Convención Priísta: Choque de trenes.
El
largo y sinuoso camino que el PRI
Tabasco ha seguido para ungir oficialmente a su Candidato a Gobernador,
llegará hoy a su fin. Lo hará como al inicio, con claros dejos de apoyo hacia
un aspirante oficial y un “kamikaze”
dispuesto a todo, incluso a trabajar en la clandestinidad para evidenciar el “error” que el tricolor muy
probablemente oficialice esta tarde.
Ahí están contra todos los pronósticos, ante
propios y extraños compitiendo en desigualdad de circunstancias, pero
compitiendo al fin: Jesús Alí y Evaristo Hernández.
Tan
largo y sinuoso ha sido el camino andado que no hay cómo negar que la “cargada” institucional del CEN se hará
presente en los Delegados; que la violencia está a nada –a la más mínima
provocación- de presentarse; de que todo el proceso termine en tribunales,
restándole fuerza al “bueno” y quizás
hasta en desbandada, si de la clandestinidad expuesta se recaban evidencias.
En
otras palabras, lo que hoy vivirá el PRI Tabasco es lo que trató de evitar todo
este tiempo.
Ciertamente
los “organizadores” obtuvieron en el
trayecto algunos triunfos al aplacar a Luis Felipe Graham y sacarle de su cabeza, el convencimiento de que tenía lo “necesario” para buscar mantener la
hegemonía política del tricolor en Tabasco; al mantener en su “alineación histórica” a una
decepcionante Georgina Trujillo que
parecía iba por la batalla de su vida, pero aún está por verse el costo real
que el CEN habrá de pagar, tras retirarle al Granierismo la patria potestad –la
conducción- de su sucesión.
No
hay que olvidar de entrada que hace 6 años la situación era a la inversa. Con
un Priísmo más preocupado por no caer –como cayó- al tercer lugar de las preferencias
en la elección federal, Andrés Granier “tejió”
la idea de su respaldo popular y arriesgó el proyecto que nunca tuvo,
significándole al CEN un problema menos.
Hoy
confiados aún en la fuerza de Peña Nieto y el importante debilitamiento del “Químico” el CEN volvió por sus fueros
con la certeza de que el mando de la “provincia
choca” le corresponde.
Como
sea, los Priístas tratarán este medio día de salir lo menos raspados del choque
de trenes que se avecina. Se medirán -sin medias tintas- la cúpula y la élite
partidista local con los relegados y los desobedientes, no importa que sean circunstanciales
también.
Solo
una sorpresa podría hacer de este “Cochinero”
como diría el mismo Evaristo Hernández, un triunfo para su causa. Parece como
alguna vez se explicó, que tendrá que mantener su rol de desligarse de los
errores priístas-Granieristas de cara al 2018, tarea en la cual ya lleva buen camino andado.
Para
Jesús Alí, los problemas seguirán a la alza.
Confesado
como fue que su corazoncito se duele en ocasiones, el “próximo palomeado” tendrá
que enfrentarse a las odiosas comparaciones con su antiguo mentor cuando las
campañas de a de veras estén en marcha. No solo habrá de trabajar en su
temperamento –ya mal afamado- sino que tarde que temprano tendrá que pagar otro
precio por “romper” con quien
pretende suceder, a menos que decida aceptar la carga negativa del Granierismo
para su nominación y negar de paso su propio Priísmo, por aquello de la
práctica histórica y natural.
Es
de nuevo como al principio, cuestión de ver si un triunfo no es una derrota…
disfrazada.
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