Hugo Triano Gómez.

Rendir homenaje a alguien es un acto sublime...si está justificado. Componer un himno a algo intrascendente es "chafa"; a alguien que no lo merece, peligroso.

Así el "himno a Granier" solo puede ser parte, solo puede encajar en Granierlandia.

Movido por la sangre zalamera del tabasqueño o por la insensible, inoportuna y desafortunada instrucción directa del gobierno estatal, quien quiso hacerle un favor o “echarle la mano” a su gobernador con una canción, más bien lo colocó en un nuevo brete, que por lo que se ha visto, no existe el interés de aclarar.

Quien lo sugirió o quien se “inspiro” para idear el tema, no se fijó y colocó a su homenajeado muy, pero muy cerca de la re-edición de episodios del pasado, cuando el culto a la personalidad formó toda una época; una en la que la realidad de las cosas no importaba y solo. . . solo era “noticia” la mirada cándida del mandamás en turno, agradeciendo el “gesto sincero de su pueblo entregado”.

Y es que justamente el mal llamado himno, parece transformar a Andrés Granier en lo que no es, y muy probablemente nunca será. Busca enaltecer no solo un heroísmo del que carece, pero también ubicarlo por encima de todos, como el mejor de su estirpe. Logra, por supuesto sin querer, convertirse en la antítesis de lo que ha significado como “mandatario estatal”.

“Hombre de hombres”, poseedor de un “espíritu de servicio para nuestra gente”, “ejemplo para la política de nuestro estado”, “el mejor de todos pues te lo has ganado” son algunas de las loas que se le ocurrieron al supuesto autor que resultó ser director de la casa de gobierno en Nacajuca, las mismas que siempre se acusó, engrosaban la administración estatal aún en tiempos de reingeniería administrativa y de recorte de personal.

Una mención especial merece el estribillo final. No tiene desperdicio. Presenta a un pueblo dispuesto a todo por su amigo, por su amigo Granier. El autor olvida –de nuevo- que la tendencia natural de una administración, cuando se actúa con titubeos, es a la baja, muy a pesar de las "estrategias" de comunicación y medios que pueda echar a andar.

Con todo esto, es posible que el ego haya hecho acto de presencia en el inquilino de la Quinta Grijalva.

Por supuesto que el elogio puede representar también el deseo de continuidad del grupo que lo creó y se interesó por darlo a conocer, un grupo que ahora se sabe, es integrado por diputados locales y presidentes municipales emanados del Priísmo y que de acuerdo a Rodrigo Rivera -su líder- han aportado recursos para realizar encuentros y –obvio- presentar la canción en varios municipios.

¿Acaso esas aportaciones provienen de manera genuina de los recursos propios de los actores? Una fiscalización seria sin duda, despejaría las interrogantes.

¿Hasta dónde llegará Andrés Granier y su gobierno en sus afanes? ¿Cuánto más tardará el deslinde?¿lo habrá? No solo evitar las loas sino fomentarlas y no atajarlas, habla mucho de quién las requiere. Desnuda una personalidad debajo de cualquier mascarada, revela al hombre propio lobo del hombre.

Pese a la canción, los ex gobernadores pueden estar tranquilos. Granier no es mejor que ellos. Casos famosos del pasado reciente como las iniciales del ex Gobernador Manuel Andrade Díaz en la placa conmemorativa del hospital de la mujer y la “M” Madracista en todas sus obras de gobierno –chicas y grandes- ya no, ya no están solas.