Monterrey.
Posted on 16:53 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios
Los sucesos delictivos verificados recientemente en la ciudad de Monterrey Nuevo León a nadie deben asombrar; se trata del pan de todos los días a lo largo de la Nación.
Más allá de condenas, discursos, de día de lutos, de planes políticos, urgen en verdad medidas más valientes, inmediatas y eficaces.
Lo que hoy se vive es una guerra.
Una contienda unilateral en contra de la sociedad nacional.
Es verdad a nadie le gusta la idea de ello. No obstante es hora de meditar si esperaremos a que vengan por nosotros aquéllos que han decidido violentar todo tipo de derechos.
La sociedad civil debe organizarse para combatir todo tipo de delincuencia si el estado falla.
¿Que se es visceral? ¿Que se deja de lado el estado de derecho? La delincuencia no comprende tales conceptos.
Contrariamente la propia constitución general de la república reconoce el derecho del ciudadano mexicano a la defensa de sus bienes, incluida la existencia; que dicho sea de paso, aunque aquélla no lo hiciera el derecho natural lo permite.
Con lo anterior no se pretende convocar a una cruzada nacional en contra de la delincuencia, desde luego que no; pero sí para la organización urgente de la sociedad.
Urgen medidas como la licitación de tener armas en casa (no limitadas a las reglamentarias), por lo menos mientras dure la anarquía.
¿Qué no es civilizado?
Claro que no, pero tampoco lo es quemar a civiles y lo peor que no haya respuestas eficaces por parte del estado.
Mientras se haga frente a la delincuencia y en espera de resultados, la población debe ser adiestrada para la defensa de su integridad, a fin de no estar indefensa.
Hoy más que nunca hay que dejar de ser infantes y crecer, adoptar posturas adultas. Por décadas se ha criticado al vecino del Norte por ser una sociedad “violenta”, por conseguir armas con facilidad. La nuestra es –en efecto- una sociedad violenta, pero además hipócrita y temerosa.
Un pensador judío alentador del culto de la memoria del supuesto sacrificio de sus hermanos de sangre durante la denominada segunda guerra mundial, afirmó que lo peor que pudieron hacer los de su raza, es esperar a que vinieran por ellos…
¿Es lícito y moral cruzar los brazos mientras alrededor de nosotros se asesina, mutila, diezma y violenta a inocentes? ¿Es lícito y moral que cual avestruces enterremos las cabezas bajo tierra? Unámonos, civilmente.
El juego del...Meado.
Posted on 20:27 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios
En la mira Universitaria.
Posted on 9:01 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios
En los últimos días se ha escrito mucha tinta sobre lo que se está haciendo en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT). Los que hemos sido universitarios por varios años podemos ver y entender qué es lo que hay y lo que pasa en nuestra institución. Hemos aprendido a conocerla y a adaptarnos a sus tiempos y circunstancias. En los últimos años la hemos visto evolucionar y trascender en objetivos que empujan hacia acciones que llevan consigo los valores de una institución educativa, los mismos que la han avalado como una universidad de prestigio. A los que estamos aquí no nos asombra su accionar, pues hemos sido parte de este mismo quehacer; sin embargo, hacia el exterior esta dinámica parece tener otras lecturas.
Por supuesto que sobre estas bien sentadas bases, la UJAT se coloca en la mira de mucha gente que la asume desde muchas posturas; aquellas que van desde el orgullo y la dignidad de un liderazgo educativo hasta quienes colocan sus ojos en ella para apropiarse de un fulgor que no tiene nada que ver con la función educativa y social que se le demanda.
Faltan algunos meses para que su rectora, la maestra Candita Victoria Gil Jiménez deje su cargo, de la dirección de la máxima casa de estudios de Tabasco en la responsabilidad de otra gente, situación que abre interrogantes y escenarios que no se tornan fáciles de leer, no para saber quién llegue, sino para comprender lo que la misma institución exigirá en paralelo de los rumbos políticos que tomará la decana.
Lo hecho por esta mujer en la universidad la coloca como una protagonista con cabal experiencia en la gestión, conocimientos en la conciliación y como estratega de procesos educativos, particularmente del empleo de los recursos, personalidad y aspectos que se convierten en resultados que para quienes los sepan mirar serán aprovechables en diversas contiendas políticas, es decir, Gil Jiménez no se va de la universidad, por el contrario la universidad brinda una universitaria cuya labor abre otras posibilidades de actuación, incidencias que seguramente en un futuro inmediato deberán ser advertidas. Esto mismo plantea otro aspecto significativo: ¿Qué va a pasar en la UJAT después de ella?
Evidentemente la Universidad queda respaldada y encaminada en su propia labor académica, la que hoy presenta, y que se muestra en una infraestructura que se acompaña con los tiempos actuales. Su rango de legitimidad es reconocida por la solicitud de aspirantes que desean identificarse con la institución; el crecimiento de los espacios y programas que han sido producto de actualizaciones y renovaciones constantes; la pujanza sobre otras estructuras y formas de organización que prevén el futuro de la institución. Las transformaciones se miran de otra manera, con el trabajo fuerte de una comunidad que demandará mejores resultados, simplemente porque el trazo ya está dado.
