Sucesión 2012: Llaves de la definición Panista.
Hugo Triano Gómez.
La
definición de los Panistas por Josefina Vázquez Mota para que sea su abanderada
Presidencial en los comicios de Julio próximo, solo marca el punto de partida
para que los que aspiran a suceder a Felipe Calderón al frente del poder
Ejecutivo federal, se quiten la máscara.
Con
esto se acabará por fin con la farsa de que el que aspira al cargo no es un
candidato, precandidato o lo que sea que se le ocurra para identificarlo; mejor
aún obligadamente se pasará al terreno de los planteamientos, en el que cada quien
demostrará qué es y de qué está hecho.
Lamentablemente
-por ser lo deseable- una vez más las capacidades en uno u otro rubro no
necesariamente “premiarán” al mejor aspirante con la primera magistratura. México, por su polifacética y “falsa sociedad” está aún lejos de determinar como se debe, su correcto destino político.
Llena
de mujeres volteando a ver la guapura de Enrique Peña, más que a las propuestas
que Andrés Manuel López Obrador realiza por ni siquiera pretender
comprenderlas; aunado al feminismo histórico que promete enarbolar Vázquez Mota,
más el sindicalismo político-superfluo que aún tiene que nominar en el PANAL a
su abanderado presidencial en aras de su propio poder y debilitar al que se
deje, torna más complicado aún el escenario, en el que las razones parecen
platos de segunda mesa.
Es
cierto que muchas voces insisten en el hartazgo hacia el estado de cosas, que aceptan
que hay mucho por hacer; pero la ignorancia de los votantes por lo
verdaderamente importante hace temer que otra vez la puja electoral se apegue
exclusivamente a las siglas, a las
ventajas personales que le representa a una facción que una u otra se digan “triunfadoras” y sobre todo que algo
serio sea echado a la basura.
El
que a estas alturas se esté pensando apenas en proponer debates entre los
presidenciables, habla de la carencia de solidez y de idiosincracia del régimen
democrático nuestro de cada día. Supone que los adelantos logrados en otras
partes del mundo no son para la nación del águila emplumada, a diferencia de
cualquier cantidad de modas, vicios y relajos adoptados al por mayor, sin ton
ni son.
El asunto del combate al crimen organizado, a
la pobreza alimentaria y de educación; a los poderes “supra” de los sindicatos
añejos y los florecientes; a la corrupción, a la impunidad, a los gastos
excesivos de los partidos políticos y de quienes se alimentan de su ubre; del combate a la
inequidad en la distribución presupuestal; de buscar las garantías para mantener las
libertades ganadas y evitar la propagación de las que pretenden
debilitar los núcleos mínimos de lo que queda de la diezmada sociedad mexicana;
de eficientar los mecanismos de participación política ciudadana; de eso deberá hablarse,
con eso deberá integrarse la agenda a discutir de los Presidenciables. No se
requieren más “platillos sin
ingredientes” ni más “cartas sin costos
visibles que pagar” para los hambrientos de soluciones y de contribuir –sin
discursos- a ellas.
Nadie
puede decirse ya en México promotor del cambio sin decir cómo, una exigencia antigua
que hoy debe guiarse por la agenda de verdaderas prioridades sociales; no de la
de la élite política.
No
importa que una dama derribe los estigmas del machismo mexicano o el guapo se
diga arrepentido del pasado o el provinciano hable más pausado y gritado que
los demás, nada importa si no explican
cómo van a cambiar el presente de este país que pudo ser algo más grande.
Ingenuo o no, la esperanza seguirá muriendo a lo último.
Por
supuesto que la libertad de manos, de actuar y de pensar para el próximo
Presidente será vital. Por eso le urgirá –como a los últimos 2 gobiernos- un
Congreso afín. Finalmente podrá tener las herramientas para delinear su proyecto,
el que elijan los mexicanos. Si se es honesto habrá que aceptar que el voto
fraccionado no ha dejado muchos dividendos a la hora de las decisiones y por el contrario
solo ha paralizado si no es que retrasado muchas de las escenas en las que
se debería estar mejor.
No
es volver al pasado lo que aquí se plantea, si exigir mayor responsabilidad al
ejecutivo y a sus cámaras; se trata de evitar que el bloqueo a contentillo que hoy se vive,
que afecta todo y es justificado desde las diversas trincheras, sea culpa de
todos... y de nadie a la vez.
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