Tiempos de control . . .en el gobierno del cambio.

Posted on 12:40 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios


Hugo Triano Gómez. 


Que una instancia como la contraloría estatal en el gobierno del cambio haya sido alcanzada por la duda y el fantasma de la corrupción, no solo suena a escándalo. Es algo delicado e indeseable.
Y es que no puede perderse de vista que esa es la dependencia que mayor exigencia tiene en un gobierno a la hora de administrar recursos, aunque formalmente en el organigrama sea una más. Es ella, la que tiene el peso hasta moral de una administración pues es finalmente un órgano de control, el ente que auditará internamente a las demás. En otros términos es un organismo que no puede exigir a las otras, lo que no tiene, lo que no ofrece.
En Tabasco, es verdad, que las controlarías suelen hacer como que funcionan. Los hechos han demostrado que solo cuando se quiere o conviene se encuentran elementos para hacer responsables de irregularidades a quienes estuvieron antes en los puestos donde se toman las decisiones. Eso torna peligroso el asunto que raspa a su titular Lucina Tamayo
¿Qué hará ahora el gobierno de Arturo Núñez ante los señalamientos? Acusar una politización por el hecho de que la suspicacia alcanzó a alguien de sus confianzas sería un error. Sería darle validez a aquello del gobierno de cuates y cuotas”.
Lo imperante debe ser –una vez más- la exhibición de una indagatoria seria y como no hace mucho hizo Pedro Jiménez León con un asunto que le metió ruido a uno de los programas que ejecuta, atajar con elementos y antes de que la bola de nieve sea más grande, las versiones, las dudas. No emplear una caja de cristal y dejar el asunto al olvido, puede resultarle al gobierno y a su equipo más caro de lo que se cree.
Es, se insiste, un asunto de credibilidad el que aquí está de por medio. Esa que no se vende como en botica y que bastan a veces –pocas cosas- para extraviarla sin posibilidad de recuperarla.
Que la denunciante directora de administración de la Contraloría Candelaria Vázquez Ramos tenga iniciado un proceso administrativo por una supuesta incompatibilidad al emplearse en dos plazas del gobierno y sea señalada de tráfico de influencias en beneficio de su esposo, no puede –amén de dictaminarse- desviar la atención de lo toral: La posible afectación –vía corrupción- de las arcas estatales por aquello del sobre precio que se acusa en la compra de aires acondicionados y a la inversión privada local –por adquirirlos fuera de aquí- las mismas que Arturo Núñez prometió cuidar y fortalecer.
Ni qué decir del presunto pago a aviadores que denunció la aludida vinculándolos a familiares de la misma Tamayo Barrios. Exhibir las nóminas certificadas y balances, bien pudiera despejar las dudas. De nuevo, callar, minimizar o algo similar solo hará acrecentar las dudas respecto al combate del flagelo que el gobierno Nuñista exhibió del de Andrés Granier.
Ya se dijo, referir una politización del caso no ayudará, sí entender que aunque todos los gobiernos se desgastan naturalmente por el mismo ejercicio del poder, es obligación del elegido para estar al frente  meter las manos y tratar de impedirlo. Hacer efectivo el proverbio aquel de Ayúdate que yo te ayudaré”.

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