Tabasco 2012: Agenda mínima.
Sin abundar en las causas, el inicio
de "algo" supone e impone cosas positivas. Nadie por contaminado que esté de
mediocridad, incapacidad y desinterés desea que le vaya mal en lo que va a
emprender. Por eso quien lo encabeza se encomienda a la “suerte” si mal va y a la “divinidad”
si se apunta a algo mejor. Desafortunadamente ni una ni otra son garantía de
éxito, si no se hace lo que se tiene que hacer.
El hecho es que el 2012 llegó y amén
de estar alegres por ello, es vital identificar lo que cada quien tiene que
asumir para modificar el entorno, que seguro deseó, cambie para bien en el
nuevo año.
En la dinámica Tabasco tiene una
agenda muy apretada, aunque también espinosa.
Establecido el récord de enfrentar
episodios de inundación año tras año en lo que va del sexenio, el Gobierno Estatal
tendrá ahora que hacer uso de la honestidad
para ventilar a su sucesor, el status real del plan hídrico comprometido para su culminación este año en una
fase inicial por el Gobierno Federal desde fines de 2007.
Pensar tan solo en la discrecionalidad
o conveniencia de difundir los datos en función de quien electoralmente “gane” la posición, es algo de
dimensiones graves en grado superlativo.
A estas alturas es natural –que no
bueno- que el gobierno de Andrés Granier no piense en destinar recursos propios
para obras del referido PHIT. La vara en ese sentido quedará baja, muy baja,
para la próxima administración que si quiere establecer diferencias de fondo
con la actual, bien podría comenzar por allí.
Difícil por supuesto es garantizar que
un nuevo siniestro de esta magnitud no vuelva a ocurrir en el territorio
estatal afectando a más tabasqueños, partiendo de la condición natural pero
advirtiendo sobre todo, la falta de "corazón" de la mayoría de los proyectos y el desorden urbano combatido apenas en su
parte elemental.
El 2012 augura también para Tabasco problemas
de credibilidad. Después de muchos dichos y acusaciones, así como de las
respectivas defensas a ultranza, a mediados de año –con las elecciones- habrá
condiciones para imaginar si se conocerá por fin el manejo que se le ha dado al
dinero aportado por los contribuyentes como su esfuerzo para sacar al buey
tabasqueño de la barranca.
La escena –naturalmente- se refuerza
si unas siglas opositoras terminan abriéndose paso hacia la Quinta Grijalva,
que si un “hermano de colores” de
Granier Melo termina por imponerse en el hándicap de la sucesión.
Es cierto que la primera idea no deja
de ser un volado, aunque la segunda luce con menos margen de error, si se
considera que ni en los peores tiempos se sentaron precedentes legales mayúsculos
que trazaran un camino distinto cuando ha habido problemas en el pantanoso edén.
En el año nuevo habrá oportunidad para
ver –y ojalá detener- el hambre de poder y dinero, la avaricia, de la clase gobernante que erróneamente sigue adjudicándose el “sacrificio” de mantener vigente el régimen democrático, para solo
satisfacerse a sí mismo. ¿Serán capaces –los distintos gobiernos- de perpetrar
un nuevo saqueo y otorgarse nuevos bonos, ahora de marcha y de retiro por
llegar al final de una gestión constitucional? ¿Habrán sido suficientes los
escándalos financieros sufridos hasta ahora? ¿Quién y bajo qué condiciones destapará
la cloaca? ¿Será a tiempo o demasiado tarde?
Cuestión de pensar representa la sucesión gubernamental que a juzgar por
lo que estará en juego y en riesgo según sea el caso, podría llegar hasta el
tribunal electoral federal, dependiendo de éste -por tercer proceso consecutivo-
la validación del "nuevo o viejo rumbo" a seguir por los tabasqueños.
Claro que lo de nuevo o viejo rumbo
será relativo. Dependerá en gran medida del
grado de mediocridad, incapacidad y desinterés que haya permeado en el
grupo por venir y en la “suerte” o la
"divinidad" a la que el electorado se haya encomendado. Al "santo" que haga el
milagro de actuar como se requiere; con la sola consigna de dejar huella, de
hacer historia, de heredar legados y retomar principios. Algo tan complicado
como mantener todo el año -ya no se diga una vida- la intención de ver... el deber
cumplido.
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