Fitch-jese bien
Hugo Triano Gómez
Si los principios elementales de la transparencia -no de la vedette que aquí se exhibe- y la vergüenza prevalecieran en el Gobierno de Tabasco, la evaluación que la calificadora Fitch Ratings dio el martes sobre la "perspectiva crediticia negativa" de la administración habría sido ya explicada. Hoy ya es jueves...y nada.
Obvio resulta que la promesa de una explicación en breve por parte de la "autoridad competente", es una respuesta para salir del paso.
Claro es también que quienes han querido defender a rajatabla al Gobierno de Granier, no han tenido justamente la calidad, los tamaños y menos los argumentos para hacerlo. Justo es decir, que si existen tales preceptos, ahora es cuando deberían surgir.
Decir pues que una "perspectiva crediticia negativa" da lugar a interpretaciones, es pecar de ignorancia y lo que es peor, de arrogancia. Una perspectiva de esta naturaleza solo puede ser entendida como la falta de condiciones que tiene alguien, en este caso el Gobierno Granierista, para ser objeto de un crédito. No hay para más, no hay cabida para las ambigüedades, para los Ases bajo la manga.
Lo delicado del asunto surge cuando uno piensa en las razones que llevaron al "Estado" a dicha condición. La obligación para aclarar el caso surge cuando la misma Fitch Ratings cita en estudios previos que cuando los tiempos de Manuel Andrade -con todo y todo- el Gobierno de Tabasco calificaba "muy" positivamente para ser susceptible de créditos como ya no se es hoy. La preocupación aumenta cuando no se explica con la precisión debida para qué se comprometieron desde un año atrás, recursos de un ejercicio fiscal por venir. La alerta se enciende cuando se confirma -con el estudio- que el gasto operacional sigue en un nivel alto limitando la "flexibilidad financiera", muy a pesar de que se da por cierto que en la Entidad hay un "estricto programa de austeridad en el gasto corriente". Dicho de otra forma, se estaría ante la advertencia que los recortes a los salarios de los funcionarios de los que se ha hablado son ciertos, pero que el funcionamiento de la administración va a la alza, convirtiendo el dichoso decreto de austeridad en una falacia, en algo iverosímil, en una tomada de pelo.
Fitch Ratings tampoco aporta elementos para confiar en que las cosas vayan a cambiar, a mejorar. La sepulcral estimación de que el 2009 terminará con una reducción considerable en el ahorro interno -que sirve para pagar las deudas o invertir- de hasta el 10 por ciento, lleva a pensar que en 2010 se seguirá reduciendo el pírrico porcentaje de inversión -para quien presume una transformación- en aras de pagar los inevitables intereses de la deuda pública y los pasivos a corto plazo que ya se dijo, no se sabe con precisión a donde fueron a parar.
De notable interés será también conocer el desenlace de las historias-problemas del ISSET y SAPAET advertidas en el estudio, considerando que ambas dependencias son líderes en inconformidades por no prestar servicios adecuados y no cubrir sus adeudos justamente por sus problemas financieros ahora más que confirmados. Del "alto grado de marginación" advertido y siempre negado por el Gobierno, habría que decir sin abundar por ahora, que es equivalente a una simple suma de los factores expuestos.
Mención "horrorífica" en todo esto obtuvieron los "medios democráticos y auto-considerados responsables y poderosos" de la Entidad, que pese a sus supuestos compromisos con la verdad favorecen una opinión pública ignorante y distraída, al resumir en "ni una coma" el asunto.
Pobre Tabasco tan cerca de la hipocresía, tan lejos de la verdad.
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