Jesús Alí: Demonios sueltos.
Más
que desvelado, Jesús Alí debe estar preocupado por las reacciones casi
inmediatas que su unción como virtual candidato del PRI al gobierno del estado
ha dejado tras de sí. Y es que más allá de la palabra que le haya empeñado su
principal adversario Luis Felipe Graham, para desistirse en su afán de
inscribirse en la convención de delegados que oficializará todo, los nudos pero
más los “demonios” aún andan sueltos.
El
que la llamada “Abeja Africana” Joel
Cárdenas Arronis rompiera su tradicional “discreción”
a la hora de operar políticamente por y en contra de tal o cual actor, es solo
la punta del iceberg que Alí y el tricolor tendrán que tratar de esquivar para
no convertirse en una nueva edición del PRI-tanic.
Y
tendrán que hacerlo pronto y de una manera contundente, ingeniosa, no como la
que hoy exhibieron. ¿A quién sorprende por tanto que los sectores y los ediles
cierren filas en torno a la decisión cuando deben y dependen de la
incondicionalidad para seguir vigentes?
Es
cierto que de aquí a Julio aún pueden pasar muchas cosas, pero arrancar una
contienda como la que el alcalde con licencia de Centro tendrá, con un efecto
peje en contra tras la homologación de las elecciones; con un contendiente “famoso”
de la segunda fuerza política local que ya alguna vez ha barrido en las
elecciones y se ha quedado cerca de la gubernatura en otra; más las desavenencias
al interior, incluida la de la estructura de la secretaría de salud -una de las
más amplias del sistema PRI-gobierno- y la del panal no de Elba Esther si de
Cárdenas Arronis tratando de retomar su mito;
más la factura que habrán de cobrarle al Granierismo los despedidos y los decepcionados, no hacen ver un
panorama halagador, menos holgado con todo y que se acepte la fortaleza electoral
de Peña Nieto, la historia local del PRI y el optimismo de gente como Manuel
Andrade que insiste en minimizar todo lo que huela a oposición.
Justamente
que el susodicho Cárdenas Arronis mostrara sus “tamaños” al vaticinar la derrota de Alí; que no dudara en decir
que no sabe gobernar y que pusiera en tela de juicio a su equipo por el papel
que hicieron en el municipio evidencia que no hay como en antaño el respeto
irrestricto a la decisión central del priísmo.
Que
luego algunos de los operadores tejieran la idea de que en la asamblea de
delegados se podría revertir la decisión que "les han impuesto" desde México,
pone a Luis Felipe Graham en la disyuntiva de mantenerse o retractarse ante lo
que firmó en su “noche triste” del 19
de Enero en Ciudad de México. Inscribirse de entrada al proceso y abrir la
posibilidad a la sorpresa y a la desobediencia local, parecerá un viraje.
Si
ello sucede habrá más elementos para alimentar el morbo respecto a si Granier
sigue vivo en el proceso sucesorio, tratando con un último coletazo del
dinosuario de ganarle la partida al CEN y al Peñismo. Todo –se supone- ocurrirá
en función de cuántas deudas tenga el Granierismo y su tamaño.
Después
de todo con la alerta del voto de castigo y la supuesta “decisión de las bases”
para modificar los acuerdos ¿qué se puede hacer?
Que
Mier y Terán o el mismo Evaristo Hernández vayan a la convención parece ya mera
cuestión de anécdota. Nueva atención habrá que centrar en el actuar del
antecesor de Alí en el Centro, pues se ha dicho que un objetivo de la corriente
Evaristista era deslindar al PRI de Granier y de adjudicarse calidad moral de
cara a 2018, que preferiría ganar, perdiendo.
El
premio de consolación que Luis Felipe Graham recibirá –la candidatura al
Centro- parece por otro lado una señal no menos importante para lo que se
viene. Representa para Alí y el priísmo una nueva afrenta. Eliminando por
dedazo o conveniencia a todos los que la quieren, "los que deciden" parecen estar
abriendo otro orificio en la golpeada estructura priísta. Lo peor es que
tratarán de taparlo erróneamente, con el artefacto que salvaba otra fuga y
soltando irremediablemente nuevos demonios –más de 6- del “infierno tricolor”.
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