De informes, juicios y "ladronómetros".

Posted on 20:36 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios


Hugo Triano Gómez.


Aún y cuando sectores como el empresarial -el agrupado- pugnen por darle la vuelta a la página y digan no tener una opinión tras el último informe del gobernador Granier, el hecho por sí mismo merece consideraciones.
Evitarlas suele llevar al conformismo, a la resignación, a dar injustificadamente un perdón sin juicios de por medio, como los que llenan las páginas de la historia del ejercicio público en el país.
En Tabasco hay que partir del hecho de que el sexto año de la gestión granierista se centró en la efervescencia electoral y ahora en la recta final, en el acomodo de cifras pensando en la entrega recepción de la gubernatura.
Como es de suponerse, criterios serios tendrán dificultad para encontrar bajo esas premisas, huellas del "progreso" y la "transformación" de la que se habló en los discursos por el último informe gubernamental.
¿Dónde están las evidencias del incremento en la competitividad del estado, que sin duda hubiera sido complicado tratar de ocultar o tergiversar?¿En qué ámbito destaca Tabasco, tras 6 años de "transformación"? ¿Puede la competitividad traspasar la escena verbal con un sector educativo como el tabasqueño y el campo tan estático que ni opción de empleo es para los nativos? ¿En serio puede serse competitivo con los empresarios -no incondicionales- esperando aún pagos añejos por los servicios brindados?
¿De cuál igualdad habla Andrés Granier si a lo más que se dedicó fue al asistencialismo social, castigado después ante los problemas financieros que comenzaron a cobrar facturas a la administración? ¿No era mejor ofrecer "cultura empresarial" al mediano plazo que paliativos del día a día? ¿Cómo hablar de "progreso" si al final del sexenio cada albedrío tiene una noción distinta del status real de las finanzas estatales?
Con la intención de nuevos empréstitos confirmada, el gobierno de Granier demuestra haber incurrido infinidad de ocasiones en la opacidad. No fue, por falta de visión y convicción, un gobierno de acción menos de reacción. Si uno, que reflejó falta de proyectos.
Nadie niega aquí los problemas que significaron al Estado -no solo al gobierno- las inundaciones de los últimos años. Solo que Granier -de nuevo por falta de talento- desperdició la oportunidad de convertir la crisis en posibilidad. Se empalagó de la abundancia y confió de más en sus amigos del gabinete. Amigos que también pagaron la factura de su pobre quehacer y que deberían -salvo excepciones- no salir más a la escena pública.
Apostarle a la transformación del estado en base a la "modernización" del transporte público, habla si acaso de la altura de miras del grupo que se va.
El autoelogio Granierista de creerse el más responsable de los tabasqueños al "generar" según él las condiciones para la transición política en Tabasco, tras el primero de Julio, ejemplifica la ceguera que también imprimió a su gestión. Nada más alejado de la realidad es decir que gracias a Granier el "cambio político" es realidad en Tabasco. Haber defraudado a propios y extraños, es solo la causa que llevó a la consecuencia
Es posible que Granier no haya pensado ingresar a la historia como el último gobernador priísta- de esta era- . Hizo sin embargo, hasta lo imposible por beneficiarse de los vericuetos legales y tecnicismos para "vender" una historia poco creíble de su gestión. Fue como se dijo un gobierno en el que aclarar las cosas simplemente no importó.
Ahí están los señalamientos contra su familia y sus más cercanos colaboradores, que cualquier estadista de alto nivel habría atendido con prontitud y puntualidad no solo para "robar" la legitimidad a sus detractores, sino para mantener a buen resguardo la "integridad moral" del núcleo, que demostrado está, puede ser tan afectada como una roca sobre la que no deja de caer una gota de agua.
Con infortunio se ve hoy que no se exageró aquí cuando se dijo que el de Granier, fue uno de los sexenios más permisivos que ha tenido Tabasco; cuando se citó a Granierlandia como el lugar en donde su principal actor -y a mitad del camino- era tan adulado y "apapachado" que corría el riesgo de olvidar que el tiempo es inexorable y no perdona.
Con el triste lugar asegurado por Granier en la historia crítica de la entidad, queda reflexionar sobre la lapidaria sentencia que el otro factor de la derrota del PRI en Tabasco, esbozó hace apenas unas horas.
Que el gobierno de "estos" refiriéndose a Granier y compañía rebasaron las mediciones -históricas- del "ladronómetro", sentenció Andrés Manuel López Obrador. Lo hizo justo después de negar que sea el Jefe de Arturo Núñez, pese a que éste lo llamó así por inspiración propia.
Cierto o no -que aquellos ganarán el ladronómetro- Obrador puso a Arturo Núñez en una nueva disyuntiva, pues amén del errado exabrupto emocional del gobernador electo, para el ex abanderado presidencial es claro el mal proceder administrativo de Granier, en el que Núñez tendría que centrarse para demostrarlo. . . o pagar con su gobierno. . . las consecuencias.

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