Inundaciones: Estado, responsabilidad y desorden social.
Flor de Líz Pérez Morales.
Uno se preguntaría qué es lo que está pasando en Tabasco, tal vez la respuesta no sea tan fácil de encontrar; parafraseando un poco la canción de Drexler, “el mundo (la vida) es más complejo de lo que parece”. Desde esta postura comprender y desentrañar lo que está ocurriendo en nuestra entidad pudiera darse, quizás, desde la mirada del mundo complicado o incierto en el que se inscribe.
En la búsqueda por aclarar lo contingente, Zygmunt Bauman se acerca de la manera más llana a explicarlo. Dice él, la constitución de un Estado en su equilibrio de fuerzas se articula sobre tres elementos que le permiten asumir la responsabilidad social; es sobre la economía, el ejército y la cultura donde se configura su papel político.
Lo cierto es que en los tiempos actuales, menciona el filosofo, la soberanía de los Estados está en juego y corriendo sobre otras dinámicas; situaciones donde los poderes, económico y cultural, ya no están en sus manos, lo que implica que sólo le queda lo militar. Cuando esto sucede el Estado se colapsa, pierde su capacidad política y el desorden entra en juego. Lamentablemente las catástrofes entran en esos procesos de negociación
En efecto, esto plantea que el Estado dejó de tener responsabilidad social, no porque no quiera, sino simplemente porque no controla lo económico y lo cultural (social) se le fue de las manos. Ha depositado en “otros” lo que le correspondía hacer. Sin la capacidad para detentar su accionar los gobiernos y sus estructuras se inmovilizan y no responden a sus gobernados.
Es desde este microscopio social donde encaja lo que vemos ahora con las inundaciones vividas desde el 2007; nuestra experiencia dictaría explicaciones sencillas, pero imposibles de dar. Esta emergencia natural en Tabasco se ha convertido en la evidencia más clara del desorden social que hoy nos toca vivir.
Sin la capacidad económica, porque se carece del poder financiero, al ser éste consignado en los dispendios, caravanas electoreras y a los mercados internacionales, los que en un abrir y cerrar de ojos controlaron todo, incluyendo a los gobiernos, las comunidades y sus consumos, se perdió el compromiso de atención ciudadana.
En la entidad no hay pues posibilidades financieras porque desde hace mucho se dio a otros; no hay recursos para asumir lo que tocaba asumir. Su urgente búsqueda ha llevado al malsano entendimiento que, en el más irrisible de los casos, las inundaciones podía ser un “negocio” político y social. El gobierno asumiendo que los recursos económicos podían llegar y ser un trozo de las partidas presupuestales de cada año y la población asumiendo que las contingencias podían ser parte de los procesos de sobrevivencia frente a la marginalidad; en pocas palabras se aplicó el dicho de “a rio revuelto ganancia de pescadores”, el drama de todo lo anterior es que nadie pescó nada.
Sin la capacidad para responder al ciudadano también se ausenta el poder cultural. Ni se plantean estrategias porque no hay proyectos de orden social, no hay la inteligencia para articular planes, programas que den salidas a las emergencias y al caos. No se puede hablar entonces de un Estado responsable y vigilante cuando no se otorgan las condiciones que requiere un acontecimiento social como los ya vividos en Tabasco. No es sólo con el acto impositivo de la fuerza, aplicada desde el ejército como se administra la política de una población; y sin embargo desde aquí entendemos porque el gobierno sólo puede responder con los militares con acciones que se miran como gestos de ayuda humanitaria en la necesidad, pero que desde el sentir social se traducen como actos impositivos que salen a bote pronto.
Las preguntas a responder se pueden significar entonces como puntos clave para ver cuál será nuestro rumbo: ¿Debemos tener albergues permanentes que cada año se conviertan en hogares? ¿No tendrían entonces que tener las condiciones para vivir en ellos? ¿Se abrirán cada año canales de alivio en zonas diferentes? ¿Los habitantes de áreas vulnerables tendrán diversos tipos de vecinos dos veces por año? ¿Serán dos hogares por año? ¿Cuáles serán las próximas colonias reubicadas? Aún y cuando las respuestas puedan estar implícitas, no son las adecuadas y si lamentablemente esto es el futuro, ¿no tendrían ya que elaborarse los programas políticos en relación a ello y contribuir a dar certidumbre en algo? En el dicho popular hay quienes preguntan si no sería más fácil que llevar y traer a la gente como cada año, pensar en viviendas tipo plataforma.
En su dilucidación Bauman dice que finalmente en el desorden social, lo más golpeado no es la cima, sino la base, y mientras no se fortifique al mundo en sus localidades, su futuro seguirá siendo caótico. Queda claro que el porvenir es incierto, poco claro; que las respuestas no vendrán desde un sistema de gobierno capaz de dar orden, que las estructuras políticas están maniatadas, que la ciudadanía no mira su participación como algo crucial, que las instituciones no tienen respuestas y que seguramente sin hacer nada cada año se seguirán padeciendo la inundaciones como las nuevas “negociaciones” políticas y sociales donde nadie. . .absolutamente nadie gana.
1 comentarios:
Siempre placentero, para la reflexion y el analisis lo que la amiga Flor escribe, congruente con su forma de ser en la cotidianeidad y la forma de exponer su sentir.
La situacion por las que atraviesa el estado, nos lleva a algunos a recordar las vivencias del año 2007, donde en forma apresurada salimos de casa ante la amenaza de que el agua entrara a casa, si bien nunca se penso ni remotamente, la magnitud de aquella inundacion...ir caminando por calles convertidas en extension del rio carrizal, ver a una lado pasar una serpiente, llegar a lo que era el parque y encontrar que los columpios eran recuerdo, abrir la puerta de casa y encontrar que los muebles eran ahora flotantes y sentir impotencia ante lo que ya era un hecho,sentir que esa agua sucia violo la intimidad y se metio hasta la cocina--- eso es algo que en efecto, nadie puede imaginar, mucho menos quienes estan hasta hoy dia sin atender las demandas sociales, en un claro incumplimiento de la razon de ser de los gobernantes... en fin, tenemos memoria...igual que las aguas....
felicidades Flor, por escribir lo que otros queremos comentar, expresar, debatir, pero solo tu puedes hacerlo con el don que Dios te otorgo.
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