Batalla Ciudadana.

Posted on 15:49 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios


 Flor de Líz Pérez Morales.



En el marco de la Semana de Juárez, la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), dio inicio a sus actividades con la conferencia magistral “Cultura y Educación Pública en México”, impartida por el periodista y crítico Raymundo Riva Palacio, nombre de una ponencia que atendió más a la revisión de la cultura democrática en México y no propiamente al asunto de la educación.
Evidentemente las aportaciones juaristas en la vida política de este país son siempre respaldas en una educación que debería ser la garantía del actuar ciudadano, sobre el orden y la disciplina que nos conduzca a la civilidad.
Tomando a Juárez como una figura emblemática que lleva consigo los valores reformistas, esta jornada se convirtió en el impulso que dio pie para que Riva Palacio puntualizara en el escenario mexicano y sus nodos, en una revisión emergente donde justamente lo político entró como el barómetro para medir el sistema político mexicano.
En un país donde no se lee y por tanto la reflexión crítica no fluye como una respuesta de retroalimentación, las reflexiones de Riva Palacio encajan para hacer algunas consideraciones obligadas.
“Somos una cultura relacionada con la <>, somos una sociedad <>, de ahí que la política ejercida en el país sea la del escándalo, como la del narcotráfico”, acentuó el analista. Es en este marco donde el México de hoy dirime sus circunstancias políticas, que hablan de un Estado que ha perdido su equilibrio, pero donde principalmente sus instituciones polarizan en el conflicto y no en el consenso. La pugna entre partidos, entre candidatos, entre instituciones, malversa evidentemente todos los asuntos de la democracia.
Nada se hace pues por allanar el camino y si para perder la confianza ciudadana, porque justamente se está sembrando en una vida pública de batallas campales. La repuesta es clara, tal parece que no nos pudiera asombrar o asustar la hostilidad entre las “instancias de la justicia”, ese accionar que provoca la muerte y deja  a su paso a los ciudadanos comunes en la indefensión, pero lo más grave que deja a una sociedad perpleja que no sabe cómo actuar.
Sobre este panorama la apuesta es preguntarse ¿Qué tipo de nación tenemos? ¿Qué tipo de gobernantes dirigen el accionar del país? y ¿Cómo es el engranaje del sistema político en México? Sin embargo, la reflexión social para tales preguntas es ausente, vacía, porque justamente somos una ciudadanía que no puede o no quiere asumir el debate público. No tomar esta postura, deja entrever según Riva Palacio, “la evasión de la responsabilidad, lo que significa no pensar y no actuar en consecuencia”.
Quizás lo dicho por Riva Palacio sea lo menos relevante, porque no dijo nada que no supiéramos en la experiencia cotidiana, lo que sí es relevante es el escenario demarcado para nuestro país en ese otro papel que es el de una sociedad alejada de su función vital que es la participación. Es decir, hablamos de un ciudadano que no ejerce, que no conoce, que no distingue, porque está muy alejado de esos principios juaristas de una educación garante del actuar social que permita la civilidad de su comunidad.
Mucho se ha trabajado para conformarnos en una sociedad sin respuesta y sin claridad sobre la desolación social, manifestaciones evidentes de que el país y sus ciudadanos evitamos el riesgo de decidir qué hacer.

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