SEGOB: Lecturas del cuarto...(2)

Posted on 22:18 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

Alineación a la izquierdaHugo Triano Gómez.


Otra arista desvelada, tras el cuarto ajuste en la Secretaría de Gobernación de la semana anterior, ubica a la administración de Felipe Calderón en un lugar histórico, en el entendido de que solo 2 Gobiernos desde la era Porfiriana, han tenido más encargados en esa oficina: La de Pascual Ortiz Rubio –cuando el Maximato- y la de Plutarco Elías Calles –el jefe máximo- con 6 y 5 respectivamente.

Situado al mismo nivel, el gobierno Calderonista empató con el ajuste a otras administraciones famosas como las del “chacal” Victoriano Huerta, la del “mocho” Álvaro Obregón, la del “Tata” Lázaro Cárdenas, la del referido “Cachorro” Miguel Alemán y la del “tecnócrata” Ernesto Zedillo, que “zarandearon la mata”de la SEGOB o -su similar- en 4 ocasiones también.

En contraparte, con el enroque “superó” las gestiones del “mártir” Francisco I. Madero, la del “solidario” Carlos Salinas y al mismísimo General “Don” Porfirio Díaz Mori que 3 veces optaron por ajustes en esta “importantísima” área.

Sin duda es de llamar la atención el caso de Don Porfirio, en virtud de que en sus 3 décadas de “orden y progreso”empleó a tal cantidad de Secretarios, sin menoscabo de que uno fue su suegro (Manuel Romero Rubio), otro su compadre (Manuel González Cossío) y uno más su incondicional. (Ramón Corral)

Por supuesto que ni el General hubiera soportado la presión si sus tiempos hubieran sido los actuales de “tanta” apertura y democracia mal entendida, con voces autorizadas y siempre dispuestas a ver la paja en el ojo ajeno y a ocultar cual expertos, la viga en el propio; con tanta politiquería pues, pero esa es otra historia.
Resta decir amén de la interesante numeralia, que la de Gómez Mont no ha sido la peor de las gestiones en la Secretaría de Gobernación. Responsabilizar a un solo hombre de los problemas de la política interior del país, no solo es injusto e irreal, sino patético y temerario.

No es cierto que el estancamiento de la iniciativa de reforma política planteada hace 7 meses por el gobierno federal sea culpa del despedido o del mismo Jefe del Ejecutivo, siendo que la cámara de diputados –con todos sus colores- ha privilegiado cualquier otro asunto, incluidas las elecciones, sus vacaciones y viajes de receso; menos el estudio profundo y la discusión seria del asunto.

No fue Gómez Mont oponiéndose a las alianzas con el PRD el que puso de cabeza al país, tratando quizás de salvar la convicción que haya tenido –mucha o poca- y que lo hizo incorporarse al gabinete. No fue él, por que no es el único en el país que ve reducido a la competencia electoral, cualquier acuerdo político que después suele desaparecer sin pena ni gloria, en perjuicio siempre de quien eligió.

Tampoco fue él quien complicó el escenario de la delincuencia organizada, al criticar el papel de la comisión nacional de los derechos humanos y pronunciarse constantemente en el sentido de no retirar al ejército de las calles.

Y es que si alguien lo ha olvidado, la lucha anticrimen no es un asunto de democracias, pese a que su sucesor Francisco Blake lo haya dicho como primer mensaje. Ya demasiado tiempo se ha perdido como para detener ese frente, en espera de que los “representantes populares” se pongan de acuerdo en el camino a seguir, de lo cual por cierto nunca hay garantías.

Blake ya dijo también que buscará la reconciliación política del país. Siendo honestos, el dicho sigue viéndose lejos del hecho. Ni el más experimentado hombre en el cargo –que no es el caso- ha logrado convencer a sus opositores a actuar por ideales, como dicen siempre, por México.

Para acabar pronto, o deja que los enemigos de su jefe Calderón impongan su ideario político y la agenda a discutir para “avanzar” –cosa que no ocurrirá- o solo estaremos ante nuevos episodios de intentos de arreglo entre la plutocracia, cada vez más difícil de hacer reaccionar.

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