Dios nos salve
La última reunión entre el Presidente Estadounidense Barack Obama y el líder Chino, en el contexto de la cumbre por el desarme nuclear, no constituye más que otra farsa.
Tal hecho evidencia -ya sin máscaras- el lugar y rol que el presidente de raza africana ha elegido: Una marioneta más es lo que decidió ser, el presidente del imperio. Empleado al servicio del sionismo internacional, a quien obedece con el objetivo de no ser despedido.
El circo de la Cumbre por el desarme nuclear, demuestra el arreglo entre el coloso oriental y el imperio para cercar y presionar a la república islámica del Irán, a fin de que desista de sus programas nucleares.
El único beneficiado: Israel.
En efecto, con la máscara de líder mundial, preocupado por la paz y el orden internacional, Obama tan sólo se ocupa de aligerar la carga en medio oriente para el pueblo de Abraham, quien teme la reacción del último bastión árabe que en forma seria se le opone.
Aniquilados Irak y Afganistán, sólo el Irán se atreve a pregonar la eliminación y expulsión de los Israelíes de las tierras ocupadas.
En términos prácticos la puesta en escena, busca además alinear a los futuros aliados de la siguiente intervención imperial en medio oriente (en su mayoría naciones arrodilladas) y desde luego, evidenciar a quienes se resisten a tal apoyo.
Norberto Ceresole, en los noventas ya afirmaba en su publicación “La conquista del imperio” el objetivo militar sionista que representa la república del Islam.
La afirmación hoy adquiere actualidad y sentido logístico, máxime si se considera que al escribir Ceresole su obra, aún no había acontecido el supuesto ataque islámico a las torres gemelas que el referido escritor argentino explica y entiende como una mera acción terrorista israelí, tendiente a empujar a las naciones agraviadas contra terceros. (coloquialmente lanzar la piedra y esconder la mano, para provocar litigios).
En el caso del pueblo americano, al cual se tiene desinformado, se le hizo creer que el enemigo de ellos permanece en el medio oriente y se encarna en el Islam. De este modo la “opinión pública” apoya las políticas gubernamentales de agresión al menos en la forma cuando se estiman agredidos.
El sueño prometedor de Obama hoy más que nunca ha caducado, al menos para las naciones no alineadas y desde luego para el pueblo norteamericano. Es uno más, de los brazos ejecutores de los amos de la Casablanca, sin que importe en algo su color de piel.
El siguiente paso después de la cumbre será sin duda, la exigencia de recibir a observadores de la ONU dirigida a la república del Islam, cuya respuesta negativa es conocida y esperada de sobra.
Los tambores de guerra por tanto vuelven a sonar, con todo y el caos económico mundial imperante, provocado por humanos y no por “factores naturales” tal y como se pretende hacer creer a fin de acabar con la era cristina desde sus cimientos y, estar así en aptitud de enarbolar y promover el surgimiento de una nueva era: la anticristiana.
Un mínimo de decencia obliga a pensar en que China y Estados Unidos deben por equidad, exigir de igual forma a la dictadura comunista de Corea la detención de sus programas nucleares e incluso a Francia, reducir sus armas de características similares. Dado que ello no sucederá por no ubicarse el ombligo del mundo en tales áreas del orbe, resulta clara la función de marioneta del presidente Obama, quien no persigue ningún interés pacífico ni humanitario, tan sólo cumple –se insiste- con sus amos.
Y es que aún y cuando Nicolás Sarkozi, líder de Francia, se opone a participar activamente en el desarme nuclear, ello no significa que se oponga a un futuro mejor para la humanidad; tal postura no resulta del todo descabellada, simplemente obedece a una realidad, que el dirigente galo expresó de la siguiente forma: “… sólo el día en que el mundo actual sea seguro renunciaré a las armas nucleares.”
Con dicha declaración, proveniente de un miembro del grupo privilegiado, se puede uno imaginar que pensará el líder Iraní al observar que los jefes de estado del mundo se reúnen para “dialogar” en torno al “desarme nuclear”, mientras él permanece rodeado de enemigos, de aliados del sionismo y de estadounidenses.
Que dios bendiga a América, por las consecuencias del inicio de una guerra entre civilizaciones.
Religión, Independencia y Unión.
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