El otro...grito.

Posted on 21:48 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

Flor de Líz Pérez Morales. 


Los políticos de mi país y de Tabasco no aprenden, parece que la historia no les dice nada, no saben leer, no disciernen entre lo que incomoda y lo que está mal; reaccionan amañados como siempre, aletargando los momentos, como si con eso atenuaran la crisis que los tiene donde están. 
Acaba de pasar un hecho histórico que celebra en palabras la vida de nuestro país; la Independencia, acontecimiento que si bien nos da la excusa para valorar esa simiente que hoy nos explica en su ordenamiento social, también nos sitúa en el desordenamiento del mismo. Ahí escondido en ello está uno de sus nudos, uno que ha recorrido su propia génesis; ese que intentan sumergir como algo que no gusta pero que a la hora de hurgar expulsa lo patético de la crisis; eso que aún cuando nos viste en la civilidad, nos desnuda en la barbarie; eso que muchos conocemos, pero pocos tienen el atrevimiento de colocar en su medida: la justicia. 
Los políticos nos han vendido la palabra, la han adjetivado, la dan como un sustantivo que nos cobija en la legitimidad de su concepto. Llevan como bandera la institucionalidad de las leyes, pero no la han verbalizado en sus propios actos. Resulta que a la hora de la hora, en la vivencia de los reclamos, la esconden en sus principios, la corrompen, la desnudan en su antítesis.  
¡Qué importa la justicia! No valen los abusos, la podredumbre, lo que se esconde, lo que apesta, porque no saben que están ahogando los gritos de auxilio que les piden su honorabilidad y respeto; se asustan de las movilizaciones cuando en el trasfondo mucho es el resultado de las complicidades en las injusticias.  
Aún así, en su nombre se levantan las banderas de los partidos políticos, de los funcionarios, de las promesas, de todo lo que se pueda colocar como claridadesDan lástima las instituciones y los sujetos que creen que en sus mentiras están sus verdades.  Es curioso, en la justicia de estos políticos no se encuentran las leyes, solo las acusaciones. Lo grave es cuando de ellos emergen los héroes. 
Hay un problema de fondo Ahí al frente de las normas, están los hombres y mujeres que se ciegan, que no escuchan cuando su gente les habla en la desesperación, que agonizan en sus silencios. Muchos de estos políticos creen que evadiendo el asunto desanudaron la crisis. La realidad no es así, solamente que son incapaces de ver que agudizaron lo lamentable. Por eso no cualquiera puede ser un verdadero hombre político. De esos otros están llenos los escritorios. 
Las injusticias ocurren en todos lados, en todos los marcos sociales. Ocurre en los Congresos, en los ayuntamientos, en las instancias de gobierno, en órganos dependientes o independientes, en la salud, en las escuelas, en la educación, pero lo más grave es que ocurra en las universidades, en la UJAT, el lugar de estudio de la Justicia; en nuestra propia casa, en esa  que nos validaba su principio de honorabilidad y  respetabilidad.

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