Si alguien tenía dudas, o mejor dicho, albergaba alguna esperanza, en cuestión de minutos éstas debieron quedar aclaradas o sepultadas, según sea el caso.

Y es que la coordinadora nacional de protección civil de la secretaría de gobernación Laura Gurza, fue clara al advertir lo que pasará en el asunto de los paripassus, que todo gobierno estatal en México tiene que aportar para acceder a los recursos del FONDEN.

En primer lugar, Gurza confirmó la versión siempre temida y poco tratada, de que el gobierno federal no ha hecho excepciones en la materia y por ende nunca, desde su creación en los tiempos de Ernesto Zedillo, a exentado de la aportación igualitaria a administración alguna, así haya enfrentado la peor de las tragedias, como es el caso de Tabasco con sus inundaciones.

A lo sumo, el gobierno de la república ha llegado a “ofrecerle” al “necesitado” un adelanto de sus participaciones federales del año fiscal por venir, oferta que previsiblemente hará de nuevo la Secretaría de Hacienda en la “mesa de negociación” anunciada acá con bombo y platillo, siendo que en realidad no pasa de ser un mero formalismo.

El hecho por supuesto no representa el ideal de una administración con problemas financieros reconocidos como la de Andrés Granier; por el contrario, exige de ésta un mejor manejo presupuestal y mayor eficiencia administrativa, “talón de aquiles” siempre negado.

Ante el panorama de negativa federal, las opciones apuntan también a que el gobierno local no tendrá más remedio que inyectar -en lo subsecuente- recursos propios a su fondo estatal de desastres, claro está si se pretende que al menos el término “reconstrucción” deje de ser palabra hueca como otras en este último tiempo.

A estas alturas no cabe duda ya de que el gobierno federal escuchará todo lo que José Sáiz a nombre de Granier tenga o quiera decirle para justificar su posición, pero nada más; sorpresa mayúscula será que el Presidente Calderón apruebe algún nuevo esquema de aportación en el ánimo de que Tabasco contribuya lo menos que pueda, pues ni siquiera aparentemente, la idea ha sido planteada.

Buscando pues el todo o nada, los tabasqueños volverán sin su respuesta esperada, aunque sí, con recursos adelantados que solo contribuirán a terminar con números rojos el sexenio.

El gobierno federal siempre lo ha sabido, el estatal quizás apenas se de cuenta. Exentar de pagos de paripassus a quien ha sufrido tragedias constantes es sentar precedentes en detrimento de las arcas mayores; abrir la llave al legítimo reclamo, que quizás después no se pueda contener.

¿Qué por qué no se plantea desaparecer la regla a como alguna vez se creó? De eso mejor uno debe olvidarse, pues si bien el PRI la ideó, extinguirla resulta a estas alturas inverosímil, pues independientemente de abrir la referida y peligrosa llave, chocará de frente contra el tren tricolor y su avanzada carrera por volver a los pinos.

¿Es creíble acaso que un nuevo gobierno federal Priísta o alguno otro, cargará totalmente con el muerto, con el "pesado muerto" que representan los costos de los daños provocados por los cada vez más constantes fenómenos meteorológicos? Ya decíamos, de eso mejor, uno debe olvidarse.