Todavía falta mucho por hacer. La UJAT ahora mismo debe encauzar su labor para superar otras barreras; debe fortalecer su quehacer con todo aquello que sea sinónimo de aprendizajes, de impulso al conocimiento, de proyectos de investigación y vínculos con la sociedad, de participación de la comunidad en las tareas sociales, generadora y gestora de recursos, que asuma compromisos en los valores humanos y sociales, especialmente de los democráticos e incluyentes, impulsora de enfoques emergentes para la atención de necesidades urgentes. La tarea no se plantea cómoda, pues lo hecho en los últimos tiempos tampoco lo ha sido. Colocarla donde hoy está es la muestra de congruencia entre los principios universitarios y el accionar de los actores que forman parte de ella.
Por eso no es fácil hablar de la universidad, como tampoco lo será para los que no la miran con buenos ojos. Parafraseando en algo al entrañable Ryszard Kapuściński en su obra “Los cínicos no sirven para este oficio” diríamos: hay que ser un buen hombre para poder ser buen universitario*.
Si. La máxima casa de estudios principia en su propia autonomía, no como un valor sin sustancia, sino como un eje que impulsa y traduce cada una de sus acciones en un quehacer cotidiano de trascendencia.
* El autor menciona: hay que ser buena persona para ser buen periodista.
Estrés... post regreso a clases.
Posted on 17:09 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios
Fidel.
Posted on 0:27 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios
Se quiera o no, guste o no, Fidel Castro Ruz, el líder más longevo de la historia cubana, contribuyó no solo a modificar los esquemas políticos y sociales de su país, sino a hacer de este “nuestro mundo” algo distinto a lo que pudo ser. Para bien o para mal, hay pues cierta dosis de responsabilidad e influencia del otrora comandante en jefe del “invencible” Partido Comunista, en mucho de lo que ha ocurrido.
Y no es que Fidel sea el causante de todos nuestros males; no es por mucho con todo y su alejamiento público de la religiosidad, el demonio encarnizado que sus detractores afirman; es si acaso ejemplo distorsionado y estricto para muchos políticos y politicastros vigentes en México y el mundo; escuela de “modos” y hasta inspirador por excelencia del ímpetu revolucionario de las últimas 5 décadas.
A sus 85 años Fidel Castro sigue representando “cosas” para la actualidad. Con todo y los achaques de su vejez, Castro es capaz de aglutinar a miles de simpatizantes que buscan “homenajearlo” en su reciente celebración de cumpleaños y en paralelo de mantener a otros tantos esperando el fin de su era terrenal, en la lógica de que las cosas “cambiarán” en la isla cubana cuando ello ocurra.
¿Cómo imaginar la vida sin Fidel, si gracias a él se demostró que el poder de las armas de la “potencia”, no siempre logra los resultados deseados en una marginada región? ¿Cómo si debido a su actuar el mundo volvió a dividirse, hasta evidenciar auténticos “intereses mezquinos decisorios” en la llamada política del más alto nivel?
¿Cómo intentar entender la novela Kennedy sin voltear a ver el papel –principal o secundario- de Castro? ¿Cómo desenmascarar al México hipócrita que “respetaba” la decisión cubana-castrista de autogobernarse, mientras al interior fomentaba la falsa unanimidad, mancillando incluso el elemental derecho a disentir?
¿Cómo estudiar al “México moderno” sin detenerse en el histórico resquebrajamiento diplomático tras el “comes y te vas” Foxista a Fidel?
Castro se dijo, no es un demonio, menos un Dios. De carne y hueso, uno más en el universo, seguro ha mentido. Su principal traición -se afirma- ha sido documentada. Todo encuentra justificación en el “más alto interés de la patria”, casi casi un cheque en blanco en palabras llanas.
Gracias a Castro también, muchos comprendieron el carácter utópico del comunismo y valoraron –incluso sin querer- el valor de la más mínima libertad personal, aún en la imperfecta democracia que rige a latinoamérica.
Castro sigue vigente, no se equivoque. Idolatrado no solo por Hugo Chávez en la criticada Venezuela, en México también se cuecen habas.
Coincidencia o no, aún retumba la retórica Castrista cual priísmo anquilosado nacional o localmente, lejos por supuesto de la realidad del común y corriente. Coincidencia o no, el poder económico de Castro en una tierra de “comunes” podría equipararse con quien no dando un solo golpe y rechazando interés por el dinero, hace y deshace con éste, en nombre de los ya citados “más altos intereses nacionales”. Coincidencia o no, Castro sigue reflejándose en México cuando usaba y usa todos los medios de la administración a su alcance para perpetuarse él y ahora a su hermano, en el “cargo de honor” de su nación. Coincidencia o no, tanto en México como en Cuba pululan los “homenajes espontáneos” y siguen apareciendo los gobernantes que se creen merecedores de los mismos, cual príncipes de su región.
Por supuesto lo que ocurre es entendible, claro, después de todo quienes "gobiernan", de Fidel y loco.. todos tienen un poco.