitar el dedo del renglón hasta lograr el objetivo. Sentido común, sentido de la responsabilidad.
Al no atenderse nada de esto, lo que los tabasqueños vieron fue solo a un Presidente Peña Nieto “buena onda“ y toda la cosa y a un gobernador Núñez "agradecidísimo" como pocas veces con los visitantes, encabezando un acto gris discursivamente hablando, que si acaso emocionó a los niños, por las fotos tomadas para el facebook ... y su laptop.  

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