Tabasco: Desventurado rincón.

Posted on 7:25 by Hugo Triano Gomez | 2 comentarios



Iván Triano Gómez


Mientras la estructura del Estado-Gobierno nos lapida entre los discursos ambiguos de austeridad y el derroche bicentenario,
TABASCO se transforma.


En efecto, de pantano comienza a mutar para convertirse en ciénega. Ciénega en la que sus habitantes más floridos comienzan a sentirse libres de exigir sus “derechos naturales” que la ley les reconoce por no existir prohibición expresa. Otros, pregonan la inocencia de quienes ayudaron a la transformación del pantano. Y los menos, advierten las consecuencias de dicha condición.

La memoria no engaña. Por más de cuarenta años (sólo por decir algo) Tabasco no recuerda un buen gobernante en la extensión de la palabra.

¿Pero es que acaso el gobernante es el responsable de los males de la entidad? ¿O es el pueblo que “democráticamente” lo eligió? Lo cierto es que hoy, todo (el fondo de las cosas) permanece igual o peor que desde hace cuarenta años: Caminos pésimos, actividad comercial estancada, industria ausente, campo improductivo, mercado interno inexistente, recursos naturales semi explotados o de plano sin explotar.

En tanto el gobierno no asuma en forma real su papel y mueva a la masa a emplearse y a apostar todo por el trabajo productivo, seguiremos contando con gobiernos de apariencias, en el que todo marcha bien y la transformación avanza.

La tan criticada e incomprendida República Islámica del Irán, por citar una referencia, hoy sirve de ejemplo de lo que debe comprenderse por trabajo productivo.

De entrada asumió su rol paternalista y prohibió la principal miseria de un pueblo: el alcohol. Sin dudas, en dicha categoría podría incluirse a la diversión simple, a la banal distracción. De lo contrario el pueblo seguirá distraído.

El gobierno debe implementar acciones verdaderas que tiendan a dar soluciones no aparentes y mediáticas de los problemas del ciudadano; no contar con una basta burocracia, más bien, debe tener a su disposición una eficaz, y ello, sólo se mide con resultados.

Resultados que precisamente son lo que no se aprecian en Tabasco desde hace generaciones. Obras de relumbrón son las que imperan en cambio. Jamás una obra de verdadero impacto. -El agua, constituye un claro ejemplo- Tabasco con tanto recurso acuático, no sabe cómo explotarlo al máximo, condenándonos a dejar en manos de "otros" la utilidad de nuestros recursos. (y en síntesis) La apatía impera.

¿Entonces se justifican las celebraciones bicentenarias? Un pueblo es verdaderamente independiente en la medida que cuenta con un campo fuerte y productivo, un mercado interno sano e infraestructura tanto terrestre como acuática.

En Tabasco, en pleno siglo XXI no se aprecia nada de ello, siquiera se vislumbra en el futuro mediato. Por algo en el pasado, la región ya era conocida como el rincón desventurado de la Nueva España.

Y es que tal juicio no descansa por sí mismo en los resultados de las politiquerías de la administración local; descansa en la realidad de la masa tabasqueña que permanece dormida, distraída, confundida, sin ruta y sin líderes.¿Hasta cuándo permitiremos la desventura? esa es la cuestión.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y no solo es un problema de índole local, sino nacional. El pueblo mexicano en general es apático y, coloquialmente, le gusta "empinarse ante otros" en lugar de nosotros ser quienes "empinemos a los demás".

Es un mal genético, no encuentro otra explicación.

Saludos

Hugo Triano Gomez dijo...

Con sinceridad te digo, no creo que la genética tenga demasiada vela en el entierro. No se nace con la mediocridad pegada a uno, uno se hace mediocre por varios factores: La falta de una guía "adecuada" por la vida, de una educación alejada de las farsas. Ciertamente todos somos culpables por dejarnos llevar por la vorágine, pero se supone que los Gobiernos están encabezados por "líderes"(no lidercillos) que tendrían que tener la altura de miras para impulsarlas. Coincido pues con uno de los cuestionamientos (intrínseco) del artículo.¿Dónde están?

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