De mujeres...a las soledades femeninas.

Posted on 11:01 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

 Flor de líz Pérez Morales.




Casi nunca escribo acerca de las mujeres, en una fecha donde se habla y se aceptan las loas, razonadas y hasta sin sentido. No lo hago aún siendo mujer porque no me siento en una lucha de géneros, sino simplemente como un ser que establece su identidad en los marcos que la vida me ha impuesto. Sin embargo, no puedo dejar pasar la oportunidad que brinda la fecha para simplemente recordarnos el camino que hemos trazado.
Es verdad que regularmente para identificarnos marcamos fronteras generacionales, biológicas, ideológicas, posturas sociales; todo eso que nos establece como diferentes a los “otros” porque en el otro lado están los contrarios a “nosotras”, esos, los hombres, rasgo de la institucionalidad que nos ha diferenciado y clasificado en dos grupos sociales.
Es en este marco de identidad donde me parecen mucho más sustanciales todas las reflexiones que abordan y dibujan los rostros que nos definen en las diferentes circunstancias del tiempo que nos toca vivir. A decir de esto, empecemos por repensar en eso que llega a nuestros ojos y oídos, como casos de singular propiedad.
Leí hace poco que la cantante de Barbados, Rihanna, regresó con su antigua pareja, justo cuando hace más o menos dos o tres años ella recibía una golpiza por el mismo hombre que ahora vuelve a interesarle. El planteamiento en aquella ocasión, a la hora de explicar el problema se tornaba complejo, cuando yo misma me preguntaba cómo una joven en las circunstancia de la cantante, se permitía en nombre del “amor”, que un tipo como aquel violentara de la forma más vil su cuerpo.
También leí en los diarios, la manera en que una joven en nombre de la “fe” cristiana había buscado el suicido, junto con un bebé, llevando consigo su sobrino; la pregunta para el caso fue ¿Dónde perdimos el rumbo de la razón?
En la misma tonalidad supimos, mis alumnos y yo, sobre la pugna que establecieron algunas mujeres con un partido político, con el fin de hacer valer sus derechos en la igualdad de géneros para participar en las contiendas políticas. Para el caso la pregunta planteada en la discusión fue ¿En los procesos democráticos, qué tan significativa se torna la identidad de género?
Desde el ángulo donde ahora mismo abordo estas reflexiones y los casos en los que he particularizado se puede entender y comprender a las mujeres en la conciencia de seres humanos y no necesariamente se definen en la identidad del género; son los rasgos de sujetos sociales que no alcanzan a comprenderse y asumirse como seres complejos, cuya naturaleza social se transforma en el día a día; en las circunstancias propias de nuestro tiempo actual, ellas no se apropian del valor y si de sus miedos, como seres desconfiado, cuyos sentidos son sometidos al escrutinio de las emociones desbordadas y se debilitan frente a la inteligencia. Es como si la noción de reflexión frente a las circunstancias les fuera negada, y se encaminan sólo con la preponderancia de los sentidos, como si no distinguieran la soberanía de la inteligencia.
Lo peligroso del asunto es que, justamente en ese gobierno emocional, el rumbo de la identidad femenina no precisa en sus propios marcos de referencia y conduce de forma transversal a la crisis, no de identidad, sino de los propios seres humanos, que tornan frágiles los escenarios de convivencia con el “otro” o los otros.
Frente a esto, es razonable entender por qué una chica como Rihanna aún en la opulencia de la vida, se sitúe en la violencia; marco que no exenta el fanatismo de la religiosidad que no logra explicar el valor de la vida y por el contrario permite la violencia. Es decir, lo que está en la reflexión no es la identidad del género, sino la identidad-rostro social femenino que no encuentra rumbo.

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