Tamulté: La ignorancia a punto de parir.
Hugo
Triano Gómez.
El
conflicto en la zona de Tamulté de las Sabanas para definir la sede del
hospital regional prometido en tiempos de campaña, ha entrado a su recta final.
Así tiene que entenderse la declaración del gobernador Arturo Núñez de hacer un
“último intento” por alcanzar un acuerdo de unidad o en su defecto le
dará la razón -y por ende la ubicación de la infraestructura- a la “mayoría” que curiosamente fue a “agradecerle” su inclinación por el
ejido Buenavista.
El hecho
por supuesto no deja lugar a dudas. El gobernador al salir de su despacho a
atender a sus visitantes y a sostenerles ese mensaje, demostró que su deseo es
ubicarlo allí. Porque esté convencido técnicamente o porque en verdad cree que
las mayorías están representadas con las firmas de los delegados es lo de
menos, pues contra los deseos de un gobernante, poco queda por hacer.
Es verdad
sin embargo que el gobierno estatal podría terminar mal parado en el asunto,
cuando lo que quería era anotarse un diez; ser recordada como la administración
que “por fin” le hizo justicia a los indígenas.
Y es que
lo que el gobierno Nuñista no midió adecuada y sorpresivamente fue la forma de
encauzar los acuerdos. De manera sorpresiva -se sostiene- porque al ser la
región, bastión del movimiento de izquierda que encabeza, conoce perfectamente
las fortalezas y debilidades, las ambiciones y susceptibilidades de
radicalizarse de su gente.
Ahora, en
efecto, parece complicado por la politización del asunto y lo “metido”
de los tiempos para registrar la obra ante la autoridad federal, llevar a cabo un plebiscito para
destrabar el tema. Otro gallo habría cantado si a propósito de consultas se
hubiera realizado una como aquellas que son tradicionales entre los tamultecos,
vinculándolo siempre a la factibilidad de la obra y a los supuestos objetivos -válidos y
deseables- del gobierno de descentralizar servicios y desarrollar otras zonas
de la región.
En ese
tenor es posible pensar que ni así se habría logrado la unanimidad, aunque se
habría construido el contexto necesario para validar la conveniencia de
realizarla en Buenavista, donde finalmente se hará. En otros términos, los
inconformes se habrían quedado sin armas para “luchar”.
Claro que
tampoco es correcto que los pobladores del ejido Jose G. Asmitia se consideren
como los únicos que tienen el derecho de los beneficios de un gobierno, que “monopolicen”
los servicios. Después de todo, de lo que ha adolecido Tabasco -y México en sí-
ha sido de la centralización y el consecuente debilitamiento de sus estructuras
básicas de gobierno.
Por otro
lado, en una mirada NO cortoplacista, los tamultecos podrían estar
desperdiciando una oportunidad para hacerse “más fuertes” en su
pretendida y añeja idea de ser pronto un nuevo municipio. Oponiéndose a los
deseos del gobernador, se están metiendo sin medir consecuencias con Sansón a
las patadas, con el único con el poder fáctico para aligerar su pretensión.
Como sea,
ya está visto que por las buenas no habrá acuerdos. Que con todo y que la sede
óptima para el hospital sea Buenavista, por contar con el terreno apropiado y
demás requerimientos, la decisión será catalogada como una imposición por los
beneficiados “afectados”.
Obligado
debe ser para el gobierno Nuñista contemplar la reacción de este grupo, que
podría ir desde intentos de boicot a la obra, pasando por marchas, plantones, bloqueos y los indeseables enfrentamientos, hasta llegar a las nunca
infaltables amenazas de cobrar afrentas por la vía electoral.
Lo que
queda en el aire es la duda de cómo será el “último intento” del
gobernador Núñez por intentar un arreglo. ¿Recibirá a los inconformes con la
obra en Buenavista como hizo con los que están a favor? ¿Acudirá a la “zona
de fuego” o lo hará todo a través de interlocutores? ¿Con qué as bajo la
manga cuenta para mantener vigente la idea de alta tolerancia, pero no
indecisión?
Cuidado deberá tener Núñez de no encender una mecha que sus oponentes esperan con ansias ver iluminada. Cuidado de no ser el padre del desastre, que la ignorancia está a punto… de parir.
Cuidado deberá tener Núñez de no encender una mecha que sus oponentes esperan con ansias ver iluminada. Cuidado de no ser el padre del desastre, que la ignorancia está a punto… de parir.
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