Paisajes de mujeres de ficción.

Posted on 15:27 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios


Flor de Líz Pérez Morales.


 De que llegan las reflexiones sin querer, llegan. Sin duda estas vacaciones no dieron descanso al cerebro y lo pusieron a trabajar al momento de que las lecturas de algunos textos pasaron ante mis ojos de la manera más inesperada,  justo cuando sólo quería allegarme al infinito descanso de no pensar en nada; sin embargo no ocurrió así, y los libros y el cine visto en este periodo dejaron inquieto a un cerebro que burbujeaba por salir en palabras. He aquí las cavilaciones otorgadas con licencias vacacionales.
Como es una costumbre, uno planea una lista de libros por leer, que nunca se concluye, o por lo menos ese es mi caso. Dos de esos libros, de los tres leídos en este tiempo, y una película que no estaba en mis planes, rinden cuenta para exponer lo escrito aquí. Los tres textos brindan pues las razones para esta revisión improvisada que sale a la luz, pues coincidentemente los tres textos fundan la mirada en los personajes de mujeres de ficción que sin buscarlo captaron mi atención.
Xavier Velasco, con su novela  Diablo Guardián, ganadora del premio Alfaguara, tenía ya un rato esperándome. Por fin lo leí. El libro sin mayor aspaviento no me deslumbró tanto como había imaginado, pues su narración se hace excesiva, en momentos, cargada, atiborrada de detalles que no se sostienen, tanto  que en muchos de los episodios la lectura se cae. Sin embargo, el personaje de Violeta, en el cual se centra la historia,  tiene algo qué decir. Drogadicta y puta, Violeta va construyendo su propia decadencia, sin que ella misma la entienda. La joven que lleva la historia es pura acción, no hay sentidos que la guíen; sin mucha lógica el personaje no encuentra una seducción clara de su actuar, la naturaleza de la cual la dota su autor camina  en el pecado, en lo atrevido y amoral, en la línea de “lo que no se debe de hacer pero se hace”, parecería entonces que eso  es lo atractivo del relato, pero finalmente no es así. El asunto es que  Violeta no tiene rumbo.
Por el contrario, en la novela del brasileño Jorge Amado,  Gabriela, clavo y canela,  una de sus mujeres es verdaderamente provocadora. El texto narra la cotidianidad del pueblo de Ilhéus, justo donde aparece Gabriela, personaje de naturaleza seductora, que ahonda en un actuar que se deja llevar por su sentido de libertad, es decir, la joven mulata se encamina en la ingenuidad de amar sólo en el goce de la libertad, para comportarse en la convicción de pensar y actuar espontáneamente. Ella es así. Como la típica novela latinoamericana, el personaje de Jorge Amado no plantea  mayores complicaciones, pues su protagonista es simple; ella cree, ama, confía, seduce, trabaja y piensa como una mujer de goces y placeres. Es el cuerpo de Gabriela el que más habla, en él van todos sus planteamientos. En un marco narrativo donde hay de todo, Jorge Amado da lecciones de política, de atrevimientos, de poesía, de música, de historia y  de cotidianidades del Brasil amante del sexo, el baile, la comida y hasta del humor.
Finalmente, fui a ver la película Mirror, Mirror, traducida en México como Espejito, Espejito, donde actúa Julia Roberts; cinta que relata una versión actualizada del tradicional cuento de Blanca Nieves y los siete enanos. Es el personaje maloso el que se torna interesante y es justamente a ése al que me referiré. Debo confesar que no esperaba ni ver, ni hablar de una película que no estaba en mis planes vacacionales. Lo cierto es que la malvada reina bruja que expone la historia es verdaderamente cautivante, tanto, que ahora me llena algunas líneas de este texto. El personaje está construido para borrar del mapa a la pequeña Blanca Nieves -que muy poco tiene que decir en la historia-  y a un príncipe bobo. La malvada reina es mala, muy mala, tan mala que ella misma comienza  su propia historia. Divertida, hermosa, inteligente y por demás seductora, la mujer que aparece ahí hace las delicias de los cinéfilos. En su personaje de bruja y reina malvada, Julia Roberts redime a las mujeres inteligentes, las vuelve luchadoras y da merecimientos a la estética femenina con una alucinante identidad de género, nada de qué avergonzarse. Sus propósitos son firmes, cazar al mejor postor masculino, y para eso goza de una aguda mente que la conduce por los objetivos trazados.
Los tres glorifican sus identidades, acarrean la seducción; pero, mientras Velasco debilita a su personaje, las otras dos reinan en sus propias debilidades, con ellas se hacen fuertes e inteligentes. Las tres le brindan pleitesía al cuerpo, aunque de formas diferentes. Tres textos con personajes de ficción, que develan sus historias para hacerlas significativas y sirven para recontarlas a los demás.

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