PAN Tabasco: Lectura de un escándalo implacable.
Hugo Triano Gómez.
Lo
exhibido en últimas horas en el PAN
Tabasco, es un asunto de escándalo. De uno que no solo debe provocar reacciones
políticas si no también legales contra el
“líder” de ese partido a nivel local Jorge Ávalos. Lo sucedido es
revelador, no tiene desperdicios con todo y que el mismo dirigente del PAN diga
-mostrando su poco oficio- que las grabaciones nada dicen.
Desde
un principio se afirmó que el asunto no es novedoso, que desde la cimentación
del régimen político en México, las representaciones estatales del gobierno
federal son posiciones políticas que obedecen a “pagos de factura”, a canonjías otorgadas o simplemente a la
prevalencia de un grupo o decisión del mandamás.
Por
ello es que suele verse en posiciones aparentemente “extraviadas”
a muchos personajes. Así se entiende la falta de vocación para con el trabajo y por ende de resultados en detrimento
de los ciudadanos, en la mayoría de las dependencias a lo largo de la historia.
Como
ayer, el PAN en suelo choco ha hecho hoy de las delegaciones federales su
feudo. Desde ahí presiona a quienes considera para hacerse de adeptos y se
teme ya con justificación, que los
apoyos de los programas sean dirigidos por conveniencia. Se insiste, la idea no es nueva, solo que ahora existe la
evidencia que confirma todo.
Jorge
Ávalos Ramón compró en su conversación ubicada en el contexto de la definición
de los candidatos a Diputados locales plurinominales del PAN, su boleto en la
historia de Tabasco. Lo compró a un nivel muy alto. Su versión absurda no le
vale defensa alguna.
Asumido
como un soberbio todo poderoso –figura criticada por todos en este país- jactándose
de no ser “ingenuo” en las lides
políticas, Ávalos no tuvo empacho para confirmar que la posición de la SAGARPA con Carlos Gutiérrez Cortés es
de él y del Diputado local Juan Cáceres que con tibieza se deslindó de los
hechos; que Solange Soler en FONAES es
posición de ellos también, con tal de “convencer”
a un Panista de apoyar el proyecto de César Abreu a una Diputación local por
encima de Julio González. El hecho no puede ser reducido a la contienda interna
de los Panistas, sí llevado a la escena
nacional y sobre todo judicial por aquello de la condicionante a “votar” por alguien a expensas de los
apoyos federales. Solamente para no dejar cabos sin atar, vale la pena recordar
que el referido César Abreu, es el mismo que fue impulsado –se deduce ahora por
el mismo Jorge Ávalos- para ocupar la titularidad local de SAGARPA y que se
frustró por la presión de otros grupos políticos relacionados con el PRI, que a
final de todo, son reflejo del “mercadeo
político” que representa el supuesto importante sector agropecuario,
forestal y de pesca, para las autoridades en el país.
Hoy
se evidencia fehacientemente que también el PAN posee escuelas políticas que
carecen de escrúpulos; recuerda que como en todo hay gente capaz de mentir
viendo a la cara; gente que presume
de ser implacable con la corrupción ajena, pero que con la suciedad propia
actúa cual canino, intentando esconder cualquier indicio de ella.
La
pérdida política que en número de votos le pueda significar al PAN lo sucedido,
en una contienda que de inicio está perdida para ellos es lo de menos y hasta
irrelevante se torna; no así la verdadera pérdida de fe en las instituciones,
que otra vez dan muestras de estar fortalecidas y blindadas contra la corrupción,
solo… en el papel.
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