La política del IEV.
Hugo
Triano Gómez.
El
asunto del cobro del impuesto vehicular en Tabasco tiene más que una compleja
vertiente financiera. De lo que no cabe duda es que "temprano" se
politizó. La "nueva" oposición -la priísta- vio en él una posibilidad de comenzar a
reducir los bonos del gobierno nuñista y busca aún aprovecharla. El gobierno
que prometió el cambio no reaccionó.. a tiempo.
Y es
que por circunstancias desconocidas la administración nuñista prefirió adoptar
al principio de la discusión, el pocas veces redituable silencio, ese que se
cansaron de emplear los gobiernos de antaño, los que siempre criticó.
No
obstante haber decidido dejar pasar el segundo año de la gestión sin cumplir
una promesa de campaña tan sensible, le costará a Arturo Núñez algo más que una
molestia matutina. Así será porque ahora aunque Núñez ratifique que cumplirá su
compromiso, el efecto es menor. La fuerza está del lado de quienes han hecho -y
harán ver- ver al jefe del ejecutivo estatal como alguien que evitó las
precisiones a tiempo y que se vio obligado cuando más a reaccionar, no a actuar
de motu proprio, de buena fe..
En
otras palabras, si en 2015 Núñez Jiménez decide no cobrar más el IEV, la medida
se verá como una decisión electorera o como la consecuencia de la intervención
de un grupo político que se venderá como uno que aprendió de sus errores, de su
insensibilidad. Que se la compren o no en las urnas, es arena de otro costal.
Discursivamente
hay que decir que si bien el mensaje de la quiebra de las arcas estatales se
mantiene vigente, no muestra congruencia al comenzar a hablarse de
"actualizaciones" salariales y de obsequios a la burocracia estatal,
por mínimos que estos sean. Es verdad que la secretaría de finanzas ya precisó
que el nuevo tabulador no entrará en vigor ante las necesidades del estado por
aportar el paripassus para acceder al FONDEN tras las lluvias de diciembre, sin
embargo la elemental lógica administrativa se extravió cuando se dispuso de una
partida para regalos que pudo sumarse a satisfacer prioridades y emergencia y
que no caben en en donde hay una situación de éstas, de "desastre
financiero".
Se
entiende también que la recaudación de los estados -que de por sí es mínima- se
afecta de manera importante al no recibir estos ingresos que por otro lado
permiten tener acceso a participaciones federales. El hecho que el nuevo
gobierno no lo hayan advertido desde que gan´p la elección, estrictamente no es
problema del elector, si de la clase que como siempre promete al garete, a
tientas, por quedar bien y peor aún por ocurrencia.
No
habría tal condición si a estas alturas ya existiera el mecanismo que lo
sustituyera. Empero, menuda tarea tienen ahora los encargados de la planeación
y las finanzas al trabajar a marchas forzadas para hallar el mecanismo, que
dicho sea de paso, se sostiene no será un nuevo impuesto. Si al final se crea
-habrá que anotar- no solo será atole con el dedo sino otra promesa no hecha
realidad.
Ojeando
los números tampoco puede sostenerse -sin explicación de fondo- la versión de
que el presupuesto estatal se verá significativamente afectado ante lo que
representa en recaudación, pues en el último año se da por sentado que el pago
vino a menos y lo presupuestado con todo y todo pasó en el mismo lapso de los
36 mil a los 39 mil millones de pesos.
A
todo esto, un aderezo especial vino a ponerle a este arroz Andrés Manuel López
Obrador en su reciente visita al estado, pues sin querer llegar al
"rompimiento" le recordó al gobernador Núñez la premisa aquella de
que las promesas se cumplen (o debieran).
¿Se
atreverán los émulos del tepetiteco en el terruño a convocar al no pago del
impuesto, aún y cuando ya hayan tardado mucho?¿Volverá Obrador -cuando regrese-
a llamar a una nueva resistencia civil o todo se extinguió ayer en el encuentro
Nuñez-Obrador?¿Habrá acaso Núñez hecho entrar en razón al "radical"
de las últimas dos décadas?
Sin
discusiones, un llamado de tal envergadura de este atrincherado tendría ecos de
más que los que han hecho los mismos que hoy se dicen distintos, de esos viejos
lobos, vestidos de… nuevas ovejas.
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