Fox: Tregua a la estupidez.

Posted on 7:47 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios

Hugo Triano Gómez.




Si bien el término estupidez rodea la idea Foxiana de pactar una tregua con la delincuencia organizada, hay que reconocer que su “mariguanada de alto nivel” sirvió para hacer a los que tienen que tomar decisiones, cerrar filas –al menos en público- en contra de ella.

Sin duda a pocos sorprende a estas alturas, que el ex Presidente Fox proponga lo que propone; más cuando desde hace tiempo ha visto en la legalización de las drogas una “salida real” al problema del narcotráfico, la delincuencia organizada y la violencia que enfrenta el país.

Lo dicho por Fox sirve también para fortalecer la idea de que en México algunas cosas han cambiado. Antaño no podría considerarse exagerado que una "sugerencia" de esta naturaleza pudiera tomarse hasta como una confesión de algo hecho en aras de lograr mantener a como diera lugar, la versión de entonces de “la paz, la justicia y el desarrollo social”.

Dicho de otra manera, su alternativa de tregua planteada, hace unos años bien podría parecer una estrategia conocida y desarrollada por él, una que quizás ahora le estuviera significando una persecución política y legal.

Sea como sea, Fox volvió a equivocarse al plantear algo semejante sin dotar de una sola justificación válida –que no la hay- a su deseo. ¿Acaso el ex Presidente acuerda con sus enemigos si tiene posibilidades de salir airoso?¿Acaso no le ve posibilidades a las instituciones nacionales, pese a las reestructuraciones que todos ahora reconocen, hacen falta?¿Acaso el sistema político y de “representación” que lo llevó a entrar en la historia del país extinguió ya cualquier posibilidad de ajuste y de eficiencia?

Imaginando un poco más su pacto de tregua planteado, es obligado pensar en ¿Quién encabezaría la negociación? ¿El Presidente? ¿Una representación de los 3 poderes? ¿Tendría(n) el don de decidir al momento del encuentro o acaso están pensando en regresar a uno, dos, o mil encuentros hasta encontrar una salida? ¿Se tendría al final de todo que reconocer a los gángsters de hoy como los empresarios incomprendidos del mañana?

Para nadie es un secreto que la ruta del Golfo es y ha sido la más empleada por los grupos organizados para fabricar y transportar sus “productos”. ¿A qué quiere el ex Presidente condenar a esta región?¿A qué más para “salvar” otras, la suya?

¿Y si las cosas no salen bien?¿Quién confiará en quién con más necesidad?¿Cuáles y cuántos grupos de estos existen?¿A cuales atender primero y a cuáles después?¿Todos estarán considerados? ¿Entenderá que cualquiera que se quede "fuera" representará un “peligro” no solo para la negociación si no para los efectos y los alcances de esta? ¿Por cuánto tiempo será el acuerdo?¿Cuántas generaciones de mexicanos están dispuestas a empeñar Fox y sus seguidores ?¿Quieren Fox y los pro-acuerdo involucrar al gobierno electo en Julio próximo?

Siendo sinceros, tratando de ser justos y razonables, todo esto solo llevará a México a la confirmación de que la clase política nacional carece no nada más de valores morales, si no del valor civil, de las agallas, del intelecto, de la tranquilidad de haber actuado bien en el pasado para no enfrentar en el presente un escándalo por algún acto ilegal. En síntesis, solo llevará a la vida siempre negada, muchas veces presumida, de la narcopolítica.

No hace falta ser ex Presidente, ni ranchero, ni empresario, ni esposo de una mujer como la de Fox para entender que la condena ante un paso de esta naturaleza es la mediocridad y la entrega del espíritu ciudadano y humano a las causas más perversas de nuestra época.

La clase política, el sistema muchas veces criticado aquí, está de nuevo ante una encrucijada, ante un reto. Cierto es que decir que existe disposición para avanzar en la agenda legislativa en materia de seguridad parece una buena señal en el desierto de la desesperanza y la incredulidad. Hacen falta los hechos.

Y aunque se prevén ciertos avances se comparte la idea de algunos otros reclamos de comenzar a tomar decisiones adultas para problemas mayúsculos. ¿No es tiempo acaso de pensar también en el uso de las armas y aditamentos incautados en los operativos, por parte de las fuerzas del orden de los gobiernos en México? Es tiempo de devolver su carácter estricto al servicio militar nacional para que todo mexicano no solo tenga el derecho si no la obligación de instruirse adecuadamente para saber qué hacer –con el poder que da la estrategia- cuando tenga que enfrentarse a situaciones que pongan en riesgo a la patria y en jaque el devenir de toda una generación.

Los Estados de excepción deberán ser considerados también como algo serio permitido y resguardado por la ley, claro está si se quiere trascender en esta lucha, lucha que además de todo habrá que observar si los aspirantes presidenciales y a los gobiernos estatales, están dispuestos a mantener más allá del discurso, de los disparates mesiánicos, de la estupidez, de la falsa valentía, de los sueños guajiros…de la verborrea.

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