Libertad de expresión: Tabasco y su crisis para escuchar.

Posted on 13:28 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios


Flor de Líz Pérez Morales


En una ocasión escuché al cantante español Joan Manuel Serrat hablar de la libertad; sólo podía referirse a ella un hombre como Serrat, el mismo que por sus ideales sociales fue desterrado de España en el periodo franquista.


En aquella ocasión el cantante se refería a ella diciendo más o menos así: “la libertad se entiende, no en la capacidad de decir las cosas cuando los espacios están abiertos, sino en la capacidad de decir lo que piensas cuando te cierran los espacios para decirlo”.


La frase anterior sirve para intentar entender lo expresado por muchos medios de comunicación en Tabasco respecto a la celebración que hacen de la libertad de expresión.


Me parece que el valor de la libertad, de la que se han adueñado muchos medios, no se faculta y ni se valora en lo que digan; por supuesto lo pueden decir con libertad, sin embargo el valor de expresarse se entiende socialmente sólo para aquellos que no se alinean al cobijo del poder político y asumen la libertad en los reductos que les impone para silenciarlos.


Por eso no siempre me convencen las frases alusivas a la fecha; sólo llegan a mí aquellas que se acompañan de las personas que la entienden, la comprenden, la justifican, la cobijan y la defienden en su carácter de razón y verdad como principios de fe.


La libertad de expresión lleva consigo la facultad de invocarnos a todos, y en su nombre se puede apelar a un derecho humano ; sin embargo, no se puede entender sólo como un acto de elocución, es decir, no son sólo las formas para hablar bien, sino que el sentido se lo otorgan los actos que la avalan. De ahí entonces que salgan muchas voces que la invocan, pero pocos son las que llegan a instituirse socialmente


De ahí que muchos medios periodísticos en Tabasco celebraron esta semana el día de la libertad de expresión; asociaciones, clubes, y variadas agrupaciones principalmente de este tipo se reunieron para encomiar la fecha; razones seguramente sobran para hacerlo, aunque, las cosas no son tan fáciles como quisiéramos creer.


La libertad de expresión no implica sólo una noción de acción humana simple; responde necesariamente a una condición de vida, que evidentemente muchos de los medios de comunicación en nuestra entidad no han entendido; por el contrario se mueven en lo permisible de la política y no en lo social, critican a los que critican y no son capaces de pensar que el valor de la palabra no está en el decir, sino en el valor que toman ellas en una cultura.


Sí. Escuché la voces de inconformidad porque muchas personas han mostrado desacuerdos respecto del gobierno de Andrés Granier Melo; voces en el periodismo que se autonombraron los guardianes de la palabra, voces que criticaron por creer que el periodismo “serio” no puede crear climas de ingobernabilidad, como si los climas de gobierno se forjaran desde el periodismo. El problema es que no han entendido que la crítica viene desde abajo, de la gente, y son los medios alternativos los que reproducen esas voces, porque el silencio los ahoga.


Creo firmemente que a este Estado le falta aprender a escuchar y a reflexionar; justo ahí es donde está el don de la palabra. Es sano que escuche el Gobernador, los servidores públicos, los partidos políticos, la justicia, pero especialmente los medios de comunicación, porque solo así construye la reflexión que lleva al actuar y el periodismo es justamente la palabra que actúa en su sentido social.


Lo grave de todo lo anterior es que muy pocos han entendido que un país o una comunidad crece solo cuando sus gobiernos escuchan la expresión de su gente, de su pueblo, de la disidencia y la complacencia. Qué triste para un Estado, como el nuestro, que la crisis llegue también a no saber escuchar, no hay peor gobierno que el que no despierta sus oídos y escucha.


Pero lo más grave es hacer un periodismo en condiciones donde la libertad de expresión se sujeta al cobijo político, donde se esconden sus principios degradándola en su propio nombre. ¿Cómo hacerlo cuando se niega el valor de la crítica sobria, ética y comprometida y se contraargumenta con la ausencia de verdad para descalificarla?


Decía el gran periodista argentino Tomás Eloy Martínez, que el periodismo cambia tanto como cambian sus sociedades; el nuestro lamentablemente no quiere hacer búsquedas y se niega su capacidad de expresarse en la libertad.

0 comentarios:

Publicar un comentario