Relevo en Tabasco: Detalles de una unción.
No fue perfecto, tuvo sus
pequeños detalles. Seguramente la emoción del acontecimiento invadió en esos
instantes la escena y también –debe aceptarse- hubo errores en la construcción
del discurso. No obstante el primer mensaje de Arturo Núñez Jiménez como gobernador
constitucional de un estado hasta entonces gobernado siempre por el PRI, no
solo estuvo a la altura de lo que muchos esperaban sino que elevó, aún más, la
expectativa sobre la administración que encabeza desde el primer minuto de
2013.
Desde el inicio fue notable la
diferencia de personalidades entre el "jefe" que literalmente se fue
y el que llega, al momento de "llenar el vacío" con palabras.
Incapaz aquél de emocionar con
el don del habla -de la que muchas veces fue víctima- éste hizo gala de temple
y fue enfático en los momentos en que debió serlo, en los que la gente
esperaba, ni más ni menos.
Frío ha de haber sudado más de
uno, cuando la promesa de "cárcel a los que le robaron al Estado" retumbó en la
sede oficial. Cierto es que la del lunes, fue la primera vez en toda esta
transición, que se habla de ella como destino a quienes tendrán que demostrar
ahora que no abusaron de la confianza popular y de sus cotos de poder.
Y es que las citas Nuñistas de
zona de desastre, de un estado que requiere cirugía mayor y que sufrió por la
negligencia, el desorden financiero y hasta de complicidades, parecen dar un
claro panorama de lo que el nuevo gobierno piensa del que le antecedió. Quizás
por ello Núñez subrayó que no encubrirá a nadie y que no vivirá lamentándose de
la situación en que recibe el Estado. Y hará bien.
Hará bien por que lo imperativo
ante un diagnóstico tan contundente, es encuadrar todo en el ámbito de lo
legal, para si es posible obligar hasta el resarcimiento de los daños. No
bastan ya a estas alturas -y teniendo el sartén por el mango- simples
exhibiciones públicas que a lo mucho redundarán en nuevas y trágicas anécdotas,
amén de dolorosas mordidas de lengua.
Es cierto también que pese a la
"dureza" del primer discurso Nuñista, existió en él un cuidado de las
formas. Lo hubo porque no se esbozó ni una palabra a la ausencia -premeditada-
del ejecutivo saliente Andrés Granier, que prefirió en su sensatez pervertida,
desaparecer por la puerta de atrás, como los pillos.
Por si alguien tenía dudas, el
primer discurso Nuñista también sirvió para mostrar por primera vez a los
tabasqueños, los saldos de las cuentas bancarias del Estado de Tabasco. Cero
pesos tras un manejo de más de 200 mil millones y pasivos oficiales -hasta
ahora- por 10 mil 135 millones 200 mil pesos, el resultante.
Como pocas veces en los últimos
años, un gobierno parece tener el diagnóstico certero de la catástrofe
tabasqueña. Núñez lo exhibió ante sus invitados nacionales, no le importó el
costo. . e hizo -de nuevo- bien. En otro contexto político, sin duda, la realidad habría
sido ocultada por contubernio, temor al que dirán y a buscar cuidar la
"estima hipócrita" para el supuesto buen administrador.
Empero con la realidad superando
a los tabasqueños, de noche pasó una de las prioridades anunciadas por el
Gobernador Núñez. Buscar incrementar los ingresos propios como dijo, significa
sin vaciles un nuevo o nuevos mecanismos de recaudación. Retrasa -si no es que
extingue- la posibilidad de al corto plazo desaparecer el impuesto estatal
vehicular que muchos desean, entre otras cosas.
En efecto las decisiones suenan
menos duras cuando también se habla de reorientar el gasto a la inversión
pública, de un nuevo decreto de austeridad y de no permitir, ni alentar la
impunidad desde el interior de la administración. A la espera de pasar de los dichos
a los hechos, desencanta y alerta el lapsus linguae que más valdrá corregir que
lamentar. El dicho Nuñista de que bonos como el de fatiga que se dieron cuando
el Granierismo deben "reducirse", seguramente encaja en los
"detalles" de la unción. Deseable es que haya querido decir no pagar
más, extinguirlos. Por eso se insiste. . . más valdrá corregir, que lamentar.
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