Caso Luque: Posibilidades y responsabilidades.
Hugo Triano Gómez.
Lo recientemente
"descubierto" y delatado del quehacer de la ex Secretaria de Educación
en Tabasco Beatriz Luque, es en efecto una cuestión reñida con la moral.
Quienes creen ver por ello, limitaciones para encuadrar alguna responsabilidad
en su proceder, pueden equivocarse.
Tan solo hay que centrarse en la
ruta legal trazada por el gobernador Núñez hace apenas unas horas, para
comprenderlo. Núñez fue preciso estableciendo las vías por las que una conducta
puede sancionarse. Una sin menoscabo de la otra. De hecho criterios legales
serios distinguen posibilidades de acción más allá de la "escena
administrativa" que como se sabe busca retirarle las plazas a la comadre
de Andrés Granier. Cobrando por plazas que no ejerció podría abrirse una brecha
en la "responsabilidad laboral" y dependiendo si se revisan asuntos
como el de las plazas entregadas en su tiempo, hasta penales.
Hasta hoy no se ha acusado a
Luque Green de robarse el dinero de la secretaría que tanto buscó dirigir, de dañar su
patrimonio con todo y que cobrara indebidamente, por lo que no puede darse por
hecho que irá a la cárcel. Es más, que devuelva el dinero de las plazas - a la
instancia federal y estatal- por no ejercerlas y se las quiten, aún está por verse.
Una inhabilitación quizás podría
esperarle si se comprueba el tráfico de influencias para favorecer a
quien haya sido con plazas educativas, a gente que no tuvo más méritos que una "relación política". Si recibió
dinero, lo trasladó o se le demuestra cualquier otra modalidad, haría que las
penalidades pudieran cambiar, pero eso es aún trabajo en marcha.
El comportamiento de Beatriz
Luque es -para extinguir dudas- grave porque fue cabeza de sector, y por lo
mismo puede encontrarse en él, amén de conveniencia, dolo.
Nadie -aunque algunos lo
sugieran- habla de una violación a la ley electoral de la maestra, sí del
perjuicio que causan actos similares al presupuesto público.
Peces gordos y pequeños que cual
garrapata sangran al ganado hasta reducirlo a la nada, callan ahora, queriendo
que el asunto se disipe pronto o
genere una mayor cortina de humo para esconderse en su manto.
¿Quién no recuerda los
argumentos que Beatriz Luque vociferó en un tono elevado, cuando "presionó"
lo necesario para convencer a sus "iguales" que eran tiempos de que
alguien de abajo asumiera la titularidad de la Secretaría de Educación? ¿Dónde
quedó el "orgullo"
y la "lucha" para que por
fin se reconociera a los maestros de carrera y las trayectorias? ¿De qué sirvió
conocer las necesidades, si se quedaron en el puro bla,bla,bla?
Claro que si el artífice y
responsable final de todo, Andrés Granier, no hubiera querido, Luque no hubiera
llegado a donde llegó y -quizás- no se hubiera excedido como se excedió.
El fracaso de Luque en el sector
educativo, con toda proporción guardada, es casi casi equiparable al de la
hermandad de Juan Cano en los tiempos de Manuel Andrade, pues en vez de
mejorar, las expectativas dieron al traste.
Pero lo que sucede con la
funcionaria granierista -se coincide- abre otra gran rendija por el asunto de
las plazas aunque también por el de los derechos sindicales. Será de hombres
reconocer que algunos de ellos están en detrimento de la educación, su supuesto
objetivo primero.
Licencias "Por año sabático"
y por "Asuntos particulares" hasta por 180 días, lucen absurdas
cuando de lo que se trata es de poner a la educación en el centro de las cosas
del estado. La discrecionalidad para otorgar las de "Comisión
Sindical" -potestad de los representantes del sindicato- peor, cuando no
hay garantías de una retribución al estado y a la sociedad y casi siempre están
relacionadas con todo, menos con la educación.
En total son más de 20 las causas
que pueden emplearse en el sector para "beneficiar" a los
trabajadores a costa del presupuesto de egresos.
Regresando con el caso de
Beatriz Luque, no se sabe a ciencia cierta si se está ante una novedosa
estrategia del gobierno Nuñista de mantener cerca -hasta el límite- a los
posibles cómplices de lo ocurrido esperando confesiones de mayores cosas a
cambio de protección, o si de plano la confianza es plena.
Como sea, parece un riesgo que
ya han decidido correr, hacer aparecer al frente de los anuncios y de la
investigación al jurídico de la Secretaría José Luis González Martínez, dada su
participación en la administración que justamente es investigada: La de Luque y
Deyanira Camacho.
¿Debió él saber del status de
Beatriz Luque?¿Qué otros casos al interior hay?¿Es ahora mismo garantía de
imparcialidad? ¿de no ser juez y parte? Quizás la teoría se confirme más
pronto… de lo que muchos creen.
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