Ay que tiempos señor (De Diego y del medio... ciego)

Posted on 10:29 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios


Flor de líz Pérez Morales



Crecí en la generación de Jacobo Zabludovsky; la figura periodística más polémica de las décadas de los 70’s a los 90’s. Crecí entonces con la mirada de una televisión mexicana que se ufanaba de ser la única que llegaba a todos los rincones de México, por lo que se otorgaba el poder de intervenir en la vida pública y social. La fortaleza se sustentaba en la frase célebre: “lo dijo Jacobo”. Esto sirvió como un elemento social que al final hizo comprender que el Zabludovsky de aquellos años no era la conciencia crítica de este país. Con el tiempo, las cosas han cambiado mucho y no necesariamente para bien, pero en mucho la televisión aún parece emular aquellos tiempos, aunque sin la misma capacidad de respuesta.

Esto porque hace unos días vi en la televisión mexicana una situación homónima de aquel tiempo; ya no era Jacobo Zabludovsky, pero igual se otorgaba tal poder; era Joaquín López Dóriga conductor del noticiario nocturno de Televisa anunciando que la empresa no hablaría del caso de Diego Fernández de Ceballos por asuntos de seguridad, intentaba mostrar que tal postura coadyuvaría en la mejor resolución del caso.

A Dóriga se le olvidó que no le está hablando al mismo México de aquellos años donde todo se alineaba a las indicaciones del presidente. El propio Zabludovsky dilucida al respecto: “se decía que los medios eran un soldado del presidente, ahora el presidente es soldado de algunos medios”. A Dóriga se le olvidó que los años han pasado y que él no es un líder de opinión que incida fuertemente en las formas de pensar de la gente. Se le olvidó que este México se muestra incrédulo frente al discurso de sus gobiernos. Se le olvidó que la noticia referida a Fernández de Ceballos no hace sino crear aristas de reflexión y climas de desconfianza. Se le olvidó que los procesos comunicativos han desarrollado otras formas de llegar a la gente creando alternativas que instantáneamente tiene réplicas sociales audaces e inmediatas. Se le olvidó que hay tantas maneras para acercarse a la información de Fernández de Ceballos, lo que puede ser significativo para la población. Lo que Dóriga no vio, pero que muchos ciudadanos si comprendieron en su discurso, fueron las incongruencias del sistema al que pertenece.

Si. Las cosas no son iguales. Jacobo Zabludovsky está ahora del otro lado de Televisa, y se coloca del lado del periodismo social; México tiene problemas de inseguridad alarmantes; el país tiene mayores índices de desempleo; los movimientos sociales en nuestro mundo son ya parte de la cotidianeidad; la sociedad mexicana se identifica con un rostro más violento; la patria está cumpliendo su respectivo bicentenario y centenario en dos eventos relevantes en su historia y las revisiones del tema no son halagadoras.

Por eso mismo, la postura de López Dóriga se expone de forma discorde a la propia ideología de la televisora frente a otros casos, por eso mismo la exposición mediática del asunto del panista no causa impacto cuando se entiende que las tecnologías de la información y comunicación, a través de redes sociales se constituye en un espacio donde el periodismo rebasa por mucho las posibilidades de incidencia que la que ahora muestran los noticiarios televisivos.


Si señor Dóriga. Quizá debamos de agradecer que muestre civilidad y valor frente uno de los miles de casos que ocurren diariamente en este país, sin embargo, por qué antes no había actuado de la misma manera. Francamente parece que a muy pocos les importa qué actitud asume Usted; seguramente el twiter y el facebook se encargarán de dar a conocer lo que “no puede hacer” y por el contrario harán notar el “honroso” papel que tristemente quiere emular. Desde aquí comprendo entonces la frase de una estimada amiga que regularmente dice: “En este país todos somos iguales, pero algunos son más iguales que otros”.

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