PEMEX 2012: La historia de siempre

Posted on 14:04 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

Hugo Triano Gómez. 


La noticia del despilfarro y de la injustica en PEMEX no es nueva, de hecho data de muchos años. Su relevancia es real, aunque en el horizonte haya pocos indicios de que las cosas cambiarán.
Hablar pues de las canonjías que PEMEX mantiene para beneficio de sus administradores y de quienes deben servirle -no servirse de ella- es abordar un aspecto inadvertido en las “declaraciones” de quienes tendrán que lidiar con la cuestión en el corto plazo, cuando asuman la Presidencia del País.
En paralelo aunque los miles de trabajadores petroleros lo nieguen, no puede ocultarse el dejo de injusticia existente en la medida que dota a sus sindicalizados activos, jubilados y hasta sus viudas de “prestaciones” escandalosas, que alcanzarían más de 86 mil 500 millones de pesos –equivalentes según ciertos cálculos al avance en la construcción de una refinería- no importa que dichos montos sean otorgados bajo el concepto de “apoyos para combustible”.
En otras palabras lo que se ha hecho siempre es beneficiar a un sector –el de los trabajadores y administradores- con el que se supone es patrimonio de TODOS los mexicanos. Una lógica severa lleva a la conclusión de que son ellos y los administradores de la nación –nadie más-  los que verdaderamente gozan del beneficio directo de la industria petrolera. Todo cubierto bajo el mismo manto de la innegable presión política, cercana, cercanísima al chantaje y del contubernio histórico entre el poder y la cabeza sindical.
No en balde se ha  dicho apelando a un nacionalismo genuino que lo peor que le sucedió a la industria petrolera fue terminar en las manos que terminó.  
La situación dista por obviedad de ser sencilla. Tanto que podría justificar la omisión de los Presidenciables sobre el tema. Seguro es que casi cualquier amago de algún aspirante a los Pinos por “remediar” la fuga de capital de la paraestatal, le generará el rechazo masivo; incluso aún ganando, adoptar una medida de “reingeniería administrativa” podría poner en riesgo la estabilidad del país.
Y es que la fuerza del Sindicato no está a discusión. Carlos Romero Deschamps y su estructura casi centenaria pueden en un tris descarrilar la -pese a todo- industria más poderosa del país, generando conflictos mayúsculos en el sector económico mexicano.
Empero es cierto que PEMEX no cristalizará anhelos superiores mientras siga así. No podrá ser altamente competitiva, ni servirá para lo que se diseñó mientras obedezca a intereses sectarios.
El caso de la CFE es similar. Mientas los altos ejecutivos y los trabajadores del sindicato no paguen su servicio de energía eléctrica, la escasez de recursos para mejorar la cobertura y para  mantener sus instalaciones prevalecerá; las deficiencias de todos los días “gritarán” presente y el mote de “empresa de clase mundial” seguirá siendo una falacia, un slogan para hacernos reir… en vez de llorar.

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