Los saldos del conflicto magisterial
Hugo
Triano Gómez.
Como se
dijo desde el principio, lo de fondo en el conflicto magisterial de Tabasco no
era ver quién vencía a quién, sí darle paso a la legalidad, en la idea de que
el "nuevo" gobierno busca diferenciarse de los que le
antecedieron y que tanto criticó.
Con la batalla concluida -que no la
guerra- resta registrar los saldos que dejó.
De inicio
hay que decir que el gobierno Nuñista se mostró más "aguantador"
que otros ante las presiones de la alianza magisterial, que ciertamente
tensaron la liga hasta donde era posible… y un poco más. No hubo granaderos en
las calles, ni ante lo que para algunos fue un exceso como lo suscitado en los
últimos días del paro en la Quinta Grijalva. El gobierno Nuñista pues prefirió
meter en agua los fósforos teniendo la mecha del explosivo en sus manos, con
todo y que también hubo quien vio en ello, un signo de inacción, de "demasiada
tolerancia".
Con el
nudo desatado ya, puede decirse también que la administración Núñez salió bien
librada del conflicto al no ceder en la pretensión de los maestros de renunciar
a Rodolfo Lara de la secretaría de educación, que como también se afirmó, solo
lo habría hecho y exhibido como un gobierno débil y le mostraría "el caminito" a los demás que en lo
subsecuente tengan cosas que negociar con la autoridad estatal.
Los
maestros por su parte mostraron su poder y su capacidad de organización, de
unirse. Mal hicieron sí, en exhibirse ellos mismos como una clientela electoral
que en función de lo que les dan, apoyan o dejan de apoyar tal o cual proyecto.
Lo de la cabeza de puerco colgada frente a la residencia oficial del gobernador
augurando "la caída" de Lara Lagunas, en honor la verdad
no pasó ni debería pasar de lo anecdótico, de algo propio de una
manifestación acalorada y de un conflicto ríspido.
Lo bueno,
si se le puede encontrar algo así a diez días de clases perdidos, es que ahora
parece claro para todos que las evaluaciones llegaron para quedarse entre los maestros
que aspiren a hacerse de una plaza o de obtener una mejor dentro del
tristemente célebre régimen de escalafón. Y es que en esto como se ha
sostenido, nada es más trascendente que la decisión de hacer cumplir los
reglamentos. Si ésta no existe desde la autoridad que lo regula, todo quedará
en manos de nuevo de los líderes sindicales que discrecionalmente se han
beneficiado en perjuicio de sus propias bases.
Es también nueva
tarea de ellas -de las bases- comenzar a exigir claridad en el manejo de sus
cuotas, que debe alcanzar hasta para financiar sus celebraciones y obsequios,
como sucede en todo organismo autónomo.
La cereza
en el pastel la constituye sin duda la explicación dada por la parte
gubernamental, respecto a lo que le puso fin al primer conflicto gremial de
peso y de pesos del denominado "gobierno del cambio".
Lo
fundamental, amén de los logros sobre pagos oportunos y cosas que ya antes se han prometido, radica en el pago extraordinario de hasta 82 millones de pesos
que se hará -en conjunto- a los tres sindicatos en aras de "cumplir el
calendario y mejorar la calidad de la educación".
Es
importante por que una vez asegurado el monto que siempre se negó pudiera ser
viable, los maestros se sintieron "ganadores"
y apagaron la llama de su movimiento. Empero signaron un compromiso que bien
pudiera sacarlos de la zona de confort en la que han estado en los últimos
años.
A la luz
de ello, la advertencia del secretario de gobierno Raúl Ojeda de que los
dineros que se darán son absolutamente auditables no es cosa menor y reduce en
algo la falta de un candado en el pago de la prestación que bien pudo ser
catalogado como "único" para evitar cualquier intento de
reclamarlo el año siguiente, pero como también se dijo antes, las partes tenían
cosas que ceder si querían destrabar el problema.
La
advertencia en comento se entiende entonces buscará reducir las ausencias injustificadas de
maestros, incluidas las apadrinadas por los líderes del magisterio, pero
también buscar que el recurso se emplee por fin en una auténtica capacitación
de los docentes. En otros términos -y por lo menos en el discurso- no será solo
para "motivar" los estados financieros -pequeños o grandes-
de quienes dedican su vida a la enseñanza.
¿Que se
recuperarán clases? En honor a la verdad lo que hace falta es recuperar el
aprendizaje, la que la sola presencia en el aula no garantiza.
¿Que por qué solo puede hablarse de una batalla
terminada y no de una guerra? Es solo cuestión de pensar que la misma alianza
magisterial tendrá que volver a negociar el mecanismo para hacerse del dinero
ya autorizado -que tendrá que trabajar para ello- y que enfrente estará el
mismo veterano con una batalla más en su haber: Rodolfo Lara.
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