CFE: De resistencias y riesgos
El anuncio fue de impacto. No importa
que aún haya algún indeciso. Oponerse al poder de un ente como la CFE desde la
institucionalidad de un Ayuntamiento, supone una escena poco común, con todo y
que Tabasco se pinte solo para los conflictos y en específico con la (ahora) ex
paraestatal.
En otras palabras, de hacerse realidad
la “decisión” de los 9 gobiernos municipales emanados de las filas del
PRD, de no pagar el servicio de energía eléctrica, Tabasco se colocaría una vez
más en el sendero de los focos rojos del gobierno federal.
Evidentemente el caso sería distinto al
de las prioridades exhibidas por la administración federal, centrada en sus
reformas estructurales, la inseguridad y la cosa política, lo que hace difícil
pensar en una solución pronta y de fondo al conflicto.
Con esa visión, quizás lo más cómodo
para el gobierno Peñista sea “adelantar”
participaciones al Estado y por ende a los municipios en un afán de enfrentar
los pasivos, pero eso será solamente taparle el ojo al macho. A la larga, el
recurso comprometido-adelantado, solo justificará la constante inejecución de
obras de los Ayuntamientos en pos de “privilegiar el pago” y terminará
tapando huecos económicos, con recursos que generarán otros, colocando todo en
una dinámica de nunca acabar. Cubriendo con el dinero que podría ser detonante
de desarrollo, cobros excesivos, tal vez injustificados.
Y es que ese es el meollo del asunto.
De nada servirá tampoco alguna ampliación presupuestal como la que se empieza a
hablar en el congreso tabasqueño, si va destinada exclusivamente a ese pago. A
lo sumo, la medida exhibirá la consistencia de la espiral inflacionaria y dará
nueva vida al espejismo de tener más dinero, aunque no se haga nada. Aunque no
detone algo, aunque no alcance más que para las deudas.
Políticamente el “amago perredista”
luce desatinado ante la exaltada “relación positiva” que mantienen las
administraciones de Arturo Núñez y Enrique Peña, que llevó al primero a señalar
que el jefe del ejecutivo federal no ha dejado solo a Tabasco ante su
circunstancia, reconociéndole voluntad para crear el fondo para entidades
petroleras que se ha dicho, con la reforma energética le dará al estado al
menos mil millones de pesos el año próximo. Empero, para los perredistas alzar
la voz ahora parece tener algo de oportunidad, raro en ellos. Es justamente la
coyuntura de la consumada reforma, la que le da esa cualidad.
¿Cómo hará el gobierno de la república
para sanear a la CFE ahora que se le considera una empresa productiva del
estado? Sus pasivos laborales ya se sabe, son -ahora- deuda pública. ¿Qué
criterio empleará con sus deudores?¿Procederá a los embargos institucionales
y/o personales a los que ya tiene derecho? La condonación de sumas impagables
parece cada vez más lejana. Obligado será ver esa escena como un punto de
partida en un conflicto que apenas comienza a desarrollarse.
Por lo pronto, con todo lo que se
avecina, la infructuosa negociación del gobierno Nuñista para tratar de
buscarle una solución a la deuda histórica de miles de tabasqueños con la CFE,
parece enfrentar una nueva tranca y entrar por enésima ocasión en el
limbo.
¿Qué si qué papel asumirá el gobernador
Núñez ante la postura de los ediles?¿Qué alternativas tiene? Si con los
ciudadanos no “tomó partido” y puntualmente subrayó que resolver la
resistencia civil es una tarea pero no una obligación, no tendría porque
esperarse algo diferente en el “nuevo” caso. No si se considera también
que detrás de la creciente deuda de los ayuntamientos puede haber algo de malos
manejos administrativos, de omisiones sin juzgar, y si finalmente tiene una salida
legal apelando a la autonomía municipal.
Como sea, Núñez debe pensar muy bien el
paso que dará. Secundar a los alcaldes podría parecer una mordida a la mano que
ahora le apoya. Respaldar la respuesta federal, hacerlo ver ante sus aliados y
potenciales operadores políticos, insensible y ajeno a su problema financiero.
Con ambos casos además podría despertar el celo de los comunes, esos que siguen
con su futuro empeñado ante la CFE y no ven como él, ninguna luz al final del
túnel. Lo malo para él es que en todas las hipótesis enfrentará riesgos… el primero, el de perder lo “ganado”.
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