Una chance para la moneda de plata (Platus Ecónomus)
Iván Triano Gómez.
La actual situación económica mundial es buen pretexto para retomar a nivel nacional, el debate en torno a la iniciativa legislativa que propone la reforma del artículo 2 de la ley monetaria del país.
El 12 de diciembre de 2007 un grupo heterogéneo de parlamentarios nacionales hizo llegar al Congreso de la Unión la iniciativa que propone la citada reforma, con el objetivo principal de crear un blindaje al ahorro popular, a través de la adopción de un instrumento que no se devalúa, que no sufre el impacto de la inflación, que no está sujeto a los “errores” de las políticas monetarias ni a los colapsos bancarios “naturales” desde luego.
Tal afirmación deriva de la exposición de motivos de dicha iniciativa, que sin dudas representa una acción rescatable de la función legislativa encomendada constitucionalmente al Congreso Federal; misma que hoy se haya devaluada y cuestionada por la opinión pública nacional, en gran medida por la nefasta representación y actuación de sus miembros.
En efecto, hasta hoy y desde la época en que esta nación “voluntariamente” decidió adoptar el sistema representativo y republicano a inicios del siglo XIX, con la caída del imperio mejicano encabezado por Don Agustín de Iturbide y Aramburo, lo que ha caracterizado al legislador mexicano ha sido el interés particular, al limitarse a proteger y asegurar su modus vivendi y el interés partidista -extensión del otro, no tanto por un verídico ejercicio de filiación ideológica sino por la obsesión de permanecer en el poder, así lo demuestra la práctica usual de brincar de partido en partido-.
En tal contexto histórico es en verdad meritorio el hecho que un puñado de legisladores con independencia de colores, hayan decido apoyar tan noble causa.
La causa de la monetización de la onza de plata de libertad es calificada así por muchas razones; no obstante la más importante es el objetivo social de contribuir a la generación de un blindaje del ahorro para las clases medias y bajas, en un sistema bancario en el cual día a día se le ataca indirectamente al restar poder adquisitivo a la moneda papel circulante y consecuentemente, mermar toda posibilidad de ahorro o bien tonarlo infructuoso, pues aún y contando con un mediano efectivo en cuentas bancarias, el mismo resulta improductivo desde las perspectivas de los intereses, nulos en la mayoría de los casos o insignificantes en otros; precisamente con motivo de la pérdida de poder adquisitivo de la moneda nacional, sometida sin piedad y protección a la fluctuación frente al dólar.
La causa de la onza de plata encabezada entre otros por el empresario Hugo Salinas Price, pretende como se adelantó crear un blindaje para el ahorro precario de la familia mexicana con ingresos medianos y débiles, la pregunta obligada estriba en saber ¿de qué forma?
La inflación que consiste en el alza de los precios por motivo del exceso de circulante y escasez de consumo, promete ser combatida de forma directa por la adopción de la onza de plata para su circulación y empleo en operaciones mercantiles; ello a través de la manipulación benigna de la ley que ha de prohibir la reducción del valor nominal que el mismo banco de México ha de establecer a la onza, siempre que con motivo del valor internacional de la plata, varíe su costo.
Dicha regla sólo es aplicable al descender el valor internacional de la plata, pues si se eleva, tal hipótesis en nada afecta el referido valor nominal, por el contrario, se incrementa el poder adquisitivo de la onza y el impuesto señorial por acuñación de la moneda. Es decir, se beneficia al ahorrador y simultáneamente al banco de México (a través del señoraje el ahorrador subsidia al banco nacional), que de ésta forma adquiere ganancias que hoy son nulas por la simple producción del papel moneda.
Así, la iniciativa de la moneda de plata implica que al reformarse el artículo 2 de la ley monetaria nacional, a nivel social ha de estimular el ahorro de forma irresistible contribuyendo así a la estabilidad monetaria y el ahorro nacional.
Mientras el peso se devalúa continuamente (cifras serias aluden al 89,500% en los últimos 30 años), la moneda de plata conserva su valor en el tiempo, máxime al dotársele de un valor nominal de circulación no reductible.
Cabe añadir que las monedas de plata conservadas en custodia en las bóvedas bancarias podrán ser utilizadas paralelamente para la obtención de créditos a interés preferencial, lo que significa en palabras sencillas que dicho dinero no permanecerá ocioso, sino que puede contribuir a la estimulación de la inversión productiva, tan necesaria hoy en día en que el desempleo se incrementa a nivel nacional.
El crédito con base en depósitos de plata - se añade – resulta más sano al representar un respaldo verídico, lo que no acontece con los créditos del actual sistema monetario cuyo respaldo es la nada, pues la moneda papel no es apoyada por ningún bien, desde que el dólar (moneda de reserva bancaria mundial) en 1971 se convirtió en dinero fiat (sin respaldo), no rescatable por cosa alguna, ni promesa de entregar algo de valor a su dueño, es decir, una mera ficción. De ahí que ante una devaluación (que no es más que un robo a gran escala), los grandes ahorros y masas enteras de efectivos, fácilmente desaparezcan de la noche a la mañana.
En suma, si se critica profundamente la función parlamentaria lo mínimo que debemos hacer como ciudadanos es apoyar aquéllas propuestas que nos incuben directamente, tal es el caso de la adopción de la moneda de plata como circulante nacional alternativo, pues dicho sea de paso, no se propone revolucionar el sistema actual en el que predomina el patrón oro; por el contrario, se propone una coexistencia de sistemas que ha de reactivar de entrada el sector minero mexicano.
¿De que forma podemos participar? exijamos la discusión seria de la iniciativa por parte de los parlamentarios, en todo momento y en todo foro, incluso en éstos momentos en que a nivel estatal son inminente jornadas electorales que aunque se tratan del fuero local, ello no debe ser obstáculo para llamar la atención respecto del tema. Y lo principal... consuma onza de plata.
Aún hoy, en que no es una realidad la monetización, la compra de onzas representa un honesto ejercicio cívico ya que garantiza un ahorro real, en franca oposición y resistencia al actual sistema bancario que privilegia el simple almacenamiento de papel cuyo valor nominal es reducido día a día por las mafias financieras internacionales en contubernio con las pérfidas oligarquías nacionales.
Religión, Independencia y Unión.
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