Octubre 2: Ayer y hoy.

Posted on 21:23 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios


Flor de Líz Pérez Morales.



Hoy volverá a conmemorarse el 2 de octubre, fecha significativa en nuestro país porque rememora no sólo la impunidad que brinda un Estado, sino las necesidades de su gente. Muy cerca de nuestros oídos están aquellas arengas sociales, las mismas que hoy nos visten; es cierto que ya han pasado más de cuarenta años, pero aún se sigue transitado en la vida social con lo disoluto de sus gobiernos.
Las cosas no han cambiado mucho respecto de aquellos ayeres; la pobreza, la marginación, la corrupción, las irresponsabilidades, las crueldades, las muertes, la inseguridad fueron el síntoma de lo que hoy también forma parte de nuestra vida diaria; aunque, al ahora, se suman el poderío del narcotráfico y los problemas ambientales; nada que no se haya predicho en los escenarios de la historia.
Basta asomarse a las páginas de los diarios del país y de Tabasco para darse cuenta que en esta cotidianidad la desesperanza va llenando los vacios; que los augurios parecen predisponer los mismos tiempos. Ahora mismo la fantasía de un “México mejor” se teje en la vacuidad de lo mediático, con figuras presidenciables que sin nada que ofrecer nos llenan los oídos con bodas, fundaciones, fiestas de cumpleaños de los hijos, viviendas ostentosas, políticos que se dejan ver en las fiestas de los narcos o negaciones de padrinazgos electorales.
El grito desgarrador de los pueblos de Oaxaca en mucho recuerdan otros años; hoy la gente busca refugios, lugares donde guarecerse porque el mundo natural muy poco les ofrece, aunque tampoco hay nada seguro fuera de sus comunidades.
Hoy tenemos una nación que se construye sobre el abuso y la mentira de los líderes partidistas como los que compran “casas en promoción” de 792 mil dólares diciendo que fue una “ganga” de 7 millones de pesos.
Un país donde los bancos hostigan, acosan y hacen sus propias reglas, sin respeto a sus usuarios, donde además de bloquear cuentas para endilgarle lo que no se quiere, cobra para entrar a sus propios espacios.
Un país donde el propio Presidente de la República, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes otorgó a Televisa y Nextel las licitaciones sobre la fibra óptica de la CFE, a un precio risible de 180.3 millones de pesos, 28 veces el precio inferior real de la compra, con lo que se establecieronn los amarres y alianzas para las elecciones pasadas.
Un país donde los presupuestos para gastos electorales corrieron temprano para el juego del 2012, pues de acuerdo a la mercadotecnia política había que aplicar el dicho aquél de “el que pega primero pega dos veces”, soslayando con ello lo éticamente importante.
Un país donde entidades como Tabasco reflejan el abandono social y todo se sustituye con una retórica que no habla de lo que verdaderamente vive y cómo lo vive; en espacios donde las calles de colonias y fraccionamientos son el reflejo del abandono y la ausencia de programas que a nadie importa. Aquí se suspenden clases en todos los niveles educativos, y no se alza la voz porque no sea necesario, sino porque frente a eso no se ofrecen programas alternativos que atenúen las ausencias; es simplemente porque no se tienen estrategias para estos escenarios.
Es verdad, este es un Tabasco, que con tan sólo abrir un poco los ojos y los oídos, sentimos hedor de sus aguas empantanadas que llenan las comunidades y que es el mismo olor que agobia a este México que a diario se quita de encima el mundo subterráneo, como se le quitan los recursos a la educación y particularmente a las universidades públicas, justo el motor del desarrollo de toda nación.
Una entidad donde la memoria de su gente se arremanga en el olvido porque una computadora o bicicleta ocuparán los lugares de la miseria y el engaño; un estado que no debería extender la mano para pedir las migajas de una despensa, sino demandar la vida digna que da el empleo, la salud y vivienda y que en otros mundos sólo se da a través de la educación.
Si. El submundo social deja de existir porque nadie le ofrece nada para respirar y se muere en el puro ahogamiento de las noticias “llamativas”, esas que no hablan de forma crítica de las preocupaciones y allanan en la nada la muerte, el dolor y la angustia porque ponen en aprieto el “establishment”, esa unión de élites que bajo sus intereses contraponen en esencia los intereses de los grupos que representan.
¿Es esto lo esencial? ¿A esto hemos llegado?
Seguro todo los sabemos. Las entrañas de este México nuestro se siguen concibiendo, tal vez con otras condiciones pero con las mismas necesidades. Nuestra historia se sigue atestiguando con aplausos que borran el pasado y no dan cuenta del ocaso de la gente, porque en menos de seis años se construyen embarazos que terminan en bodrios sin respuestas.

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