El PLED (Después de...)

Posted on 6:01 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

 

Hugo Triano Gómez.



Presentado ya el Plan Estatal de Desarrollo, es tiempo de atar cabos. De inicio es de reiterarse que al PLED de nada le sirven las loas y los aplausos a ciegas.
Como se supuso, en el evento aparecieron los "nuevos" protagonistas de la historia local que seguramente "disfrutaron" el momento, el de la exposición formal del primer plan de la izquierda para los tabasqueños. No acudieron los que entendieron que mostrarse ajenos por lo que acá sucede, habiendo participado en algún momento en la toma de decisiones, les era poco redituable y hasta. . . peligroso.
El PLED en sí no dejó fuera los aspectos fundamentales de la administración pública. No podía esperarse menos. Hablar de más de una centena de objetivos, casi el doble de estrategias, programas sectoriales, especiales y demás es "normal" considerando el reto que significa dirigir un Estado. Requiere para entenderlas y hacerse partícipe de ellas, de horas de atención, de conocimiento y disposición.  
Lo relevante tras los primeros esbozos de análisis gira sin embargo en torno a la que lució como la principal meta. 
Sin que ello signifique tirar la toalla, Arturo Núñez le dijo a los tabasqueños que este sexenio, su sexenio, alcanzará -apenas- para sentar las bases, pensando en que los que lo sucedan puedan encontrar mejores condiciones en aras del desarrollo estatal. Seguro que no fue fácil admitir que muchos deseos tardarán más de lo imaginado para cristalizarse, pensar que incluso podría no llegarlos a ver hechos realidad.   
Y es que Núñez ubicó su trabajo de hoy y de lo que le queda al sexenio, con unas miras bastante altas, las del 2038. Enfatizó que si desde aquí se empieza a revertir lo malo, para entonces Tabasco podría "alcanzar la condición de estado de alto grado de sustentabilidad alimentaria, tecnológica productiva y ambiental"… con desarrollo político, económico y social. 
Nadie en su sano juicio podría pensar que la escena era y es sencilla con tantos problemas educativos, culturales y demás arraigados en Tabasco; ello no quiere decir que no se tuviera la esperanza de que antes del '38 se pudiera lograr la meta. 
Como sea, nada hay mejor que hablar con claridad, con la verdad. El problema radica -otra vez- en que tampoco hay garantías de que lo atinadamente diagnosticado se vaya a revertir. No si se piensa en que cada 6 años hay elecciones y que cada cabeza es un mundo, que cada candidato es un proyecto, que cada proyecto… es distinto. Que cada "estadista" busca reiventar a su manera el ABC de las soluciones.
Diciéndolo de otra manera, para que lo que Núñez -y sus electores- quieren lograr, tendrán que pasar 4 sexenios si no incondicionales al plan de hoy, si afines -muy afines- a sus estrategias. Cualquiera que regrese, se estanque o se desvíe sustancialmente de las líneas trazadas harán del sueño Nuñista, un albur.
De celebrarse es que el gobernador haya declarado al PLED abierto a las modificaciones, que abogue por "encontrar" al tabasqueño modelo, ese que sea "consciente de sus derechos, pero también de sus obligaciones". Ese que reconozca "la vocación natural" de donde vive -el sector primario- y no siga relegando de la oportunidad que le representa por pensar peyorativamente de él. 
Amén de dedicarle unos minutos al aprendizaje que debe dejar en Tabasco "el quebranto de las finanzas y el uso de la doble moral", el PLED de Núñez no fue omiso y tiene cierto que más de 2 décadas perdidas en el desarrollo nacional podrían tener un escaparate si se apuesta al "desarrollo regional" y a la colaboración-coordinación con estados afines como Chiapas.  
¿Que fue un evento poco lucido?. Cuestión de enfoques. Preferible es sugerir que así sea, que estar ciertos de que para presentar algo obligado e importante, se recurrió -de nuevo- al derroche, a la gala, al exceso… a costa del erario.
Aterrizando, resta decir que el PLED del "nuevo gobierno" cumplió la formalidad. Que resta esperar su concreción, que pueda en efecto dejar su tradicional y trágico status de letra muerta y hacerse realidad. Que por fin -en 25 años- pueda hablarse de Tabasco como una entidad transformada, y no precisamente como recién… ocurrió.

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