Relevo en Tabasco: El "fobaproita" de Granier.
Hugo Triano Gómez.
Con todo
apuntando a que el gobierno de Tabasco contratará en breve y -gracias a sus
incondicionales- nuevos empréstitos hasta por 4 mil 130 millones de pesos, queda reflexionar sobre los significados de la decisión y sus alcances.
De inicio,
es de reconocer que la verdad terminó por imponerse. Sin alegrías de por medio,
es cierto que el de Andrés Granier fue una administración que hizo todo -y de
todo- menos administrar. Solo así puede entenderse que un gobierno con inundaciones y demás, haya pasado de deber 400 millones de pesos al iniciar su tiempo
legal a 10 mil millones "oficialmente" al terminar su
ejercicio.
De
recordar es el hecho de que a Manuel Andrade el antecesor de Granier y pionero
de las deudas en Tabasco, se le hizo si acaso algún "reproche
menor" cuando se supo de su herencia. Con "nuevos tiempos por
venir" y con el régimen de nuevo acentuado, todo pasó a segundo
término.
De poco
sirve -para la defensa de Granier- decir como dijo el contralor Roger Pérez
Evoli, que los endeudamientos son cosa normal de los gobiernos del mundo; que
en México hay otros Estados que recurren a ellos. Tan débiles son sus conceptos
que basta decir que en el orbe y aún en la Nación, se gobierna de una manera
distinta partiendo de la elemental transparencia, que en Tabasco es un precepto
manoseado.
Pero no se
trata de decir aquí que Granier encarnizó al mismo demonio para la mala suerte
del pantano. Sí de recordar a los artífices de lo que ahora se consuma. De
darse cuenta de la perversidad de los que hacen las leyes, que son capaces de
todo por nada.
Fue en
Diciembre de 2008 cuando el eslabón perdido "apareció", cuando
dando cátedra el Secretario de Finanzas José Sáiz, ya vinculado entonces -por
la voz popular- con la avioneta detenida en Mérida Yucatán, con 8
millones de pesos y cuyo caso nunca quedó del todo claro, envió al Congreso
local la iniciativa para abrir la llave a la perdición del gobierno tabasqueño.
No hay manera -en honor a la verdad- de que Granier haya sabido eso como para
promoverlo.
En aquella
ocasión, y como ciertamente ocurría ya en otras entidades, se fijó considerar
como inversión pública productiva entre otras, "la reestructuración o
refinamiento de deuda pública estatal, tendientes al saneamiento financiero del
Estado". Con la idea Saízta hecha ley se dio un matiz legal a lo que
hoy se hace, con todo y que en el fondo de lo que se trata es de pagar una
deuda con más deuda, exactamente lo que prohíbe la Constitución General de la
República.
Es claro
que para eso si hubo no solo consensos, sino también lucidez. La llave se abrió
como se dijo. La tentación desmedida por la posibilidad de la abundancia
ficticia, hicieron acto de presencia y la transformación se tornó en deformación.
Ahora que
desde que la nueva pretensión de contratar más pasivos llegó al Congreso, quedó
claro que los pseudo representantes populares no tuvieron nunca ni por asomo,
la idea de sugerir al Ejecutivo una explicación pormenorizada, no general e
insuficiente de lo que se espera alcanzar con el dinero a recibir.
Y es que
en efecto el proyecto no solo habla de cuestiones subjetivas, intangibles, como
el mejoramiento de la calidad de vida de los reclusos en centros penitenciarios
y en la calidad de los servicios médicos, sino que se ha comprobado ya, vuelve
a plantear proyectos de infraestructura -a 40 días de terminar el gobierno- que
supuestamente debieron realizarse con los empréstitos anteriores.
A eso
obedece la posibilidad otorgada de última hora por los Diputados, para que el
gobierno pueda contratar el dinero con otros bancos y no necesariamente con
BANOBRAS que podría advertir la "observación" y negar los
recursos.
A destacar
es el hecho de que algunos de los considerados expertos en la materia ven necesaria
una explicación mayor de lo que ha sucedido con los dineros anteriormente
otorgados y conocer a ciencia cierta cuántos de los legisladores que
oficializarán la medida, conocen verdaderamente su alcance. Versión que debería
defenderse siempre, en todos los casos.
El alcance
no es tan simple como parece. Amén de comprometer el 14.2 de las
participaciones federales del próximo año y de situar a Tabasco en un cálculo
preliminar de la misma Secretaría de Finanzas, en el lugar 16 entre los estados
del país con mayor deuda, la escena lleva a pensar en que por lo menos en el
primer año del gobierno de la era Nuñista no sucederá nada nuevo en función de
lo que ocurrió bajo las funciones del Granierismo.
No está de
más resaltar que la coincidencia de que 3 rubros principales -Seguridad, Salud
y Educación- que mantienen problemas con sus trabajadores por falta de
pagos, son los que buscan hacerse de recursos. Ello -tiene que reconocerse
también- hace pensar más mal que bien con todos los antecedentes acumulados en
estos últimos 6 años.
¿Que si
que hubiera hecho Arturo Núñez, cuando su margen de maniobra es nulo al no
estar en funciones? Evitar condenarlo no.
Por eso
sorprendió que su claridad de ideas haya lucida extraviada hace unos días,
cuando sin oponerse tajantemente alcanzó "apenas" a
deslindarse de la decisión. Tiene que verse así, pues las definiciones de
deslindarse y oponerse son distintas.
Vaya
jugada del destino que insiste en poner al próximo mandatario tabasqueño en la
boca del león. Primero articulando y defendiendo el Fobaproa como la mejor
solución a la crisis financiera nacional de fines de los 90s y ahora
presenciado un rescate "en pequeñito" - el Fobaproita- del
granierismo sin poder meter las manos y si…situándolo en primera fila. . .próximo
a sufrir sus efectos.
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