Por Debajo de la Mesa. (De Alianzas Frankenstianas)
La democracia entre otras cosas, presupone la participación activa de la ciudadanía y los partidos políticos, que éstos acerquen en sus propuestas a los primeros con el gobierno, para ejecutarse posteriormente en acciones.
Pero la democracia no acaba en ese esquema,es necesario que el estado como tal cuente con un proyecto de Nación; es decir, con un rumbo definido para que las acciones del gobierno no sean improvisaciones sin sentido, sino que constituyan parte de un objetivo en el cual la meta sea lograr el bien común de la población en general.
Desgraciadamente cada vez más nos alejamos de ser un país en el que se pueda contar con un proyecto de nación definido y sustentable; nos acercamos más a seguir siendo un producto de la improvisación de los gobernantes en turno.
Una señal clara es la reciente alianza surgida entre dos partidos ideológicamente opuestos, y que tan sólo buscan obtener una ventaja electoral en las futuras elecciones a celebrarse en diversos estados de la República, la del PRD y el PAN.
Por supuesto no debe considerarse en sí condenable la postura de las alianzas electorales, pues ella es parte de los planes que a largo plazo podrían redundar en un beneficio colectivo. Lo lamentable de una alianza como esta, es que no busque en ninguna de sus partes constituir un proyecto aunque fuera a mediano plazo, que sólo busque en un muy corto periodo de tiempo quitar de enmedio a un adversario electoralmente fuerte sin tener la menor idea de lo que pretende hacer en y con un Gobierno.
Esta alianza PAN-PRD rompe con el esquema tradicional que ambos partidos han sustentado en los últimos años y en sus acciones de gobierno. Por una parte el PAN se ha empeñado en el combate a la delincuencia y al narcotráfico como estandarte para lograr la seguridad pública y el desarrollo nacional, y en el combate a la pobreza por medio del apoyo a cierta clase de empresarios para que puedan generar mayores empleos; por la otra, el PRD ha criticado abiertamente esta postura y bajo el emblema de “Primero los pobres” ha sustentado que el desarrollo de México debe darse a través de acciones de gobierno en el combate a la pobreza basado en programas asistenciales y en el combate a la corrupción en las altas esferas del poder público, donde por cierto los perredistas han acusado abiertamente a los Panistas de ser los causantes de la pobreza nacional al favorecer corruptelas en las diversas actuaciones del Poder Ejecutivo Federal o de los estatales.
No es imaginable por tanto qué “Programa de Gobierno” (para no aspirar aunque sea a un Proyecto de Nación), pueda surgir de estos dos partidos que ideológicamente han mostrado posturas en diversos ámbitos diametralmente opuestas; porque en casi todo se han mostrado en desacuerdo. Es más, desde el Congreso de la Unión se ha visto que los perredistas han desaprobado la mayoría de las iniciativas más importantes del panismo; y los han acusado con claridad de venderse a los intereses del mejor postor.
Luego, bajo este panorama, la ciudadanía se preguntará: ¿En dónde quedó la defensa por el petróleo que enarboló el PRD?, ¿Dónde quedó la defensa de los pobres? ¿Acaso ahora los perredistas van a defender los intereses trasnacionales de los que acusaron a los panistas de defender? ¿Acaso ahora el emblema del PAN va a ser “Primero las Trasnacionales y después los Pobres”? ¿Acaso por eso Felipe Calderón dijo que se tenía que cambiar el rumbo del gobierno recientemente? ¿El próximo candidato a la presidencia del PRD y PAN será uno sólo y será acaso Franskeinstein?
Algo queda claro: Los actuales dirigentes del PRD y PAN no están interesados en seguir ideales o comprometerse con Proyectos a largo y mediano plazo, están demostrando que lo que menos les interesa es construir sobre bases firmes el crecimiento nacional; que un día pueden acusarse de “vende patrias” de “proteger intereses extranjeros”, pero que por debajo de la mesa pueden “acariciarse la rodilla” y pactar como ahora lo están haciendo, por su única conveniencia de ganar mayores espacios de poder.
La lucha entonces, es claro, es solo para conseguir el poder, para mantenerse en él a costa de lo que sea, aunque se tenga que “cambiar el rumbo” y cambiar las ideas, las propuestas, lo que generará entonces que sigamos como país sin rumbo definido.
Somos entonces como un barco que parte del puerto sin brújula, sin mapa, sin ninguna ayuda para llegar a puerto seguro, estamos a la deriva en el mar mientras se nos acaban los recursos en el barco, porque se nos acaba el petróleo, los recursos naturales, y hasta el ánimo, y en lugar de PLANIFICAR algún objetivo particular y gastar nuestra energía y entusiasmo en él, los “dirigentes” siguen peleando únicamente por dirimir quién debe llevar el timón, mientras las olas son las únicas que dirigen nuestro camino hacia la nada y la inseguridad de las tormentas del exterior.
Por eso la población debe decir YA BASTA, debe PLANEAR su rumbo y empezar a realizar acciones de gobierno en donde pueda conciliar los interesas de la mayoría, en donde por lo menos se sea consecuente entre lo que se hace y lo que se piensa.
1 comentarios:
Lamentablemente esta comprobado que la política interior en México es un nido de ratas, dinosaurios y seres monstruosos que ademas son corruptos. La alianza del PRD y PAN no es mas que una muestra de que los partidos políticos no tienen identidad propia y solo buscan cumplir con sus intereses sin darle la mas mínima importancia a los ciudadanos.
Lamentable
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