Fitch Raitings: Cementerio de genialidad y grandeza.

Posted on 15:21 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

Opinión
Iván Triano Gómez


Sin la pretensión de desmeritar los comentarios en torno al escándalo que han generado a nivel local, las conclusiones de la empresa Fitch Ratings sobre la calificación crediticia de Tabasco, el hecho de que quienes encarnan al gobierno omitan respuestas puntuales y de fondo, o en el mejor de los casos cantinfleen al decir y no decir algo, no debe sorprendernos.

El verdadero termómetro de la situación crediticia en el Estado la vivimos todos, día a día, en la realidad que nos toca protagonizar.

No negamos que la existencia del referido documento sea de importancia, no obstante su contenido sólo afecta la imagen del gobierno que finge ser austero; no genera pues -por ahora- mayor responsabilidad que la vergüenza de verse públicamente contradicho en el contexto de informe de labores anual del ejecutivo, según el cual, la “transformación avanza”. Para los defensores del gobierno, se trata sólo de un golpe bajo.

Sabemos gracias a ambos factores, -a la realidad y a las determinaciones del documento- que el futuro inmediato será crítico para quienes poblamos el pantano del sureste, la pomposa y oficialmente bautizada como la esmeralda.

La alta marginación, créditos limitados, el crecimiento de pasivos (de las deudas) a corto plazo y la dependencia de los recursos de la federación, son fácilmente palpables por los ciudadanos tabasqueños.

La primera se constata al visitar y observar críticamente cualquier comunidad estatal. El común denominador es la inactividad comercial, pobreza a la vista, desorden urbano, por mencionar algo.

De nada sirve repasar la geografía tabasqueña. En todos lados, en todos los rincones encontraremos lo mismo, desempleo, pobreza, inactividad comercial, mucho, mucho vicio, que para el gobierno no es más que la iniciativa privada en acción. (las grandes cerveceras hallan en Tabasco, el mercado número uno, del sureste Mexicano).

Desde que se hizo pública y patente la crisis económica la clase política ha sabido sacar provecho de la misma. La referida crisis global constituye la primera trinchera para justificar la falta de empleo y la ausencia de soluciones de fondo, y desde luego para no utilizar el dinero público en obras verídicamente sociales.

Es verdad, gobernar no es ni será nunca fácil. No obstante en éste y los gobiernos que preceden han hecho falta dos principios: genialidad y grandeza.

La política local no es ni será autónoma jamás, la palabra independiente es muy grande para siquiera invocarla; la politiquería local, nos guste o no y se trate del partido que se trate es conducida desde el centro.

Lo mismo sucede con la política Nacional, sólo que ésta es regida por los autores del plan Mérida.

Partiendo de tales premisas, la genialidad y la grandeza, se nulifican. Al igual que el hijo que se le da todo y no se le permite auto desarrollarse con libertad y plenitud, así, un gobierno producto de otro, no autónomo, sólo puede generar resultados mediocres, pues carece de ingenio y de grandeza, se convierte sólo en la extensión de su progenitor, lo que implica que no sólo adopta lo positivo, sino también lo negativo.

El progenitor que decide por el hijo su profesión, su compañera de vida, el deporte que ha de practicar, el tipo de alimentos, lo que puede y no puede gastar o determinar hacer, limita sin dudas a su crío.

Así, el gobierno dependiente, el que imita políticas, el que da continuidad a los mismos programas aún y cuando carezcan de frutos idóneos para la colectividad, se halla limitado, limitado de genialidad y grandeza a grado tal que el gobernante cree que no existe otra forma de tratamiento o solución.

La genialidad y la grandeza son dos nociones que parecieran propias de otra época, de los libros de historia, cuando en realidad son la esencia del ser humano.

Hoy más que nunca hay que pensar genialmente en grande. Ante grandes retos hay que pensar igual en grande, no es posible que con soluciones pequeñas puedan pensarse en cruzar un río de problemas.

La clase política en Tabasco se limita a refugiarse en la crisis económica, desde luego mañosamente. No hay dinero para nada, nada se puede hacer, nada es posible, hay que “ahorrar”, sí claro, pero para ellos, para los pocos.

Lamentablemente el documento de la referida empresa que en esencia contradice el informe del gobernador, produce efectos limitados pues el grueso de la población del pantano, ni siquiera alcanza a comprender su relevancia.

Quienes sí tienen claro lo mismo de siempre, caminos cerrados para el debate no sólo ideológico, sino formal con el gobierno, que de entrada niega todo y presta atención sólo a los cantos de sirena que de inmediato se alzan en su favor, verbigracia el: “Tabasco, buen sujeto de crédito” del “ilustrísimo diputado y economista” Fernando Calzada.

Ni experto en economía, ni ilustrísimo hay que ser, para con sentido común comprender que no es con odas y alabanzas de la misma clase política como deben atenderse las problemáticas sociales; es el seno mismo de la sociedad donde el sentir del individuo más sencillo debe calar el ánimo de la clase gobernante y desde luego atenderla ¡más rápido, que inmediato!

¿Qué no es verdad la limitación crediticia? que Tabasco es un buen sujeto de crédito, ¿será verdad la dependencia gubernamental de los recursos de la federación? que importa. El debate en torno a las posibles respuestas es lo de menos; lo primero, sólo lo sabe el gobernador y sus simuladores financieros, el pueblo al fin y al cabo paga todo crédito; lo segundo, se responde con otra pregunta: ¿acaso cabe la duda?

¿Será acaso que todo se resuelve con dinero? Es más preocupante quien asumirá la responsabilidad histórico político y desde luego penal del desastre socioeconómico que se avecina en el pantano.

¿Avanza en serio Tabasco en su transformación?, que nos tocará ser ahora ¿qué le sigue al pantano?

Por desgracia, el documento Fitch Ratings está condenado a la sepultura y al olvidado en gran medida a la fortaleza mediática oficial; no obstante, el mismo tiempo lo hará emerger en el futuro, cuando ojalá no sea demasiado tarde.

Así, todo nos lleva a una conclusión. Aún con información privilegiada, veraz o no, el ciudadano nada puede contra el poderoso si carece de medios oficiales y auténticos de debate, confrontación y oposición, que le permitan en su caso apoyar y en otros oponerse a las políticas gubernamentales.

Cuan lejos estamos de poder demostrar si la clase gobernante obedece al clamor del original pueblo o sólo a la imposición extraña. ¿Acaso esta es la causa de negar voz y participación activa a la sociedad? ¿Usted que responde?

Religión, Independencia y Unión.

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