Como era previsible, esta vez el Gobierno Federal no salió muy bien librado del embrollo. A diferencia de hace un año, esta vez en Granierlandia se dejó de lado la tibieza para con el poderoso republicano que representó al Presidente Calderón, volviéndose notorio el “siempre” del “nuevo” discurso de Granier, pues salvo contadas ocasiones, la constante era decir cosas en ausencia y hacer otra ante la presencia, generando una línea tendiente a la debilidad y la inconformidad.

Además, por fin hubo claridad respecto a CFE, CONAGUA y PEMEX. (ahora sí, no siempre). De eso podría desprenderse que el Estado regresará en breve al Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas Regional (CTOHR) basado en el compromiso ya conocido de revisar las curvas guía del sistema de presas y del casi logrado amarre presupuestal para las obras del PHIT en 2011.

De quedar exentos del pago de paripassus ya dijimos alguna vez, mejor ni se habló. No se logró desde hace un buen. De la “falta de un mejor servicio y una mejor tarifa de energía eléctrica” que Granier reprochó, tampoco es previsible algún cambio de fondo, si acaso retomar lo que para el Gobierno de Tabasco fue “oficialmente” el esquema que extinguió la resistencia civil.

De lo dicho a PEMEX bien valdría la pena guardar para los archivos el señalamiento de “Estado dentro de otro Estado” esbozado por Granier. Lastimosamente éste será un hueso no difícil, si no imposible de roer con las actuales estructuras.

En contraparte fue mínima la mención que tuvo el sector financiero de la Entidad que ahora se dio por saneado, cuando apenas hace 1 año mantenía un sobreejercicio mayúsculo en algunos rubros, que ahora sabemos, no fueron extinguidos del todo como el pago de la telefonía celular de los Secretarios del gabinete. Interesante para el análisis y el cotejo hubiera resultado arrojar cifras de activos y pasivos por citar algo, dando de paso una aspirinita al dolorzote de cabeza que se se sabe le genera a la administración Granier, el asunto de la “transparencia y la rendición de cuentas”.

Para quien no hubo disculpas fue para los ex burócratas estatales, si acaso aquella mención añeja de que los gobiernos tienen que tomar “decisiones trascendentales”

Es cierto que se presentaron algunos números, pero eso no quiere decir que el cuarto año por fin haya arrojado buenas cuentas. Los desaciertos en un área vital como la Educación comienzan cuando no se es capaz -por falta de oficio o de poder- de colocar a cada quien en su lugar y de hacerse respetar mediante, la inviolabilidad de la norma sin excusa ni pretexto.

El gesto del día corrió a cargo del Secretario de Gobierno Humberto Mayans quien queriéndose mostrar fiel a alguien, no tuvo empacho en literalmente vitorear a su jefe formal en la administración pública. ¿Será acaso que la traducción puede ir de la mano con el cuidado de las apariencias ante tanto “connotado político” en la Entidad?

Exigiéndonos un poco, en el discurso de ésta ocasión hubo un mínimo cambio de posturas respecto al de hace un año, solo que seguirá siendo fundamental pasar del dicho al hecho y entender que lamentablemente hacer lo mínimo es insuficiente, para un Estado con tantos males arraigados en áreas trascendentales.

Al final, ya pasaron 4 años y nos sigue haciendo falta el cómo. Ya doloroso y desgastante ha sido esperar a qué digan hasta ahora, qué se quiere hacer.

Ya se ha visto, manejar miles de millones de pesos, no lo hace todo. Ni a un gobernante “más” capaz y más querido, ni tampoco merecedor de los auténticos vítores.