Reflexiones bicentenarias II.

Posted on 10:52 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

Iván Triano Gómez




Retomando el quehacer y la caída del Primer Imperio Mexicano resulta cierto que no fue el pueblo sino los enemigos ideológicos del futuro magno de nuestra nación, quienes adoptaron y decidieron jugar el rol de Judas, a fin de hacer fracasar el plan de las tres garantías (o de Iguala como también se le denomina), por el cual la nueva nación surgida del antiguo, ordenado y pacífico Virreinato Novo hispano, estaba llamada a ser mucho antes que Norteamérica, el poder hegemónico del hemisferio occidental, como genuino heredero de la grandeza de la madre patria.
Posibilidad lanzada a la basura por el espejismo de la igualdad, la libertad y la fraternidad universal.
Tal eslogan constituiría el veneno ideológico por el cual un grupo con visión de dominio global, habría de dividir a la hasta entonces, uniforme sociedad Novo hispana.
Luego, las decisiones personales de los actores políticos, a favor de los antagónicos ideológicos de la posibilidad de un Imperio de tradición y herencia Hispana, fueron fundamentales, pues optaron por colocarse en el lado de su conveniencia por algunas monedas de oro y una vez sometidos al lavado de cerebro decidieron jugar el papel de la alianza interna, apoyada y financiada desde afuera para destronar dicha influencia hispana en el territorio del Virreinato. Como si la tendencia Norteamericana con todos y sus titulares de libertad y fraternidad, no constituyeran ideologías extrañas a la esencia del Novo hispano y sólo la influencia europeísta fuera “dañina” para los mismos.
En resumen, se optó por el americanismo no nacional, sino exclusivamente anglo sajón, con el objetivo de engrandecer a una nación incipiente pero ya con visión de hegemonía hemisférica, a costa del empequeñecimiento del Virreinato Español; todo por las monedas de igualdad, libertad y fraternidad universal, que en sentido estricto se enarboló no para la universalidad humana, sino para un pequeño grupo de seres con convicción de “su” destino manifiesto.
Lo grave hoy es que la cúpula gubernamental sigue sosteniendo - no obstante la “alternancia” partidista en el poder ejecutivo federal – las grandes mentiras de nuestra historia.
No se aprecia en el horizonte, un mínimo de interés por reconocer no sólo a Iturbide, sino a muchos más actores verdaderamente forjadores de nuestra nación, cuyo único pecadoverídico amor por el suelo patrio. ha sido observar –en su momento- la realidad nacional con un cristal diverso al de los tradicionalmente llamados liberales; pero que supieron defender virilmente sus convicciones ideológicas, teniendo como eje de su defensa, un
Cuando ello suceda, si es que es factible, el Mexicano podrá reflexionar mayormente y tener claro su destino, un destino que hoy ni siquiera se cree tener, pero que alguna vez fue latente, faltó la consolidación; destino que no puede ser jamás el de verdadera colonia económica (a como acontece hoy día) o traspatio del Imperio Global Anglo Sajón. Sólo entonces se podrá reiniciar la búsqueda y obtención de nuestro verídico destino.
Por ello es lamentable que el Estado Mexicano promueva indirectamente la “educación”“históricas” de la guerrilla iniciadora del movimiento de 1810. superficial y barata de la masa, a través de sus dos televisoras, con pseudos representaciones
Aún más grave es la pretensión de “educar” en historia nacional a la niñez mexicana, a través de caricaturas bicentenarias. Más bien se trata de la reiteración hipnótica de la historia nacional falsificada, con el único objetivo de crear zombis sin juicio crítico.
Hacer creer a la niñez nacional que Morelos tenía apariencia de “He-Man”, en nada ayudará a esta nación, pues mientras se engrandece el mito, se reduce al futuro hombre pensante y así, la farsa continúa (y lastimosamente continuará)
Religión, Independencia y Unión..

0 comentarios:

Publicar un comentario