El tono político.

Posted on 6:53 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

  

Flor de Líz Pérez Morales. 


"Hemos avanzado en las reglas de acceso al poder, pero no se ha trabajado en la misma medida en las que rigen el ejercicio del poder”, fue una opinión expresada por el gobernador de Tabasco, Arturo Núñez Jiménez, en un evento de gobernabilidad y democracia donde fue partícipe de tal reflexión; la expresión se hace válida quizás no sólo para intimar en la vida política contemporánea, sino también y particularmente para intimar en la vida política de nuestro propio Estado: Tabasco.
Hay días que esa política actuada en la entidad parece decirnos que goza de su cabal desconocimiento. Sin que haya una mano diestra que acuda a un orden social, sus actores parecen disparar a todo lo que se mueva, significación que hace clara una situación: La ausencia de la inteligencia en el ejercicio del poder, eso que toma sentido en las declaraciones del gobernador de Tabasco.
Lo cierto es que hoy, en el día a día social, las referencias al respecto hacen evidente que no hay preocupaciones y ocupaciones por Tabasco y sus ciudadanos; que los actuares y las pifias hacen emerger un quehacer político doloso, que pierde su sentido objetivo de regular y administrar cabalmente la vida social de los que vivimos en este lugar.
En los pocos días de las acciones de gobernabilidad que se vive en nuestra comunidad parece que el ejercicio del poder se hace incomprensible. Lo duro se hace evidente. No se trata sólo de llegar a un cargo público como diputados, o cualquier otro tipo de funcionarios, sino de actuar responsablemente para un Tabasco que parece no preocuparle a nadie.
Ahora mismo revisamos el enfrascamiento partidista sobre el actuar de Francisco Rullán Silva como titular del Órgano Superior de Fiscalización (OSF), eso que indica en su lectura que no se está analizando la situación en el marco de afectaciones para un ciudadano inerte, que no alcanza a comprender la forma tan compleja de la aplicación de la justicia. Todo se asunta en la lucha de poderes de los bandos y no en el ejercicio que se tuvo del poder. Poco se habla de la historia de los actuares políticos. Eso se olvida con facilidad.
Es curioso, las mismas pautas de comportamiento causales en el ejercicio del poder del titular del OSF, parecen normar también a los nuevos actores de la política tabasqueña; es decir, se discute no por Tabasco, sino para vencer en la guerra. Muy poco se ha aprendido al respecto.
La mesura y la inteligencia no entra en los cánones del ejercicio político dado en nuestra región. Esta política de ayer y de hoy se ha enfrascado en una batalla que nos vuelve -a los comunes- a dejar indefensos, que saca la cloaca del sistema sin fijarse cuánto se pierde en el escenario social. Se les olvida que no se trabaja para una ideología partidista, se les olvida que Tabasco es una prioridad.
Se oyen los gritos, se miran las aberraciones, emerge lo incongruente, y en la batalla de las discusiones la ceguera y el olvido se hacen aliadas firmes de quienes llevan el destino de este terruño. Bajo cualquier forma las leyes y su práctica no están siendo la guía que impulse, por encima de todo, la detonante del bienestar de los tabasqueños. No es así.
La pugna no es por Tabasco, sino por una lucha de vencedores y vencidos. Desde ese escenario parecen decirnos “al traste con Tabasco, al traste con su gente”. Atrás de todo lo anterior se olvida el daño, se olvida la ética política… perece Tabasco.

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