¿Y la educación Apá?
Opinión
Alberto Martínez Pérez
La actual situación del sistema educativo mexicano deprime, peor resulta que los políticos casi nunca se refieran a ella (en serio) en su discurso partidista, ya sea en campañas o en plena acción de gobierno. Olvidan que sin educación jamás podremos tener-vivir en un sistema verdaderamente democrático.
La sentencia podría parecer drástica, pero es real: sólo con una educación de calidad que eleve el intelecto y los valores se lograrán las condiciones idóneas para que el sistema democrático pueda funcionar.
En primer término la democracia es una forma de gobierno en que (como muchas veces nos han comentado) todo el pueblo puede participar en las decisiones dando su opinión y en que por acuerdo de la mayoría, se toman las decisiones que determinan el rumbo de una Nación.
Por ende el sistema democrático presupone la participación activa de la población en la toma de decisiones, y aunque esta participación sea a través de representantes populares, estos sólo son intermediarios para llevar a efecto las decisiones que el pueblo les ha ordenado previamente, de allí que sólo son mandatarios. (hacen lo que les ha ordenado el mandante, esto es, el pueblo les ordena y ello ejecutan lo que el pueblo les ha ordenado).
Para que este esquema democrático pueda funcionar a cabalidad, es necesario que el pueblo tenga claro cuál es el rumbo que requiere para que el progreso económico, político y social de la mayoría sea posible. Es de vital importancia que la gente tenga acceso a una educación de calidad, a una que eleve sus conocimientos en todas las ciencias sociales y naturales, solo así dejarán de ser nuestros “intermediarios” los que en realidad tomen las decisiones sin consultar al pueblo y digan en su favor que “No llegaron al poder para ser populares, sino para tomar las mejores decisiones a favor de México”
Una educación de calidad elevaría considerablemente el nivel de lectura de los mexicanos, cuyo índice actual no rebasa el de un libro al año por habitante, se ampliarían los niveles y la calidad de acceso a la información de la mayoría pues es claro que México, los medios de acceso de información son fundamentalmente la televisión y en menor porcentaje la radio, cuyos contenidos en su mayoría y salvo excepciones, son manipulados por el poder político y los poderes empresariales.
Si logramos cambiar el sistema educativo y tan solo elevar el nivel de lectura, se acabarían las campañas políticas en donde únicamente se prometen resultados sin decir nunca las políticas públicas que se implementarán para lograrlas; se obligaría a los candidatos a decir sus verdaderas intenciones de llegar al poder; y de no cumplirse se les castigaría severamente en las urnas.
Una educación de calidad conlleva a que la población se encuentre debidamente informada de los factores políticos, económicos y sociales que impiden el desarrollo nacional, y que sea la misma población la que deplore a los medios de comunicación mal intencionados que sólo buscan hacer propaganda a la clase en el poder; y haría crecer a los medios que buscan la verdad histórica.
Se requiere la educación de calidad, para que el desarrollo tecnológico se eleve considerablemente, logrando así mayores inversiones nacionales y extranjeras en proyectos de calidad, que son a su vez verdaderas fuentes de empleo y de ingresos públicos vía impuestos, además que se promoverían las exportaciones de productos nacionales y por ende más empleos e ingresos vía impuestos al comercio exterior.
Una educación de calidad trae como consecuencia, mayor aprecio por la cultura y las artes, que en nuestro Tabasco es un renglón con mucho atraso. Si queremos mayores espectáculos artísticos y culturales debemos acercar a la gente mediante la educación al aprecio por la música clásica, a la danza, a la pintura, el buen cine, la poesía, la literatura y las demás bellas artes actualmente en el olvido. Necesitamos alentarla si queremos mayores turistas, si deseamos alejar a nuestros adolescentes y jóvenes de vicios, bajo el argumento de carecer para sus ratos libres de espacios de expresión, siendo bombardeados por la misma televisión respecto del estilo de vida “americano” en el que sólo el sexo, la violencia y las drogas son medios para realizarse como “seres humanos”.
Necesitamos una educación de calidad, en donde a nuestros jóvenes se les induzca el amor por las ciencias, y en donde se les enseñe verdadera historia, no más “historia oficial”; mostrar a nuestros antepasados como lo que eran, seres con aciertos y errores; una en donde ya no se muestre a los liberales y conservadores como los “buenos y los malos”; una para que nuestros jóvenes sepan con un enfoque apegado a la verdad de dónde provenimos, cuál es nuestro origen como Nación, porque un país que desconoce sus orígenes está condenado a cometer los mismos errores del pasado.
Una educación de calidad, para que dejemos de ser de una vez por todas un país “en vías de desarrollo”, en donde haya hasta un Presidente de la República que desgraciadamente ya hasta felicitó a una señora analfabeta, por no saber leer ni escribir, que por que así era “feliz”.
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